Los
niños de cualquier edad desean que sus padres permanezcan
juntos por siempre y que reine el equilibrio conyugal. Pero
la realidad no siempre es compatible con estos deseos. A cualquier
edad el niño no es capaz de entender las implicaciones
que conlleva un matrimonio desgraciado para la vida adulta.
Sabemos que la separación constituye un duro golpe
para el niño quien interpreta la separación
como un abandono o un rechazo. Es importante afrontar con
realismo la situación pero no magnificar ni extremar
las cosas.
Pero ¿sabe usted CÓMO INFLUYE LA SEPARACIÓN
SEGÚN LA EDAD? Los niños de corta edad
son los que más sufren. Observan que no todas las relaciones
sociales son seguras y duraderas y lo aprenden de forma dolorosa.
Después de la separación se pueden dar conductas
en el niño que son expresión de su temor a ser
abandonados.
El niño de 4 a 5 años se vuelve
triste, mimoso y exigente. Tiene pesadillas y terrores nocturnos.
No quiere quedarse solo en la habitación, tiene sueños
negativos sobre sus padres. Puede negarse a ir al colegio
y allí se mostrará muy inquieto.
En el niño de 6 a 10 años,
además de la pena, se suma la rabia que suelen descargar
culpando al progenitor que se ha quedado con la tutela.
Los adolescentes de 12 a 14 años ocultan
el daño interior y la pena que sufren. Tienen un dolor
latente del que se intentan evadir con el juego o los amigos.
El mejor remedio es darles afecto y confianza sabiendo estar
cerca de ellos. También permitirles tanto abrirse como
estar callados. Algunos chicos responden con enfado a esta
situación aunque la mayoría reconocen la infelicidad
de los padres. También se preocupan de las necesidades
económicas de la familia.
Hemos visto una serie de reacciones según la edad de
los hijos pero generalizando resumiremos de modo general los
siguientes EFECTOS:
1.
Estrés defensivo frente al cambio: suele aparecer
al principio reflejado en reacciones psicosomáticas
y emocionales de diferente intensidad y prolongación.
2. Sentimiento de culpabilidad.
3. Irritabilidad.
4. Dificultades en el proceso de aprendizaje (fenómeno
transitorio). |
Cuando
cualquiera de estos síntomas se exagera de forma que
dificulta la convivencia conviene buscar la ayuda profesional
(médico, psicólogo, educador...) que nos vendrán
a orientar en torno a determinadas PAUTAS
de actuación ANTES Y DESPUÉS DE LA RUPTURA
que resumimos en el siguiente cuadro:
Si
lo quieren de otro modo y siguiendo al psicólogo RAFAEL
CENTELLES, resumiremos las pautas que suavizan la ruptura del
siguiente modo:
1. Separación gradual: evitar anuncios sorpresa. Dar
tiempo a que todo el mundo se adapte.
2. Racionalidad por parte de los padres: cuando esto no sea
posible, buscar la figura de un mediador profesional aceptado
por los dos cónyuges.
3. Hablar con los hijos: desde el primer momento informarles
de forma delicada y oírles.
4. Conservar los puntos de referencia permanentes: casa, escuela
y relaciones sociales.
5. Informar del proceso de separación al profesorado
de la escuela.
La situación de ruptura supone unas CONSECUENCIAS
EN LA VIDA ADULTA que según investigadores,
se concretan en un mayor riesgo de padecer problemas psiquiátricos
en los niños que sufrieron la separación de sus
padres en la niñez que en los que vivieron en un hogar
estable.
Sin embargo, a los hijos de hogares separados les suele ir mejor
que a los de hogares aparentemente estables pero desgraciados,
que no se han separado aunque existan gritos y actitudes de
desprecio. El niño se culpa en parte a sí mismo
de la ruptura de sus padres.
Otro aspecto que debemos tratar es ¿QUÉ
CONDUCTAS HAN DE EVITAR EL PADRE Y LA MADRE CUANDO ACTÚAN
POR SEPARADO DE SUS HIJOS? En este caso debemos seguir
las siguientes consideraciones:
Utilizar a los hijos en beneficio propio o para perjudicar
al contrario.
Ceder al chantaje de los hijos.
Permitir que los hijos se enganchen a un solo progenitor
en una relación cerrada, dependiente y empobrecida.
|
Sabemos
que la separación provoca la pérdida temporal
de algunos puntos de referencia que mantienen seguros a los
hijos. Después de un período de duelo, los niños
consiguen aceptar, superar y elaborar la pérdida de
la situación anterior. Los padres deben tener claro
que deben continuar educando serenamente a los hijos, cada
uno por separado.
Unido
al problema de la separación conyugal y sus consecuencias
en la familia está la posibilidad de crear un
SEGUNDO MATRIMONIO. Esta situación
también acarrea algunos PROBLEMAS
que pasamos a analizar brevemente. |
|
Cada
uno de los miembros de estas familias necesita esforzarse
y ajustarse a la nueva situación. Suelen llegar
con creencias diferentes, lealtades divididas y distintos
modos de hacer las cosas. Según KAY WIDDWSON
se pueden crear estos vínculos de la siguiente
manera: |
Reconociendo y lamentando lo que han perdido.
Desarrollando nuevas maneras de tomar decisiones en familia.
Fomentando y fortaleciendo las nuevas relaciones entre
todos y ayudándose unos a otros.
Manteniendo y fomentando las relaciones originales con
los padres naturales. |
No
obstante, en caso de que alguno de los hijos manifieste alguno
o algunos de los sentimientos siguientes deberíamos
plantearnos consultar a un psiquiatra: retraimiento, división
entre los padres o las familias, aislamiento, falta seguridad
sobre lo correcto, incomodidad con algún miembro de
la familia (original o nueva).
