Cuando
el niño entra al colegio, la familia constituye el
grupo más importante y casi único de referencia.
El niño trata y conoce a nuevos compañeros y
a nuevos adultos y suponen un segundo grupo social a parte
del formado por la familia. Sin embargo en la adolescencia,
aumentan considerablemente los espacios donde son posibles
los intercambios o interacciones sociales y, por otro lado,
se debilita enormemente la referencia a la familia. La emancipación
respecto a ésta, en el curso del proceso de adquisición
de autonomía personal y como elemento constituyente
de este proceso, es, sin duda, el rasgo más destacado
de la nueva situación social del adolescente.
En el presente artículo veremos cómo se desarrollan
las relaciones sociales en la adolescencia desde tres
planteamientos: considerando al adolescente consigo
mismo, en relación con la familia y en relación
con el grupo de amigos. Veamos cada uno de ellos.
En cuanto al DESARROLLO en las RELACIONES
SOCIALES CONSIGO MISMO hay que decir que durante
la adolescencia, además de generarse un cambio en el
tipo de relación con los demás, también
surge en el adolescente una nueva comprensión de sí
mismo. Esta nueva perspectiva puede incluir cambios en los
siguientes conceptos:
Independencia |
La
independencia la podemos definir como la toma de decisiones
propias y la capacidad de actuar sobre la base de procesos
de pensamiento y criterio también propios. Parte
del proceso de desarrollo de los adolescentes es aprender
a resolver sus problemas sin intervención externa.
Con el aumento de sus capacidades cognitivas e intuitivas,
el individuo comienza a enfrentar nuevas responsabilidades
y a disfrutar la independencia de pensamiento y acción.
También comienza a tener pensamientos y fantasías
sobre su futuro y su vida adulta (los estudios universitarios,
la capacitación laboral, el trabajo, formar una
familia...). |
Identidad |
La identidad la definimos como la percepción
que tienen de sí mismos o el conocimiento acerca
de sus características propias o su personalidad.
Una de las tareas fundamentales durante la adolescencia
es lograr un sentido de identidad y solidez personal.
A medida que un adolescente se siente más a gusto
y acepta la madurez de su cuerpo, comienza a utilizar
su propio criterio, aprende a tomar decisiones independientes
y enfrenta sus propios problemas, comienza a desarrollar
un concepto de sí mismo como individuo y, en
consecuencia, desarrolla una identidad. Sin embargo,
cuando le resulta difícil definir los conflictos
acerca de su personalidad, su independencia y su sexualidad,
el adolescente no logra desarrollar un concepto claro
de sí mismo o una identidad. |
Autoestima |
La autoestima se define como los sentimientos que una
persona tiene sobre sí misma y está determinada
por la respuesta a la pregunta "¿Hasta qué
punto me agrada lo que soy?". En la adolescencia
es frecuente que se produzca una disminución
de la autoestima debida a la creciente manifestación
de los cambios que se producen, los pensamientos que
surgen y la forma diferente de pensar acerca de las
cosas. En este periodo, los adolescentes se vuelven
más reflexivos sobre quiénes son y quiénes
desean ser y observan las diferencias entre el modo
en que actúan y el modo en que piensan que deberían
hacerlo. Una vez que comienzan a reflexionar sobre sus
acciones y características, se ven confrontados
con la percepción que tienen de sí mismos.
Fijémonos en las chicas adolescentes que suelen
dar más importancia al hecho de sentirse atractivas
y, si no lo logran, su autoestima disminuye. |
Comportamiento |
Sabemos que los adolescentes sufren unos cambios rápidos
y súbitos a nivel físico, a esto hay que
añadir el desarrollo de las características
de conciencia propia, sensibilidad y preocupación
sobre los propios cambios corporales; a la vez que se
presentan comparaciones angustiosas entre sí
mismo y los compañeros.
Debido a que es posible que los cambios físicos
no ocurran en forma sincrónica, los adolescentes
podrían pasar por etapas de incomodidad, tanto
en términos de apariencia como de movilidad y
coordinación física. En el caso de las
chicas adolescentes debemos evitar angustias innecesarias
si no se les informa y prepara para la menarquia (el
comienzo de los períodos menstruales), igual
ocurre con los chicos adolescentes pues se les debe
suministrar información oportuna y precisa y
preparar para el comienzo de las emisiones nocturnas.
Qué no se preocupen los padres (¡es normal!)
si ven que los jóvenes tienen y demuestran necesidad
de separarse y establecer su propia identidad. Si este
proceso no lo entendemos como normal, en algunas familias
pueden surgir conflictos significativos sobre los actos
del adolescente o gestos de rebeldía y sobre
las necesidades de los padres de mantener el control
y hacer que el joven continúe con los comportamientos
de obediencia de su pasada infancia. Según se
alejan los adolescentes de los padres en búsqueda
de su propia identidad, el grupo de amigos o compañeros
adquiere un significado especial, ya que puede convertirse
en un refugio "seguro", en el que el adolescente
puede probar nuevas ideas y comparar su propio crecimiento
físico y psicológico. |
Seguridad |
El mundo
de la adolescencia va unido a actividades de riesgo
e inseguridad para la integridad física. Los
problemas en seguridad del adolescente se desprenden
del aumento de la fortaleza y la agilidad que se pueden
desarrollar antes de que se adquieran las destrezas
para tomar decisiones óptimas. Una fuerte necesidad
de la aprobación de un amigo, junto con los "mitos
de la adolescencia", podrían hacer que los
jóvenes comenzaran a intentar actos arriesgados
y participar en una serie de comportamientos peligrosos:
conducción, deportes de riesgo, consumo de sustancias
adictivas...
