Los
padres de adolescentes observan a diario cómo ha cambiado
la forma y la capacidad de pensar de sus hijos. Esa manera
de analizar y de ver la realidad les permite dialogar entre
sí y vivir y entender cada momento de una manera más
cercana. Los padres deben saber que desempeñan un papel
decisivo en la madurez intelectual de sus hijos. En la aparición
y el desarrollo del pensamiento formal influye de manera capital
el ambiente que les rodea.
En el presente capítulo pretendemos explicar en pocas
palabras ¿QUÉ ENTENDEMOS POR PENSAMIENTO
FORMAL? PIAGET cree que el adolescente construye
sus propias formas de pensar basándose en su propio
nivel de maduración y en sus experiencias reales. Hoy
día sabemos que el desarrollo se trata de una interacción,
una mutua influencia entre las posibilidades que ofrece el
entorno y las potencialidades del individuo.
El individuo proviene de un período que se apoya en
objetos concretos. A partir de los 12 años podemos
afirmar que se reemplazan los objetos por ideas o conceptos.
El pensamiento formal es reversible, interno. El
adolescente es capaz de concebir hipótesis (pensar
en abstracto) y preparar experiencias mentales para comprobarlas.
Formula definiciones, elabora conceptos, resuelve problemas.
El sujeto no es consciente del proceso. Según lo anterior,
el adolescente puede aplicar un razonamiento deductivo indicando
las consecuencias de determinadas acciones realizadas sobre
la realidad. El uso del pensamiento hipotético-deductivo
constituye el núcleo del pensamiento científico
dado que no sólo pueden formular hipótesis que
expliquen los hechos sino también son capaces de comprobar
el valor de cada una de las hipótesis que han trazado.
El
pensamiento abstracto tiene un carácter
proposicional (“si… entonces”) que
consiste en utilizar proposiciones verbales como medio
ideal en el que expresar las hipótesis y razonamientos,
así como los resultados que se obtienen. |
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Para
pensar o razonar sobre hechos posibles, el trabajo intelectual
no se hace sólo con objetos reales, sino con
representaciones de los mismos. El medio de estas representaciones
es el lenguaje que desempeña una labor capital
en el desarrollo de este pensamiento. |
Se ha afirmado que el pensamiento abstracto se basa
en esquemas formales. A través de ellos, el
adolescente representa su conocimiento como resultado de la
interacción de la nueva información con la propia
experiencia. El esquema es entendido como un proceso
interno, no necesariamente consciente y que descansa sobre
la información ya almacenada en nuestra mente. Es una
unidad básica a través de la cual representamos
nuestro conocimiento. Los esquemas permiten la predicción
y así capacitan al individuo para anticiparse a aquellos
aspectos del ambiente que le son significativos, acomodándose
a las demandas del medio a la vez que integra información
nueva.
El
desarrollo del pensamiento formal en
la adolescencia se produce de una forma significativamente
diferente al desarrollo físico. |
Mientras
que éste se produce de una forma progresiva,
relativamente rápida (tres o cuatro años)
y en una secuencia semejante en la mayoría de
los individuos, el desarrollo intelectual tiene lugar
con más lentitud (siete u ocho años),
en una progresión irregular y con notables diferencias
entre unos y otros. |
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De forma concreta, el adolescente, en el desarrollo intelectual
y de forma progresiva, adquiere la capacidad de:
1.
Valorar distintas posibles soluciones a un problema.
2. Prever las consecuencias de actuaciones presentes.
3. Adquirir capacidad crítica al ser capaz de relacionar
realidades concretas con reglas generales o abstractas.
4. Y podrá reflexionar sobre diferentes realidades
posibles. |
Las consecuencias de esta forma de pensar
son claras: según va dominando con eficacia estas nuevas
capacidades, disfrutará de las conversaciones con sus
amigos sobre las realidades trascendentales de la vida, hará
uso de la crítica, al principio de manera muy tajante,
y será capaz de delimitar sus aspiraciones de futuro
de una manera realista.
La adolescencia es la etapa que marca el
comienzo del desarrollo de procesos de pensamiento más
complejos (también llamados operaciones lógico-formales):
la capacidad
de razonar a partir de principios conocidos (construir por
uno mismo nuevas ideas o elaborar preguntas),
la capacidad
de considerar distintos puntos de vista según criterios
variables (comparar o debatir acerca de ideas u opiniones)
y
la capacidad
de pensar acerca del proceso del pensamiento.
