Los medios de comunicación nos invaden constantemente
con alarmantes noticias sobre la cantidad de embarazos no
deseados que se producen entre los jóvenes. Ya sabemos
que llegada una edad adolescente se despierta el instinto
de relación más íntima entre los seres
humanos. También sabemos que las relaciones sexuales
no tienen únicamente fines reproductores; se entienden
más bien como un medio de experimentar sensaciones
placenteras.
La obligación de los padres es comunicarse con los
hijos y hablar de este tema. La actitud a adoptar es similar
a la que se adopta en relación con otros temas. Los
padres deben reconocer que estas relaciones se producen y
que existe un alto riesgo de embarazo no deseado. Debemos
prevenir que esto ocurra para evitar auténticos dramas
familiares de rechazo, de incomprensión, de abandono,
de disputas, etc.
Por desgracia, y es triste reconocerlo, muchos embarazos
no deseados tienen lugar por falta de información.
Parece mentira ¿verdad? y en realidad, es paradójico
afirmar esto, cuando decimos que nos encontramos en
la sociedad de la información. Es cierto que
hoy día el grado de información del ser
humano es más intenso y extenso que hace años. |
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Pero
no es menos cierto que todavía existen ciertos
temas “delicados” que en el ámbito
familiar cuesta tratar de una forma más o menos
natural como es el reconocer que un hijo, que ha crecido
puede mantener unas relaciones sexuales como los adultos,
como los padres, han hecho. |
Hay
que decir a los hijos que por una vez que se llegue a una
relación sexual íntima sí puede producirse
un embarazo. Por tanto hay que conocer los métodos
que están al alcance y que son más utilizados
y seguros considerando antes de nada factores como la edad,
la frecuencia de las relaciones, entre otros. También
deben tener claro tanto los padres como los hijos, que no
hay un método perfecto, todos tienen ventajas e inconvenientes
por lo que existe un cierto grado de riesgo con cualquiera
de los que se utilicen.
Posiblemente no sea la información que aquí
pretendemos dar suficiente. No es nuestro objetivo ser excesivamente
exhaustivos en la definición de las ventajas e inconvenientes
así como en las características de cada uno
de los métodos anticonceptivos. Estamos seguros que
el lector interesado en este tema verá en este artículo
una mera aproximación y/o introducción que precisará
de una investigación posterior más profunda
con fuentes documentales especializadas.
El
primer método y quizá el más extendido
en la juventud es el PRESERVATIVO. |
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Es
el
más indicado en la juventud. El más popular
es el preservativo masculino o condón. Sobre
su uso no debe haber problema porque al adquirir una
caja se reciben unas claras instrucciones. |
Para
hacerlos más atractivos, las casas comerciales
han incluido formas y colores divertidos. Las ventajas
que ofrecen son más numerosas que otros métodos:
está al alcance de cualquiera, su utilización
no requiere visita médica y, |
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sobre todo, es la única forma de prevención
frente a las enfermedades de transmisión sexual
como el temido SIDA. |
También existe el preservativo femenino, menos conocido
y también se vende en farmacias sin receta médica.
Al igual que el masculino, tiene la ventaja de ser eficaz
en la prevención de las enfermedades de transmisión
sexual. Se trata de una funda fina fabricada con poliuretano
y lubricada que se ajusta a las paredes de la vagina. Está
indicado para personas que sean alérgicas al látex
de los preservativos masculinos.
Otro método muy extendido es el DIAFRAGMA.
Es una membrana de látex que se coloca en el fondo
de la vagina, cubriendo el orificio del cuello del útero,
y se impide que los espermatozoides puedan llegar al óvulo.
Se coloca antes de la relación sexual y no se puede
retirar hasta después de 6 a 8 horas pues en la vagina
pueden quedar restos de semen. Los padres deben saber que
no vale cualquier diafragma; es necesario consultar con un
ginecólogo o visitar un centro de planificación
familiar para elegir el tamaño que se adapta mejor
al propio cuerpo. Para aumentar la seguridad es recomendable
combinar el diafragma con la administración de supositorios
espermicidas.
