Sólidos iónicos |
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Los sólidos iónicos están formados por iones unidos por fuerzas eléctricas intensas (enlaces iónicos) entre iones contiguos con cargas opuestas (cationes y aniones). En estas sustancias no hay moléculas sencillas e individuales; en cambio, los iones permanecen en una ordenación repetitiva y regular formando una red continua. La sal común (NaCl), minerales como la fluorita (CaF2) o los óxidos de los metales son ejemplos de sustancias iónicas. En la sal común los iones Na+ (cationes) y los iones Cl- (aniones), unidos por fuerzas eléctricas debidas a su carga opuesta, forman una red tridimensional cúbica en la que cada ion Cl- está rodeado por seis iones Na+ y cada ion Na+ por seis iones Cl-. Debido a su estructura, los sólidos iónicos tienen las siguientes propiedades: 1. No son volátiles y tienen un punto de fusión alto (normalmente entre 600 °C y 2.000 °C). Para fundir el sólido deben romperse los enlaces iónicos, separando unos de otros los iones con cargas opuestas. Los iones adquieren energía cinética suficiente para que esto ocurra solamente a temperaturas elevadas. |
2. Los sólidos iónicos no conducen la electricidad,
puesto que los iones cargados tienen posiciones fijas. Sin embargo, llegan
a ser buenos conductores cuando están fundidos o disueltos en
agua. En ambos casos, fundidos o en disolución, los iones son
libres para moverse a través del líquido y así pueden
conducir una corriente eléctrica. 3. Muchos compuestos iónicos, pero no todos (p. ej., el NaCl pero no el CaCO3), son solubles en agua. |
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