En el artículo titulado “La importancia de
cuidar la autoestima” ya se trataba su concepto
y decíamos que es “la idea que tenemos
de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos,
sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros
mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida” También
nos ha gustado la siguiente definición sobre la autoestima
cuando dice que es “la experiencia de moverse por la
vida con un sentimiento de bienestar y satisfacción”.
También decimos en el mismo
artículo que “la autoestima significa saber que
eres valioso y digno de ser amado” Desde aquí
nos remitimos a este artículo porque se analizan a
fondo las características, cómo se construye
la autoestima y factores que influyen en la misma así
como la relación que existe entre la autoestima y la
adolescencia.
Es
hora de tratar aquí cómo influye a autoestima
de los padres en los hijos. s Los
buenos padres se preocupan por cuidar y formar correctamente
la autoestima de los hijos.
Esto
se consigue cuando aumentan la suya: si de por sí es
alta, todavía
mejorarán más la de sus hijos y si todavía
merece aumentarla más, tendrá un efecto más
positivo.
Antes
hemos hecho referencia a la importancia que tiene el bienestar
y la satisfacción para la construcción de una
buena autoestima. No nos referimos aquí al bienestar
que siente una persona consigo mismo sino la que se genera
cuando nos preocupamos por los demás y estamos pendientes
del bienestar y la satisfacción de los demás.
Los adultos que tienen baja autoestima tienden a pensar demasiado
en por qué se sienten mal, sin embargo los que poseen
autoestima alta piensan más en todo aquello que les
hacen sentirse bien.
En
definitiva, con la autoestima nos referimos a un estado interior
de sentimientos positivos que genera una seguridad en lo que
se hace, se piensa y por tanto asegura el bienestar. Los padres
deben buscar aumentar la satisfacción en su labor como
padres y en la vida de familia en general para así
aumentar su autoestima y su buena actuación hacia los
demás.
Llegamos
a la conclusión de que es necesario encontrar satisfacción
de la vida diaria, de la vida familiar, pero no todos los
padres lo consiguen. Existen factores que dificultan
obtener satisfacción de la vida familiar.
Algunos de ellos son los siguientes:
Hoy día es frecuente encontrar familias en las que
trabaja el padre y la madre y esto supone escaso tiempo para
dedicarse a solucionar los problemas que van surgiendo.
La ausencia de sentido familiar se manifiesta por el creciente
número de divorcios, problemas de alcohol, droga, aumento
de malos tratos, etc.
La clave por tanto es sentirse satisfecho como padre/madre.
Para ello hay algunos sentimientos básicos que hay
que procurar experimentar como si fueran claves para
encontrar la satisfacción:
Debemos divertirnos.
Debemos estar confiados en que los hijos están
sanos y son felices.
Hay que estar confiado de que los demás nos respetan
como padres.
Debemos estar satisfechos con el trabajo que hacemos.
Hay que luchar contra el exceso de ansiedad.
Debemos estar seguros de que los hijos agradecen nuestras
contribuciones a sus propios logros.
La autoestima como padre depende entre otros
factores de la satisfacción que se obtiene del hecho
de ser padre y de la vida familiar en general. Siguiendo a
REYNOLD BEAN en su libro “Cómo ser mejores
padres” encontramos que hay baja autoestima
en los padres si se demuestra a menudo lo siguiente:
Se deprimen fácilmente (sentimientos de tristeza,
energía baja, pensamientos taciturnos) cuando
están en casa, incluso cuando los demás
parecen sentirse bien.
Evitan hacer cosas con toda la familia por las molestias
que ello conlleva.
Los padres no está de acuerdo en temas que conciernen
a los niños, así que evita discutirlos,
aunque necesite hablar de ellos con alguien.
Están involucrados en más luchas de poder
de las que desearían.
Tienen la impresión de que sus hijos manejan
su vida.
A menudo no saben cómo manejar a los niños.
No quieren que nadie adivine que no saben lo que están
haciendo.
Tienen la impresión de que todos los demás
(profesores, médicos, enfermeras, padres, artículos
de revistas y comedias de televisión) saben más
sobre cómo educar a los niños que ellos
mismos.
