La revolución neolítica en la Península Ibérica
El Neolítico se inició en la Península Ibérica hacia el 8.000 a.C. con la llegada de pobladores procedentes de Oriente Próximo a través de la ruta costera del Mediterráneo. Éstos importaron avances tecnológicos y nuevas formas de vida sedentarias basada en la agricultura y la ganadería que fueron asumidas por los poblados autóctonos de la Península.
Existió una gran diversidad de culturas neolíticas que compaginaban la recolección y la caza con las nuevas formas de producción agraria. Testimonio de estas formas de vida de caza, recolección y uso de nuevos útiles como la cerámica fueron las pinturas rupestres de la zona levantina, como la escena de recolección de miel de la Cueva de Araña en Valencia o la cerámica almagra hallada en la Cueva de los Murciélagos, Zuheros (Córdoba).
