El nombre de la escala procede de Lord Kelvin, un científico
británico que demostró en 1884, a la edad de 24 años, que
es imposible alcanzar una temperatura por debajo de 0 K.
La práctica entonces habitual de utilizar termómetros calibrados
con los puntos de fusión y de ebullición del agua, presentaba
el inconveniente de que esta escala es poco científica pues, no se puede
asegurar que todos los grados sean iguales. Para solucionar el problema William
Thomson (Lord Kelvin) propuso en 1848 una escala termométrica basada
en la Termodinámica. En esta escala la referencia para el cero es la
temperatura más baja que se puede alcanzar (0 K) que se define como el
valor de temperatura a la cual la presión de cualquier gas se anula.
Como segundo punto Thomson eligió el punto triple del agua (única
temperatura a la que pueden coexistir el hielo, agua líquida y vapor
de agua, en contacto entre sí) y le asignó el valor de 273,16
K.