-Parece mentira que estemos comenzando otro siglo en la historia de la literatura.
-Ya ves, Clara. A pesar de que os parecía que el Siglo de Oro no acababa nunca, después de él hubo vida literaria. Aunque tengo que reconocer que el influjo de la etapa anterior fue tan grande que algunos críticos han pasado por alto las aportaciones de los autores neoclásicos.
-¿Cómo que "neoclásicos"? ¿Es que volvemos al siglo XVI, donde recuerdo que tú nos hablaste del clasicismo, el gusto por la naturaleza y los autores antiguos y todo eso?
-Ni mucho menos. El neoclasicismo es, efectivamente, una vuelta al clasicismo, pero a un clasicismo tamizado por la razón y el intelecto. No en vano, se le ha llamado al siglo XVIII el Siglo de las Luces... y no me refiero a las eléctricas, sino a esas que tenemos entre oreja y oreja. Si queréis saber por qué, vamos con ello.