Desde el comienzo de la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, las fuentes de energía fueron clave para su desarrollo. La cercanía de minas respecto a la industria primero y, al agotarse estas, la necesidad de encontrar nuevas localizaciones de minas con minerales (carbón primero, petróleo después) fueron uno de los principales motivos que también impulsó la colonización en el siglo XIX. En el siglo XX, algunas guerras y apoyos a ciertos gobiernos escondían aismismo la necesidad de obtener ciertas fuentes de energía.
En las décadas de 1950 y 1960, el consumo energético fue muy intenso para conseguir el crecimiento económico tras la II Guerra Mundial. En aquel tiempo se daba una estrecha relación entre los indicadores de bienestar económico de las sociedades y el consumo de energía. Surgieron, así, estudios que indicaban que, de seguir con aquellos hábitos de consumo, se produciría un agotamiento del petróleo disponible en los albores del siglo XXI.
El aumento de los precios del barril de petróleo en la década de 1970, llevó a una fuerte crisis energética y económica que repercutió de forma más notable a los países en vías de desarrollo.
Surgió lo que conocemos como "problema energético”, el concepto de ahorro energético y la necesidad de mejorar los rendimientos en los procesos de producción, transporte y consumo de energía. A partir de entonces, recibieron un fuerte impulso las fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles para solucionar la contaminación medioambiental, obligando a introducir elevados costes añadidos, debido a la necesidad de incorporar medidas para la reducción del impacto ambiental.

Por tanto, los principales retos de los problemas energéticos los podemos resumir en:
- La necesidad del ahorro energético.
- La obligación de mejorar los rendimientos en la producción y el consumo de energía.
- La importancia de evitar la contaminación del medio ambiente.
- La búsqueda de un desarrollo sostenible que permita la continuidad del nivel de producción y evite el agotamiento de los recursos.
- La necesidad de buscar fuentes de energías alternativas, limpias e inagotables.
- Los problemas políticos surgidos por el control de fuentes de energía, principalmente no renovables.
- El encarecimiento de los procesos industriales para reconvertirlos en la búsqueda de las mejores anteriormente indicadas.