Trastornos
del comportamiento alimentario
El
incremento de los trastornos de la alimentación tiene una
cierta relación con los patrones estéticos de la sociedad
occidental actual, pero existen también otros factores. La
personalidad y el entorno familiar son determinantes en la
aparición y evolución de la anorexia y la bulimia, los dos
trastornos del comportamiento alimentario más importantes.
Se
considera actualmente que ambas enfermedades son los dos polos
de un mismo problema, "disorexia", que suele comenzar
en la pubertad o en
la adolescencia y cuyos síntomas afectan a la propia
imagen (sobrevaloración de la delgadez, alteración
de la imagen corporal) y a la relación con la comida
(dietas muy restrictivas, atracones, preocupación obsesiva
por la comida y las dietas).
La
anorexia nerviosa
Aunque
nos referiremos preferentemente al sexo femenino, dado que
la mayor proporción de casos de anorexia nerviosa se
produce en chicas, hay que recordar que entre un 3 y un 10%
de dichos casos son chicos.
La
anorexia nerviosa es una enfermedad grave que se manifiesta,
fundamentalmente, por un rechazo radical hacia la ingestión
de alimentos, causa por la que los pacientes sufren pérdidas
de peso de un 20 a un 40% por debajo del peso que les correspondería
por sexo, talla y complexión.
La
restricción de alimentos puede ser tal que haga peligrar
su vida o, sin llegar a esos límites, que sufra síntomas
físicos como el estreñimiento con frecuente
abuso de laxantes y/o diuréticos, vómitos y
otros como debilidad
muscular, enlentecimiento del ritmo y volumen cardíaco,
así como trastornos en la menstruación.
Estos
enfermos muestran tendencia a retraerse de la vida social
y a negar su enfermedad: se consideran normales y se enorgullecen
de las pérdidas de peso; tienen mucho miedo a aumentar
de peso (fobia de peso), presentan hiperactividad motora y,
a pesar de su mal estado físico general, son capaces
de realizar actividades deportivas intensas.
En
síntesis -aunque nunca debe olvidarse que sólo
el profesional médico, psiquiatra o psicólogo
es el que debe realizar el diagnóstico diferencial-
algunas de las características distintivas de la anorexia
nerviosa son:
Comienzo, en general, en la pubertad o la adolescencia
Disminución de peso superior al 25% del peso ideal
Actitud obsesiva respecto a la alimentación.
Persistente deseo de adelgazar sin considerar el peso que
se tiene
Distorsión de la propia imagen (siempre se ve gorda)
Negación de la enfermedad
Ausencia de otra enfermedad, física o psíquica,
que justifique los síntomas
Al menos otros dos síntomas de la serie siguiente:
-amenorrea
(falta de la menstruación)
-lanugo (alteración de la calidad del cabello,
con aparición de vello fetal)
-trastorno endocrino, hormonal, alopecia...
-bradicardia (ritmo cardíaco lento)
-hiperactividad física o intelectual.
-vómitos autoinducidos o espontáneos
-uso compulsivo de laxantes y/o diuréticos
Causas
de la anorexia nerviosa
Hasta
el momento no se ha identificado una causa concreta y única
de este trastorno, y no parece posible achacar su aparición
a un solo factor. Sólo una perspectiva multidimensional
que incluya factores somáticos, psicológicos,
familiares y socioculturales, puede ayudarnos a comprender
este problema.
Biológicas
Desde
el punto de vista biológico, parece posible presencia
de una disfunción hipotalámica provocada por
algún acontecimiento estresante: el estrés,
percibido en el neocórtex o en el sistema límbico,
puede traducirse en amenorrea, trastornos del apetito, hipotermia
e hiperactividad. Tampoco está claro si estas alteraciones
están determinadas genéticamente.
Socioculturales
La
influencia sociocultural es considerada en estos momentos
como una de las principales causas: el ideal de belleza femenino
ha ido evolucionando hacia la máxima delgadez; las
publicaciones y publicidad dedicadas a dietas y productos
para adelgazar han aumentado paralelamente. El mensaje que
se transmite, sobre todo a mujeres, es el de que sólo
siendo delgada se es atractiva y se alcanzan el éxito
y la felicidad.
Muchas
mujeres están preocupadas por el peso y la comida,
y se entiende que hay relación entre la población
normal, pero excesivamente inquieta por estos temas, y las
formas menos graves de anorexia nerviosa.
Todo apunta, sin embargo, a que no hay una relación
causal tan sencilla y que las jóvenes que desarrollan
el cuadro completo de anorexia nerviosa tienen una obsesión
por todo lo relacionado con la comida mucho más acusada
y, fundamentalmente, presentan otro tipo de problemas psicológicos
individuales y familiares añadidos.
Psicológicas
Desde una perspectiva psicológica, se observa un trastorno
en el esquema corporal, que hace que estos pacientes tengan
una idea distorsionada de su cuerpo y presenten, antes de
enfermar, problemas de autonomía e independencia y
dificultad para afrontar y aceptar las dificultades de la
vida adulta. Sus esfuerzos por rendir al máximo en
todas sus actividades y un importante dominio de los impulsos
les llevan a centrar todas sus energías en adelgazar
y convierten así el control del cuerpo en su principal
objetivo.
