Retroalimentación
Internet es una
herramienta que debe servir para aprender a aprender, ya que la
Red no es un fin sino un instrumento con el que se consigan unas clases
interesantes, amenas y repletas de información significativa, sin sustituir
la labor y el conocimiento del profesorado. La Red ofrece muchas
posibilidades y, como es previsible, cada día será más potente e
imprescindible para la enseñanza.
En las
aulas hemos conocido y utilizado libros de texto, cuadernos de ejercicios,
pizarras, mapas, transparencias, diapositivas, etc. Ahora deberemos incorporar
también ordenadores, páginas web, materiales multimedia, bases de datos
electrónicas, hipertextos etc. Podemos hablar de que se está modificando el
entorno de aprendizaje, ampliándolo con nuevos medios.
La
introducción de Internet en las aulas exige ampliar el concepto de
alfabetización. Además de saber leer, escribir, calcular, dibujar y
controlar el propio cuerpo, se deberá procurar leer y escribir programas,
navegar en la Red, establecer vínculos entre imágenes, sonidos, textos y
videos... Este nuevo entorno de aula exige que el alumnado sepa moverse e
intervenir en él, pero exige también que el profesorado sepa qué es lo que se
puede hacer con estos recursos tecnológicos.
El problema
no se plantea ante el dilema Internet sí/ Internet no, sino en la adecuada
madurez de la Red para satisfacer las exigencias que plantea un uso escolar de
este recurso. De hecho, para muchos usuarios es un gran laberinto en el
que es complicado encontrar aquello que se busca.
En el
interior de los institutos y colegios la informatización está avanzando
rápidamente. Hacen falta, eso sí, importantes inversiones de recursos
financieros que deben sufragar las administraciones, las editoriales y otras
entidades con intereses en educación. No obstante, la generación de
contenidos específicos deberá acompasarse a la demanda del profesorado y a la
experimentación que este haga de ellos en las aulas. La creación de portales,
juegos didácticos, páginas web para enseñar materias de las diversas áreas
curriculares etc. no debe separarse de procesos de innovación didáctica.
Es
fundamental la elaboración de materiales específicos para la enseñanza de
cada una de las materias y la creación de comunidades virtuales de
estudiantes y profesores donde se planteen aprender juntos, discutir los
diferentes temas de estudio, intercambiar trabajos y otras actividades
académicas. El objetivo no es que se vaya un día a la sala de informática a buscar
información en Internet, sino el utilizar el recurso, de forma habitual,
en la clase de historia, de lengua y literatura, matemáticas...El uso de estos
ordenadores debe ser tan habitual como consultar un atlas, trabajar en un
cuaderno de ejercicios o utilizar el libro de texto.
Resumen:
Internet debe convertirse en una herramienta de
uso habitual en las aulas, tanto por parte de los docentes como de los alumnos.
Es importante aprovechar la inmensidad de recursos para la enseñanza que ofrece
la Red y partir de un nuevo concepto de alfabetización que incluya unos mínimos
conocimientos tecnológicos que permitan este uso. Todo esto no sirve para nada
sin la colaboración económica de las instituciones, que son las que deben
encargarse de que se elabore el material necesario para todas las Áreas y que
los centros sean dotados de los ordenadores necesarios para que esto sea
posible.