En 1654, Antoine Gombauld, conocido como Caballero de Méré planteó al matemático Blaise Pascal (1623- 1662) el problema de cómo repartir la apuesta realizada en un juego de azar cuando éste se ve interrumpido por algún motivo y, en ese momento, uno de los jugadores lleva ventaja sobre el otro. Más concretamente:
Dos jugadores, que han depositado una apuesta inicial, lanzan repetidamente una moneda, el primero gana si sale cara y el segundo si sale cruz. Han decidido que el primero que gane seis veces (consecutivas o no) se llevará el total de la apuesta. En un momento dado han salido (en cualquier orden)
cinco caras y tres cruces y el juego debe ser interrumpido. ¿Cómo deben repartirse la apuesta?

A lo largo de la historia se fueron buscando distintas soluciones a este problema. Muchas de ellas fueron incorrectas, porque se basaban en los puntos acumulados que los jugadores tenían cuando se interrumpe el juego. Por ejemplo, Luca Pacioli propone en este caso que el primero debería tomar los 5/8 de la apuesta y el segundo los 3/8 restantes. El siguiente diagrama de árbol nos va a convencer de que ésta no es la respuesta correcta, que el reparto debe hacerse en proporción 7 a 1.