Tras ese control corporal existen otros aspectos inconscientes
que provocan la aparición de esta enfermedad, que no se pueden
achacar exclusivamente a las crisis de la pubertad o adolescencia,
y que se concretan en un trastorno psicosomático de la identidad.
En las pacientes anoréxicas se ha explicado la enfermedad
como un rechazo al rol social de la mujer. Se rechaza el crecimiento
y las formas de mujer adulta y no comer tiene el efecto de
evitar el desarrollo de las características femeninas.
La lucha por la autonomía en la relación con
los padres se convierte en un deseo de distanciarse y distinguirse
de la madre y del papel adjudicado culturalmente al sexo femenino.
Por otra parte, el sentimiento de impotencia frente a los
problemas que conlleva convertirse en adulto, se contrarresta
con la sensación de autocontrol que se ejerce en el
cuerpo, desplazando el problema del ámbito psicológico
y relacional al físico.
Lo característico de la anorexia es que no se percibe
una sensación de enfermedad mental o física,
ya que este estado provoca un aumento de la autoestima. Las
propias necesidades se niegan, su aceptación pondría
en peligro la imagen que se tiene de uno mismo y el autocontrol
mantenido con tantos esfuerzos.
Familiares
En
los últimos años se ha concedido una mayor importancia
al estudio de las relaciones que se establecen entre los componentes
de la familia de los pacientes anoréxicos, al considerar
la anorexia como un problema familiar y no sólo como
una
enfermedad individual.
Con
frecuencia, la situación en la familia está
marcada por el perfeccionismo y la excesiva valoración
de los rendimientos: el ambiente familiar se tensa, aunque
hacia el exterior se ofrece una imagen de entendimiento y
armonía. Se niegan los conflictos afectivos, no pudiéndose
encontrar soluciones adecuadas a los mismos.
Otro
factor es la "sobreprotección". Los padres
protegen a la hija anoréxica hasta llegar a una situación
en la que es difícil ejercer la necesaria autoridad.
Ya sea por tener un sistema de valores excesivamente centrado
en la hija, o por el temor a ser autoritarios, la joven es
tratada como una niña muy pequeña o como una
adulta igual a los padres.
La
protección, la responsabilidad hacia los hijos, a veces,
se convierte en un deseo inconsciente de posponer la separación
de los mismos; a su vez los miembros de la familia se relacionan
de un modo que dificulta la autonomía de cada uno de
ellos.
Ante
la enfermedad
Es
importante detectar la enfermedad cuanto antes y realizar
un tratamiento que tenga en cuenta sus aspectos bio-psico-sociales.
Los estudios estadísticos muestran que, siguiendo un
tratamiento consecuente, aproximadamente el 50% de las pacientes
muestran un curso favorable.
El
profesional al que se acuda será el que realice tanto
el diagnóstico como el tratamiento y el que indicará
las actuaciones más convenientes según la gravedad
de la situación.
A
veces es necesario el internamiento inicial cuando existen
factores de riesgo desfavorables, por ejemplo, cuando el peso
se sitúa en el 60% por debajo del peso ideal, así
como cuando existe un estado de ánimo depresivo o ideas
de suicidio. Si la vida corre peligro, las primeras medidas
son el internamiento y el control de los parámetros
fisiológicos con medidas dietéticas urgentes:
alimentación artificial y tratamiento farmacológico.
Pero
la normalización del peso, no significa la curación
de la enfermedad. Tras una primera fase en la que se presta
atención preferente a la curva del peso, hay que iniciar
un tratamiento psicológico individual y de terapia
familiar para conseguir resultados duraderos.
El
proceso suele resultar difícil a causa de la resistencia
al tratamiento y de la negación de la enfermedad que
lleva
a la chica anoréxica a engañar al médico
y a éste a negociar continuamente la colaboración
de la enferma. La contribución de la familia es muy
valiosa y es conveniente que éste participe en un programa
de tratamiento grupal, o terapia de familia, que redundará
en beneficio del paciente y de toda la familia.
Síntesis
de actitudes familiares que favorecen la prevención
Apoyar la individualización de la paciente anoréxica.
Ayudar a que desarrolle, de manera sana y acorde con la
edad, su propia autonomía, tanto en el aspecto emocional
como en la demarcación de un espacio físico
propio.
Acentuar su competencia y su diferencia en alguna actividad
que elija espontáneamente.
Que note que se respeta el espacio vital que le corresponde
como joven, y que pueda imponer mecanismos para que ese
respeto sea constante y aceptado por los demás miembros
de la familia.
Prestar atención a lo que dice y hace y valorar lo
que sea encomiable, favoreciendo su sentimiento de ser competente.
Procurar no tratarla ni como niña ni como adulta
sino adecuarse convenientemente a la edad que tiene.
Descentralizar en lo posible el "problema anorexia"
para que deje de ser el foco exclusivo de las preocupaciones
de la familia.
Proteger los espacios de los miembros de la familia haciendo
que los hijos no invadan el "territorio" de los
adultos. Los hijos no deberían ser ni testigos ni
paño de lágrimas de las dificultades de los
padres
Procurar una mejor y más clara comunicación
entre los miembros de la familia.
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