En el texto que tenemos a continuación, podemos hacernos una idea de cómo son los personajes gracias a su intercambio de frase cortas. ¿Qué puedes decir de cada una de ellas?
ANTONIA.— ¡Huy! Encantada, hija. Antonia del Campo, calle de la Sal, doce, bajo C. Allí tienes tu casa. ¡Ay, Dios mío! Otra infeliz que cayó en el vicio, con la cara de buena que tienes. ¡En fin! (Se arregla la ropa y coge el bolso.) Bueno, me voy a echar un bingo. A ver si cojo hoy un par de líneas por lo menos. A esta hora es cuando está mejor y más decente. Como está enfrente del mercado, sólo señoras, amas de casa y alguna criada. CHUSA.— Adiós, doña Antonia, que siga usted bien. ELENA.— Adiós, y encantada. ANTONIA.— Y a ver si venís algún sábado a las reuniones, que si cae un rayo allí no os pilla, no. Hala, adiós. CHUSA.— No se preocupe, que el sábado vamos sin falta los cuatro. Adiós, adiós. (Sale Doña Antonia.) ¡Puf! Menos mal. Si no es por el bingo hoy no nos la quitamos ya de encima.
José Luis Alonso de Santos. Bajarse al moro. Cátedra.
En este fragmento tan corto, podemos identificar rasgos de la personalidad de los tres personajes que aparecen:
Chusa: es la protagonista de la escena. No le cae bien Antonia.
Antonia: es una señora mayor a la que le gusta jugar al bingo.
Elena: es la más tímida. Acompaña a Chusa y, según Antonia, tiene cara de buena y ha caído en "el vicio".