Veamos entonces en qué consisten los ESPERMICIDAS.
Se introducen en la vagina unos quince minutos antes de realizar
el coito y contienen sustancias que inmovilizan y destruyen
los espermatozoides. Es un método complementario de
otros porque por sí solo no ofrece plena confianza.
También hay que saber que pueden llegar a producir
reacciones de irritación ante las sustancias químicas
de su composición. Los podemos encontrar en diversos
formatos: supositorios vaginales u óvulos, cremas,
tabletas vaginales o papeles solubles.
Otro método muy extendido cada más en la juventud
es la PÍLDORA. Está compuesta
de unas sustancias hormonales que impiden la ovulación
y, por tanto, la fecundación. También se está
investigando en la píldora masculina aunque todavía
queda camino por andar. Para que la píldora femenina
sea eficaz hay que tener control y constancia porque no se
puede olvidar ninguna toma: debe ingerirse desde el primer
día del ciclo durante 21 días, luego se descansa
durante 7 días y se empieza una nueva caja. Para su
administración es necesario acudir a un médico
especialista que explique y controle la administración
sobre todo las posibles reacciones ante el tratamiento. Existe
una importante desventaja y es que en ocasiones pueden presentarse
efectos secundarios. No es tampoco un método fiable
para casos de relaciones esporádicas por los efectos
que pueden causar.
También
existe el DISPOSITIVO INTRAUTERINO (D.I.U.).
Se trata de un pequeño artilugio de plástico
o metal flexible que se coloca en el útero para
impedir la implantación del óvulo. Debe
ser colocado y retirado por un médico especialista
mediante una intervención sencilla sin anestesia |
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Es un método muy eficaz. Cuenta con dos inconvenientes
principales: las reglas pueden ser más abundantes
y dolorosas y favorece la aparición de complicaciones
en el caso de sufrir una infección genital. |
Cada
vez con más ímpetu se está imponiendo
la PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS. En realidad
no se trata de un método anticonceptivo que se pueda
utilizar habitualmente. Más bien debemos entenderlo
como un método de urgencia ante relaciones sexuales
sin protección, se ha sufrido un percance con alguno
de ellos (rotura, etc.) o se ha sido víctima de una
violación. Hay que tomarla dentro de las 24-48 horas
después de haber mantenido la relación. Tiene
que ser recetada por un médico.
Existen otros métodos que por sus características
y puesto que pretendemos informar de cara a la posible utilización
por parte de los hijos, de entrada consideramos no recomendables
como son la ligadura de trompas y la vasectomía
y por tanto, dejamos a un lado. El motivo fundamental es que
de entrada precisan una intervención quirúrgica
y por otro lado, como es el caso de la vasectomía en
el hombre, conlleva una esterilidad definitiva. Está
claro que en el caso que nos ocupa y contando con otros métodos
más sencillos de utilizar e igualmente eficaces y fáciles
de adquirir, nos quedamos con los aquí expuestos y
explicados.
Por último es necesario recordar algo muy importante
relacionado con los MÉTODOS INEFICACES debido
a la falta de información o a una información
inadecuada. Es importante que los padres lo tengan en cuenta
y eviten que los hijos caigan en estas situaciones. Nos referimos
en primer lugar a la “marcha atrás”.
Consiste en que el varón saca el pene de la vagina
antes de la eyaculación. Hay muchos inconvenientes:
el autocontrol puede fallar; puede eyacularse dentro o en
la entrada de la vagina; hay que estar más pendiente
del momento que su disfrute. Otra práctica inútil
es el lavado vaginal. Consiste en introducir
agua salada con ayuda de una jeringuilla inmediatamente después
de la eyaculación. Está claro que tampoco supone
un cierto nivel de garantía y eficacia para conseguir
el objetivo deseado.
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