Si los adolescentes parecen estar aislados de sus compañeros,
no tienen interés en actividades sociales o escolares
o muestran una súbita disminución en el
desempeño escolar, laboral o deportivo, sería
motivo de requerir una evaluación psicológica.
Por desgracia, muchos adolescentes se encuentran en
alto riesgo de depresión y suicidio potencial
debido a las presiones y conflictos que pueden surgir
en la familia, el colegio, organizaciones sociales y
relaciones íntimas. |
Veamos
a continuación el segundo planteamiento al que aludíamos
al principio que trata sobre los CAMBIOS DEL DESARROLLO
EN LAS RELACIONES FAMILIARES. Un paso evolutivo obligatorio
es que el adolescente logre emanciparse de su familia a medida
que se convierte en adulto joven e independiente. En la adolescencia,
el individuo se da cuenta de que los adultos significativos
para él no tienen todas las respuestas ni todas las
soluciones, por lo que un cierto grado de rebeldía
contra los padres es común y normal. Al comienzo de
la pubertad, las adolescentes suelen estar más en desacuerdo
con sus madres. Los adolescentes varones, en especial los
que maduran precozmente, también suelen estar en desacuerdo
más con sus madres que con sus padres. Estos conflictos
disminuyen con el paso del tiempo, sin embargo las relaciones
de los adolescentes con sus madres suelen cambiar más
que las que tienen con sus padres. Es muy probable que, a
medida que se independizan de sus padres, los adolescentes
busquen el consejo de los progenitores su mismo sexo.
En esta etapa de la vida se produce la emancipación
psíquica del joven respecto de sus padres.
Esta emancipación será más o menos traumática
según el modelo de autoridad paterna (más o
menos autoritario); el momento de tensión, sin embargo,
siempre se produce, siempre se da una separación.
El joven intenta separarse para obtener independencia, pero
a la vez siente nostalgia de la protección paterna.
Se produce, pues, una tensión entre estos dos sentimientos.
El adolescente se halla en una situación ambigua, que
además hoy en día se alarga por razones socioeconómicas
y culturales.
Y
a todo esto hay que añadir lo que supone el primer
enamoramiento. Es uno de los sucesos más
importantes de la vida de un adolescente y se produce
en un momento especialmente complicado, |
en
el que todo lo relacionado con los sentidos se magnifica.
Para los adultos es algo pasajero destinado a convertirse |
|
en
un bello recuerdo porque tenemos experiencia propia,
pero los alumnos no tienen pasado afectivo y no pueden
relativizar sus primeras vivencias. |
Por
último cabría hablar de la AMISTAD y del DESARROLLO
EN LAS RELACIONES CON EL GRUPO DE IGUALES. El tiempo que el
adolescente comparte con sus amigos aumenta durante la adolescencia.
Los padres no deben alarmarse si ven que su hijo adolescente
disfruta el tiempo compartido con sus amigos más que
en otras actividades y manifiesta que se siente más
comprendido y aceptado por ellos y dedica cada vez menos tiempo
a sus padres y a otros miembros de la familia.
Si bien las amistades de la infancia solían basarse
en las actividades comunes, en la adolescencia éstas
se amplían e incluyen, además de las actividades
compartidas, similitud de actitudes, valores, lealtad e intimidad.
También suele existir un mismo nivel de compromiso
acerca de los intereses académicos y educativos. Las
conversaciones íntimas, especialmente entre las chicas
adolescentes, con un alto grado de revelaciones personales
les ayudan a desarrollar y explorar sus identidades, como
también su sexualidad y los sentimientos que ésta
despierta en ellas.
Las amistades de los chicos adolescentes no suelen ser tan
íntimas como las de las chicas. Los varones se inclinan
a formar alianzas con un grupo de amigos que reafirma el valor
de cada uno a través de acciones y actos más
que a través de revelaciones interpersonales.
No en vano, los chicos desarrollan la intimidad interpersonal
más despacio y más tarde que las chicas. La
intimidad con alguien de otro sexo crece con más precocidad
en las chicas que en los chicos. A medida que se intensifican
las relaciones con compañeros de otro sexo, decae en
algo la relación con los del propio sexo.
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Por
último y en relación con el aspecto social
del adolescente y sus amigos, hay que decir que no es
cierto que los padres dejen de influir en el adolescente,
en sus decisiones o en su género de vida. Tampoco
la influencia que los amigos ejercen es más intensa
que la de los padres. |
Para
terminar vendrán bien algunas “recetas”
que CAROLYN MEEKS nos aporta para tratar a los adolescentes
y que serán de gran ayuda:
1.
No tome la forma de ser de un adolescente como algo
personal.
2. Escuche positivamente.
3. Dígale que usted tiene el deber de establecer
límites razonables.
4. Comparta con él sus vivencias pasadas
.5. Intente ser un buen modelo para su hijo / alumno. |
Otros
consejos de interés serían:
Tomarlos en serio, no tratarlos como
seres inferiores que explican cosas de las que estamos
de vuelta.
Conviene
no aprovechar la ocasión para sermonearles.
Escuchar
con atención lo que quieren explicarnos
o preguntar.
Hablar
también de lo que les interesa a ellos.
Dar tiempo para abordar los temas que nos interesan
a nosotros. |
(1)
Para
una mejor comprensión de este artículo es necesario
consultar también el artículo titulado “El
desarrollo afectivo y social en el adolescente”.
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