Siempre sienten la necesidad de controlar a sus hijos
por miedo a que se le vayan de las manos.
Se deprimen o enfadan cuando los niños les dicen
algo ofensivo, en lugar de mantener la compostura.
Desearían un día libre pero parecen incapaces
de conseguirlo. Nunca es el momento adecuado.
Nadie en la familia parece hacer bien las cosas y ellos
se ven obligados a hacer cosas que desearían
que hicieran otros.
La lista de responsabilidades como padre se hace cada
vez más larga, pero carecen de motivación
para cumplir con su deber. Tienen la impresión
de que le están exprimiendo.
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Ante las afirmaciones que se están vertiendo
en este artículo es conveniente concretar que es necesario
aumentar la autoestima como padre o madre.
A continuación y siguiendo una vez más el libro
antes citado de REYNOLD BEAN, se aportan algunas sugerencias
que pueden ayudar al lector:
Pasen tiempo a solas con cada uno de sus hijos
siempre que puedan para que no le distraigan las necesidades
de los otros miembros de la familia. Éste es el método
más importante y el menos utilizado
para aumentar la satisfacción en la vida familiar.
Tengan “secretos” para cada miembro de la
familia (incluido usted mismo) para que los "tesoros"
privados
de cada uno estén a salvo de la curiosidad de los demás.
Los padres debe pasar tiempo a solas todas las semanas,
sin niños ni otras distracciones. Es imprescindible
salvaguardar este tiempo sagrado.
Permitan que la casa esté desordenada durante
el día, mientras todos están cumpliendo con
sus obligaciones,
pero exijan que luego participen de la limpieza por la noche.
Al fin y al cabo, la casa es
de todos.
Tengan siempre algo disponible para comer que guste
a la familia porque la comida es un factor importante
de seguridad, aunque esta medida no soluciona por sí
sola los desórdenes nutritivos o la obesidad,
que se basan en factores emocionales, no en la disponibilidad
de la comida.
Aprendan a planificar para no desaprovechar las oportunidades
satisfactorias por la aparición de
acontecimientos imprevistos. Una buena planificación
es imprescindible en las familias con poco
tiempo libre.
Establezcan tradiciones familiares cada semana, mes
o año. Esto es especialmente importante si
los parientes viven a una cierta distancia o si los hijos
viven fuera de casa. Acepten el hecho de que
a la gente no le gusta que le impongan tradiciones, pero sí
los recuerdos agradables que conllevan.
Si les gusta la música, tengan un casete portátil
o un compact-disc con auriculares para poder
escuchar la música sin molestar a nadie.
Cultiven sus amistades. A largo plazo, no se puede depender
de la familia para satisfacer todas las
necesidades sociales. Ello otorga expectativas poco realistas
a los demás miembros de la familia.
Valoren cada día en una escala que se invente.
Esto les obligará a evaluar la calidad de cada día
y
a encontrar maneras de mejorar. También le proporcionará
un sentimiento de satisfacción cuando el
día ha ido maravillosamente. Muestre su invento al
resto de la familia.
Dividan sus metas en etapas, para avanzar todos los
días en la dirección adecuada. No pospongan
las cosas hasta que pueda conseguirlo todo de una sola vez.
Si no, lo más probable es que nunca
alcance sus metas y se enfade y deprima.
Escojan un día cada dos semanas y propóngase
no gritar durante todo el día. A menos que les
divierta gritar, la mayor parte de las personas se sienten
estúpidas e impotentes después de
hacerlo. Un día sin sentirse estúpido puede
hacer maravillas por la autoestima. Si no tienen la
costumbre de gritar, elijan prescindir de alguna otra cosa
que les haga sentirse estúpidos e
impotentes.
Desarrollen su propia lista de cosas que puede hacer
para aumentar su autoestima. Sin embargo,
no incluyan cosas que desean cambiar porque pocas personas
pueden cambiar un comportamiento
neurótico y disfuncional por ponerlo simplemente en
una lista. Sólo conseguirán frustrarse intentando
cambiar cosas que no están en sus manos.
Aprendan a decir "no". Muchos padres no saben,
sobre todo si los niños exigen continuamente.
Pero no siempre se les puede dar lo que quieren.
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