La modalidad y la atenuación
Las oraciones se pueden clasificar, entre otros, dependiendo de su complejidad (simple o compuesta), la naturaleza del predicado (atributivas o predicativas) o su modalidad, es decir, en función de la actitud que manifiesta el hablante ante lo enunciado. Respecto a su modalidad oracional, podemos dividir las oraciones en tres grandes grupos:
- Oraciones referenciales: son aquellas en las que predomina la comunicación del hecho sobre la actitud del hablante ante el mismo. Pueden ser enunciativas afirmativas o negativas:
Voy a la fiesta.
Juan no irá a la fiesta.
- Oraciones expresivas: son aquellas que implican el predominio de la actitud del hablante sobre el hecho que comunica. Cabe distinguir tres tipos: las dubitativas (expresan duda), las desiderativas (expresan deseo) y las exclamativas (expresan emociones, sentimientos, etc.).
No sé si vendrá a la fiesta.
¡Ojalá venga a la fiesta!
¡Te espero en la fiesta!
- Oraciones apelativas: son aquellas que conllevan dos aspectos semánticos: por una parte, la actitud del hablante ante el hecho que comunica; por otra parte, la actuación sobre el oyente. Pueden ser interrogativas e imperativas.
¿Quién eres tú para decirme eso?
¡No te vayas sin dinero!

Las estrategias de cortesía en los enunciados oracionales
En cualquier caso, independientemente de la modalidad, es común que el hablante use una serie de estrategias de cortesía cuando emite el mensaje. Fijémonos en este ejemplo:
¡Ve a la panadería y compra el pan! (estrategia abierta y directa).
¿Luego bajarás a la panadería? (estrategia abierta e indirecta).
Convendría que alguien fuera a la panadería y comprara el pan (estrategia abierta e indirecta).
El gazpacho necesita de pan. ¡¡Uff, pues no queda!! (estrategia encubierta).
Cuando el emisor usa una estrategia u otra, siempre está pensando en cómo construir el mensaje para que resulte convincente y persuada al receptor. Existen recursos lingüísticos que manifiestan la atenuación pragmática en el marco conversacional. Fíjate en estos mecanismos:
- Procedimientos léxico-semánticos (expresiones de cortesía, de duda, de asentimiento, etc.). Se trata de procedimientos que los hablantes utilizamos para moldear nuestra pregunta. Fíjate en estos ejemplos:
¿Sabes si por aquí pasa el autobús 32? (El hablante pregunta de manera cortés porque no está seguro).
¿Por un casual has visto mi libro de gramática? (El hablante usa una expresión de duda).
Nerea ya no sale con Jaime, ¿verdad? (El hablante quiere reafirmar su enunciado con una pregunta).
- Procedimientos sintácticos (modificadores proposicionales, oraciones interrogativas negativas,etc.). A través de diversos procedimientos sintácticos se modulan los enunciados en función de la intencionalidad perseguida:
Si acaso cogemos el metro que tarda menos. ¿No te parece? ( El hablante busca la complicidad del receptor).
¿No has visto la última película de moda? (El hablante usa una pregunta con intención persuasiva).
- Procedimientos morfosintácticos (verbos modalizadores, cuantificadores, impersonalización del yo, etc.). Al igual que en los casos anteriores, a través de estos procedimientos, se busca adaptar el enunciado a la finalidad perseguida:
Pensaba que ya no estabas enferma. (Construcción modal con implicación del hablante).
Solamente me duele un poco el estómago, pero no para cancelar la cita. (Modalizador oracional).
Una siempre tiene tanto trabajo en el instituto. (Indeterminación del sujeto de la acción).
- Procedimientos morfológicos (diminutivos): se trata de un procedimiento morfológico muy habitual en nuestros actos de habla, que muestra la implicación afectiva del emisor con aquello que está enunciando.
No te preocupes. Tan solo es una manchita en el pantalón. (Uso del diminutivo para atenuar el problema).
- Procedimientos fónicos (alargamientos fónicos, vacilaciones fonéticas, relajación articulatoria, etc.). Se trata de otro procedimiento modalizador de nuestros actos de habla:
Si te quieres venir... (Obviamente esperamos que el interlocutor diga que no a la oferta).
Me ha dicho que viene, ¡¡QUE VIENE!! Estoy que no me lo creo... (Énfasis tonal).
Como acabas de ver, la atenuación como función pragmática constituye un recurso de gran utilidad para el hablante.