Veamos entonces, los CAMBIOS EN EL DESARROLLO COGNITIVO
durante la adolescencia (12 a 18 años de edad). El
adolescente adquiere la capacidad de pensar sistemáticamente
acerca de todas las relaciones lógicas implicadas en
un problema. La transición desde el pensamiento concreto
hacia las operaciones lógico-formales se produce con
el tiempo. Cada adolescente elabora un punto de vista propio
acerca del mundo. Es posible que algunos apliquen las operaciones
lógicas a la resolución del tareas escolares
antes de poder aplicarlas a los dilemas de su vida personal.
La presencia de cuestiones emocionales frecuentemente interfiere
en la capacidad que el adolescente tiene para pensar con mayor
complejidad. La habilidad para considerar posibilidades y
hechos puede influir ya sea de manera positiva o negativa
en la toma de decisiones.
Veamos a través de unos indicadores,
el progreso que implica la transición
desde un desarrollo cognitivo más simple a uno más
complejo:
Adolescencia
precoz (10 a 12 años): los pensamientos
más complejos se dirigen hacia la toma de decisiones
personales en el colegio o el hogar, entre las que se encuentran
las siguientes:
- Comienza
a cuestionar la autoridad y las normas de la sociedad.
- Empieza
a formar y verbalizar sus propios pensamientos y puntos
de vista acerca de diversos temas generalmente relacionados
con su propia vida, como por ejemplo:
cuáles son los mejores deportes para practicar.
cuáles
son los grupos más convenientes para incluirse.
qué
aspecto personal es atractivo o deseable.
qué
reglas establecidas por los padres deberían
cambiarse.
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Adolescencia media (12 a 16
años): el adolescente se vuelve más
reflexivo y piensa en cuestiones más filosóficas
y futuristas como las siguientes:
El adolescente cuestiona con mayor profundidad.
Analiza
también con mayor profundidad.
Piensa
acerca de su propio código ético y comienza
a elaborarlo (por ejemplo, "¿Qué creo
yo que es lo correcto?").
Piensa
acerca de diferentes posibilidades y comienza a desarrollar
su propia identidad (por ejemplo, "¿Quién
soy?").
Piensa
acerca de posibles metas para el futuro y comienza a considerarlas
sistemáticamente (por ejemplo, "¿Qué
es lo que quiero?").
Piensa
acerca de sus propios planes y comienza a elaborarlos.
Comienza
a pensar a largo plazo.
El hecho
de que el adolescente piensa sistemáticamente comienza
a influir en su relación con los demás. |
Adolescencia tardía (16
a 18 años): los procesos de pensamiento
complejos se utilizan para concentrarse en conceptos menos
egocéntricos y en la toma de decisiones, entre los
que se incluyen las siguientes:
Ante
esta realidad, es preciso que los padres se planteen ¿QUÉ
PUEDEN HACER PARA ESTIMULAR UN ADECUADO DESARROLLO COGNITIVO
DEL ADOLESCENTE? Veamos algunas recomendaciones muy
útiles y fáciles de aplicar:
- Incluyan
al adolescente en discusiones sobre temas, cuestiones
y hechos de la vida cotidiana.
- Anímenle
a compartir las ideas y pensamientos de los adultos
y el grupo de iguales.
- Aliéntenlo
a pensar por sí mismo y a desarrollar sus propias
ideas.
- Ayúdenle
a establecer sus propias metas.
- Anímenle
y oriéntenle a pensar acerca de sus posibilidades
futuras.
-
Felicítenle y elógienle cuando tomen
buenas decisiones.
-
Ayúdenle a volver a evaluar por sí mismos
las malas decisiones.
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Lo
anterior se puede ver reflejado en crear actitudes y situaciones
que favorezcan el desarrollo de su hijo tales como las siguientes:
Pida a su hijo opinión en relación con una
decisión que le afecte (amueblar su habitación,
lugar de vacaciones, compra de una enciclopedia de estudio...)
y exíjale que razone su decisión. Ayúdele
a razonar y encontrar pros y contras. Después, con
el tiempo, es necesario ver las consecuencias de la decisión
adoptada y valorarlas.
En alguna ocasión, vea las noticias con su hijo
y comente lo que ocurre: si está de acuerdo o en contra,
pídale opinión, que valore lo ocurrido.
Ayúdeles a que aporten sus puntos de vista ante
un hecho cercano o lejano. No sea drástico en sus conclusiones
y permítale que se equivoque.
Pese a que en los argumentos de su hijo existan errores
de planteamiento y fundamentación, escuche con atención
y exprese interés por lo que dice. Manifieste una actitud
de valor hacia la intervención de su hijo con mensajes
abiertos como: “es interesante lo que dices..., aunque...”;
“estoy de acuerdo contigo, sin embargo deberías
pensar que...”; “tienes razón y además
hay que tener en cuenta que...”
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