Es
frecuente que en los medios de comunicación aparezcan
noticias relacionadas con el consumo de alcohol por parte
de los jóvenes. Se empieza probando cada vez más
pronto. Ya sabemos que es debido a la necesidad por parte
del individuo de probar nuevas sensaciones y de ser admitido
como miembro del grupo social en el que quiere integrarse.
La familia debe estar a la altura y saber reaccionar, hablando
e informando de las alternativas que existen y de la actitud
más adecuada que el hijo debe adoptar.
Sabemos
también que desde las primeras inmersiones en el
mundo del alcohol hasta una dependencia clara hay un pequeño
paso. |
Se
puede llegar al alcoholismo sin darse cuenta, entendiendo
por alcoholismo, y siguiendo la definición
de la Organización Mundial de la Salud, |
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“el
consumo de alcohol por parte de un individuo, que supera
los límites aceptados por la cultura o que afecta
a la salud o a las relaciones sociales”. |
Las
familias, los hijos y los padres, deben saber que el alcoholismo
se ha convertido en una de las principales causas de muerte
en el mundo entero. Las consecuencias son negativas en distintos
órdenes y en el caso de los hijos la primera incidencia
es en el plano de los estudios. Por otro lado, cada fin de
semana los servicios de urgencia de los hospitales atienden
a muchos jóvenes que han sufrido una intoxicación
etílica aguda. La intoxicación se da
al ingerir sin control una gran cantidad de bebidas alcohólicas,
generalmente de varios tipos. La fase más peligrosa
aparece cuando la tasa de alcohol en la sangre supera los
3 gramos por litro, ya que la persona entra en coma etílico
y puede morir.
Por desgracia muchos jóvenes asocian el alcohol con
la diversión. Deben ser conscientes que consumiendo
alcohol es más fácil caer en el ridículo
y no se disfruta plenamente de las situación agradables
del medio.
Como
en otros casos, el consumo de alcohol empieza en los jóvenes
debido, en gran parte, por el comportamiento de los modelos
que tienen a su alrededor, los padres. Por eso, desde
aquí queremos dar un toque de atención a
las familias para que vigilen su conducta ante los hijos. |
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Los
psiquiatras afirman que los niños de padres alcohólicos
o que viven en ambientes donde está presente
el alcohol de manera habitual, corren mayor riesgo de
tener problemas emocionales que los niños de
ambientes más asépticos. |
El
alcohol es común en muchas familias. Los hijos
que viven en ambientes donde el alcohol es habitual
tienen cuatro veces más probabilidad de convertirse
en alcohólicos además de otros problemas
como los siguientes: |
a)
Culpabilidad: el niño puede creer que es la causa
de que su padre o su madre abuse de la bebida.
b) Ansiedad: el niño puede estar constantemente
preocupado sobre la situación en su hogar.
c) Vergüenza: los padres pueden transmitirle
al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en
el hogar. El niño que está avergonzado no invita
sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.
d) Incapacidad de hacer amigos: como el niño
ha sido decepcionado tantas veces por el padre que bebe, no
se atreve a confiar en otros.
e) Confusión: el padre que consume alcohol
es ambivalente en su carácter y conducta, lo mismo
es violento que amable sin encontrar relación con el
medio en el que está.
f) Ira: el niño siente ira y rabia contra
el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar
enojado también con el padre que no es alcohólico
porque no le da apoyo o lo protege.
g) Depresión: el niño se siente solo
e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.
Pero para una mejor educación y prevención del
consumo de alcohol es necesaria la información. De
forma breve diremos que las BEBIDAS ALCOHÓLICAS
se dividen en dos grandes grupos: las fermentadas
son el resultado de la transformación, por medio de
levaduras, de los azúcares en alcohol. Es el caso de
la uva en el vino o el cava; de la cebada o la malta en las
cervezas y de la manzana en la sidra. También están
las bebidas destiladas que se obtienen al calentar
cualquier líquido que contenga alcohol, normalmente
producido mediante fermentación. Estamos hablando del
whisky, el ron, el vodka y el aguardiente. Si las bebidas
alcohólicas se aromatizan o se vuelven a destilar,
reciben el nombre de compuestas. Ejemplos de algunas de ellas
son las ginebras y los licores.
Y dentro del marco de la información hay que hablar
de los EFECTOS que produce el alcohol cuando
se consume en exceso (además de los problemas citados
anteriormente) Lo primero que encontramos es una alteración
del sistema nervioso central que, como consecuencia, afecta
la capacidad para percibir fielmente el entorno, modifica
el estado de ánimo y provoca diversas alteraciones
físicas.
Los signos más comunes de intoxicación
alcohólica son somnolencia, errores de cálculo
en las distancias (recordemos los tristes accidentes de jóvenes
en la carretera), desinhibición, alegría, tristeza
o agresividad exageradas, dificultad para hablar y para pensar
lógicamente, movimientos descoordinados e involuntarios,
pérdida del equilibrio, etc.
