¿Qué es un cultivo?

El cultivo es un ecosistema artificial, es decir, creado por el ser humano con el fin de obtener frutos. Para ello se siembran semillas, bajo la tierra o encima de ella, y se realizan otras labores como regar y exponer las plantas a la luz solar o artificial, hasta que éstas crezcan y el fruto esté disponible para la recogida. En este proceso se pueden obtener frutas, verduras, cereales, semillas o forraje.

¿Qué seres vivos encontramos en los cultivos?

Entre la vegetación que constituyen los cultivos, encontramos todo tipo de cereales (arroz, trigo, trigo sarraceno, maíz, cebada, mijo, quinoa, etc.), árboles frutales (naranjos, manzanos, perales, melonares, plataneros, etc.), vegetales (lechugas, cebollas, zanahorias, puerros, calabazas, pimientos, nabos, etc.) y semillas (de girasol, de chía, sésamos, etc.). Además, junto con la vegetación cultivada, crecen malas hierbas y matorrales. 

En lo que concierne a los animales que viven en los cultivos, destacan los ratones, conejos, liebres, perdices, caracoles, etc. Además, las aves rapaces, como los halcones y águilas, cumplen su función de consumidores secundarios.

¿Cuáles son los tipos de cultivos?

Al hilo de esto, se pueden diferenciar distintos tipos en función del tamaño, lo que se siembre y la cantidad de agua que se necesita. En primer lugar, atendiendo al fruto que se plante, podemos distinguir los monocultivos y los cultivos múltiples. Los primeros se refieren a la plantación de un solo fruto, cereal, verdura o semilla, mientras que en los segundos se siembran más de un producto en un terreno determinado. 

Si atendemos a la cantidad de agua necesaria, podríamos clasificar los cultivos en dos grupos: los cultivos de secano y de regadío. En el primero, el ser humano no aporta agua y las plantas se nutren del agua de la lluvia y el agua subterránea. Un ejemplo de este tipo de cultivo es el de la aceituna, ya que los olivos no necesitan gran cantidad de agua. En el segundo caso, los humanos aportan el agua que las plantas requieren para su desarrollo de manera artificial. 

En lo que concierne al tamaño, en primer lugar, podemos encontrarnos los pequeños cultivos de subsistencia, que pueden abastecer a una familia. Por otro lado, subrayamos la cada vez más abundante presencia de cultivos industriales en nuestro entorno. Éstos son extensos y en ellos se obtienen distintos productos vegetales en grandes cantidades, que en muchas ocasiones son utilizados como materia prima para la elaboración de otros productos como la pasta, galletas, etc. 

Curiosidades sobre los cultivos

Entre las curiosidades sobre los cultivos, nos centramos, en primer lugar, en la creciente necesidad del uso de fertilizantes y pesticidas para poder producir cereales, verduras, frutas y semillas a gran escala. 

Además, es interesante mencionar que en muchos lugares se lleva a cabo la rotación de cultivos. Se trata de ocupar la tierra con distintos cultivos a lo largo de un tiempo determinado, con el fin de mantener la fertilidad de aquélla.

¿Qué efectos tienen los cultivos sobre la naturaleza?

La agricultura puede tener un impacto diferente en el medio ambiente en función de las técnicas empleadas y el tamaño del cultivo. En términos generales, éste puede tener efecto sobre el agua, el aire, la biodiversidad y el suelo que lo rodea. A continuación, se mencionan algunos de los efectos más característicos de la práctica de la agricultura: 

• Deforestación: muchos bosques son destruidos con el fin de utilizar las tierras para grandes cultivos de árboles, hortalizas, etc. 
• Contaminación agrícola: el uso de fertilizantes, plaguicidas y otro tipo de productos artificiales empleados en el cultivo pueden dañar el suelo, la vegetación y los animales del entorno.
• La emisión de gases relacionados con el efecto invernadero principalmente por el uso de combustible necesario para la maquinaria agrícola.