La ubicación de las industrias no se debe a acciones fortuitas, ni aisladas, sino que sigue unos patrones o necesidades que hacen que exista una dispersión de las áreas industriales según una serie de factores de localización:

1. Factores físicos:
- La proximidad de las materias primas frente a las fábricas para abaratar costes de transporte.
- La cercanía de las fuentes de energía.
- La topografía del lugar para que sea más fácil y barata la construcción de infraestructuras industriales.
- La facilidad para la conservación del medio ambiente.
2. Factores humanos:
- La mano de obra. La cantidad de trabajadores, la calidad y cualificación y los salarios de los mismos son aspectos muy importantes para tener en cuenta.
- La cercanía de los mercados para la posterior venta de los productos, aunque cada vez importa menos en la sociedad global y tecnológica en la que vivimos.
- Las estructuras de comunicación y los medios de transporte para trasladar las materias primas y los productos elaborados.
- El capital o dinero para invertir en la industria. Esto es lo que explica la brecha industrial de los países del Norte frente a los del Sur, mucho más pobres y con menos presupuesto para la inversión.
- La política de los países y su legislación pueden facilitar o complicar la instalación de empresas.
Estos hechos han facilitado lo que se denomina la deslocalización industrial. Es decir, el traslado de empresas a otros países, normalmente en vías de desarrollo, en busca de mayores beneficios y la reducción de gastos. En la actualidad ha disminuido mucho la importancia de factores como la cercanía de recursos, fuentes de energía o mercados, porque las nuevas tecnologías y la globalización de la sociedad permiten producir en una parte del mundo para vender en la otra punta.
El inicio de la deslocalización viene dado por la existencia de escasa legislación laboral y la abundante mano de obra barata en países menos desarrollados, donde se ubican las fábricas, permitiendo alejar la dirección de las empresas que se encuentran en los países desarrollados y aumentando la diferenciación económica entre el Norte y el Sur. Esto conlleva una serie de consecuencias:
- Positivas:
- La necesidad de la reconversión industrial en países más desarrollados, apostando por empresas dedicadas a sectores más estratégicos y específicos como la alta tecnología.
- Crecimiento económico de los países menos desarrollados, entrando en el juego económico de la globalización y consiguiendo su industrialización.
- Negativas:
- Aumento del desempleo en los países desarrollados por el traslado de fábricas.
- Abusos en las condiciones laborales de los trabajadores de las fábricas en países más pobres.
Sin duda, las consecuencias negativas deben erradicarse con la cooperación y participación de organismos supranacionales que velen por las mejoras de los trabajadores, obligando a una legislación justa para el desarrollo de los mercados globales.