Para que las nuevas relaciones conyugales tengan buen inicio
y desarrollo se necesitan buenas dosis de paciencia,
comprensión y comunicación.
Aunque pueda parecer lo contrario, resulta beneficioso para
los hijos que su padre o madre encuentren nueva pareja, pero
nade debe sentirse presionado a querer inmediatamente a otros
miembros. Tampoco hay que forzar a los pequeños a que
acepten al nuevo cónyuge desde el primer día.
Los niños, inconscientemente, perciben a la nueva pareja
como un rival e intentarán provocar y presionar. Pero
tampoco olvidemos que estos cambios les hacen sufrir y les
provocan inseguridad. Las decisiones importantes deben ser
consensuadas por el padre y la madre aunque estén separados.
Es conveniente diferenciar los roles de cada uno de los implicados
y dejar elegir al niño el tipo de relación que
desea (no imponer llamar “papá” o “mamá”
a la nueva pareja).
Creemos conveniente incluir en estas líneas algunos
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA SEGUNDAS PAREJAS CON
HIJOS:
1.
Dejar pasar un tiempo después de la separación
antes de presentar a la nueva pareja.
2. No presentar a la nueva pareja en un encuentro “casual”
sin haber hablado antes de ello.
3. Los primeros encuentros serán breves y en un
lugar que no sea la casa.
4. Dejar que pregunten lo que quieran al “nuevo”.
5. Tener en cuenta la edad del niño.
6. Dejar claro que continúan teniendo los papás
de siempre.
7. No establecer comparaciones (con su otro progenitor).
8. Respeto a la presencia del padre o madre que no viven
con el niño.
9. Responder serenamente ante frases descalificativas:
“tú no eres mi padre”, etc.
10. Aceptar sentimientos de culpabilidad por creer ocuparse
más de los otros hijos que de los propios.
11. Evitar sobreproteger a nuestros hijos.
12. Procurar dar un trato individualizado a cada miembro
de la familia.
13. Cada hijo de ambas parejas necesita un espacio de
intimidad. |
Citaremos,
para finalizar, la investigación más seria y
extensa que a nuestro juicio se ha realizado sobre EL
DIVORCIO Y SUS CONSECUENCIAS EN LOS HIJOS. Según
la experta psicóloga californiana JUDITH WALLERSTEIN,
la idea de que el trauma del divorcio tiene su punto crítico
durante el tiempo inmediato a la separación de los
padres es totalmente errada. El trauma vivido por los hijos
de padres divorciados tiene consecuencias devastadoras y se
prolonga a lo largo de los años y les dificulta afrontar
los cambios propios de la adolescencia así como sus
primeras relaciones amorosas por el temor de la experiencia
traumática.
En su última obra Law and Divorce (“Ley
y Divorcio”) aporta datos contundentes sobre el perfil
psicológico de los hijos de divorciados. Aunque las
reacciones sean tan variadas como el número de individuos,
existen algunas constantes:
Sufren sentimientos
de culpa.
Irritación
y malhumor.
Gran desconfianza
e incapacidad para expresar sus sentimientos auténticos
en el momento adecuado.
Conviene, para terminar, hacer una breve referencia a la Ley.
El lunes 24 de noviembre de 2003 entró en vigor la
REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL y la Ley
de Enjuiciamiento Civil que regula la relación de los
abuelos con los nietos en caso de divorcio.
Los abuelos habían visto cómo su papel se veía
reducido al de meros espectadores ante las problemáticas,
la mayoría de las veces, circunstancias del divorcio
de sus hijos. En el caso de que su hijo perdiera la tutela
difícilmente se les reconocía el derecho a visitas
a sus nietos o cualquier intervención.
A partir de esta Ley se abre una puerta esperanzadora para
abuelos y nietos. Uno de los artículos que ser verá
modificado será el 103 que dice que el Juez puede encomendar
en primer lugar a los abuelos la tutela de sus nietos cuando
los padres se hayan separado y no sean capaces de llegar a
un acuerdo. También prevé la tutela de los abuelos
“frente a otras situaciones como el mero desinterés
de los progenitores o la ausencia de uno de ellos que en tales
circunstancias perjudicase la relaciones de los nietos con
sus abuelos".
La nueva Ley regulará el régimen de visitas
de “la forma más adecuada al interés de
los nietos”. Este régimen será acordado
a través de una resolución judicial.
Esta reforma se enmarca dentro de lo recogido en el Plan Integral
de Apoyo a la Infancia y fue aprobada por la Comisión
de Trabajo y Asuntos Sociales del Senado el día 13
de noviembre de 2003. la reforma modifica el artículo
160 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y cinco artículos
del Código Civil.
Durante el trámite parlamentario en el Congreso, se
introdujeron modificaciones para garantizar que la comunicación
entre abuelos y nietos en casos de violencia doméstica
no facilite al agresor el quebrantamiento de medidas cautelares.
BIBLIOGRAFÍA RELACIONADA CON EL TEMA:
BERNABÉ TIERNO: “Ser buenos padres I”
San Pablo. Madrid, 1992
Dr. PAULINO CASTELLS, Dr. TOMÁS J. SILBER: “Guía
práctica de la salud y psicología del adolescente”
Planeta 1998
NORA FERNÁNDEZ: “Guía del niño”
Ediciones AINSA. Madrid.
MARIA HELENA FELIU: “Acabar bien: cómo afrontar
la separación y el divorcio”
Martínez Roca Ediciones
AGUSTÍN PALACIOS: “El divorcio y los segundos
matrimonios”
Editorial Diana.
VV.AA.: “Conflictos matrimoniales, divorcio y desarrollo
de los hijos”
Pirámide.
ROSEMARY WELLS: “Claves para que los hijos superen
el divorcio de sus padres”
Parramón, S.A.
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