La aparición y la intensidad con que se presentan los
efectos dependen de la velocidad a la que el alcohol es absorbido
y llega a la sangre. Intervienen varios factores, como la
rapidez con que se ingiere, el volumen de alcohol en la bebida,
la composición química concreta de la bebida,
el sexo (científicamente se considera alcoholismo una
ingestión superior a 50 gramos diarios en la mujer
y 70 gramos en el hombre), la habituación y si se toma
en ayunas o acompañado de alimentos.
Además de los problemas y de los efectos que provoca
el alcohol es necesario informar aquí de algo muy grave
y es las ENFERMEDADES RELACIONADAS CON EL ALCOHOL.
Destacan las siguientes:
1. Alteraciones cardíacas. El alcohol
aumenta la presión arterial y provoca ritmos cardíacos
irregulares.
2. Cáncer. El alcohol tiene la propiedad
de aumentar los efectos cancerígenos de otras sustancias
como el tabaco.
3. Trastornos mentales y neurológicos.
Hemos dicho que se provoca una alteración del sistema
nervioso central con la consecuencia de depresiones, insomnio,
dolor de cabeza, alteraciones mentales, etc.
4. Cirrosis hepática. Enfermedad del
hígado.
5. Diabetes. El páncreas no consigue
estabilizar los niveles de glucosa en la sangre a través
de la producción de la insulina.
6. Infecciones. El alcohol disminuye la capacidad
del cuerpo para defenderse de las enfermedades en general.
7. Síndrome de dificultad respiratoria
aguda.
8. Interacción con diferentes medicamentos.
Pueden aparecer algunos efectos secundarios. Se da en relación
con ansiolíticos, sedantes, antidepresivos y antipsicóticos.
El alcohol también interacciona con medicamentos para
la diabetes y con fármacos anticoagulantes.
9. Embarazo y desarrollo fetal. El alcohol
puede causar lesiones al feto, puede llegar a provocar abortos
y es responsable del bajo peso en los recién nacidos.
Y ¿CÓMO PUEDEN LAS FAMILIAS DETECTAR
UN POSIBLE INICIO DEL HIJO EN EL MUNDO DEL ALCOHOL?
CRISTINA PINET psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas
del Hospital de Sant Pau nos indica los siguientes comportamientos
pueden ser síntomas de un problema de alcohol en el
hogar:
Fracaso en la escuela y ausencias frecuentes.
Falta de amigos, retraimiento de los compañeros de
clase.
Comportamiento
delincuente, como el robar y la conducta violenta.
Quejas frecuentes de problemas físicos, como dolores
de cabeza o de estómago.
Abuso de bebidas alcohólicas o drogas.
Agresión contra otros muchachos.
Ante un caso de consumo destacado de drogas por parte de un
hijo o con el fin de prevenir que una situación de
estas aparezca, es conveniente seguir las siguientes PAUTAS
en la familia:
1. Los padres deben reconocer que el alcohol ha existido y
existirá siempre. No pueden mirar para otro lado. No
pueden pensar que sus hijos no van a contactar nunca con él.
2. Hay que ayudar a los hijos a crecer en un mundo donde saben
que existe el alcohol (hoy día sufrimos el problema
del botellón y de la práctica del consumo del
alcohol en las fiestas de cualquier localidad por pequeña
que sea).
3. Si entran en contacto con el alcohol, la familia debe asegurarse
de que los hijos son capaces de decidir por sí mismos
y no se dejan llevar por las influencias sociales, ni por
las presiones del grupo de iguales.
4. La comunicación, el afecto y el reconocimiento en
el contexto familiar, vuelve a ser la mejor arma y recurso
familiar para afrontar cualquier problema relacionado con
el alcohol o con cualquier droga legal o ilegal.
5. La familia debe estar en contacto con los profesores de
los hijos.
6. No hay que esperar al último minuto para resolver
un problema que está presente y del cual se es consciente
desde hace tiempo. Es mejor prevenir que curar.
7. No hay que hacer monólogos moralizantes sobre el
alcohol o las drogas.
8. El adolescente necesita la existencia de normas y un cumplimiento
estricto: hora de llegada, tareas a realizar en casa, etc.
9. Los padres deben tener ideas comunes y consensuadas. Debe
existir coincidencia de criterios.
10. Los jóvenes deben tener la oportunidad de poder
tomar decisiones sobre la distribución del tiempo,
el ocio, etc.
11. Los amigos deben poder ir a casa y los padres deben conocerlos.
12. La conducta de los padres es muy importante como modelo
de aprendizaje de los hijos.
BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA CON EL TEMA:
ROBERT SCHWEBEL: “Cómo tratar con sus hijos
el tema del alcohol y las drogas”
Editorial: Paidós Odin.
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