3. El punto de encuentro.
Muchas veces en nuestra vida tenemos que tomar decisiones. Debemos comparar elementos y escoger entre distintas opciones. Por ejemplo, en verano tenemos que elegir, si podemos, entre ir a veranear a la playa o a la montaña. Si salimos con los amigos de cena, tendremos que escoger entre ir a una hamburguesería, a una pizzería, o quizás a un chino... Y así en gran cantidad de situaciones.
Estación de metro. Imagen de ppmuñoz en Flickr.
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A veces, esas comparaciones hay que hacerlas entre elementos que pueden relacionarse mediante una función. Te ponemos un ejemplo. Si en tu ciudad hay metro y tú lo coges de vez en cuando, quizás debes decidir entre sacar un billete individual cada vez que lo vayas a utilizar o sacar un abono de viajes o mensual. Como es lógico, dependerá del número de viajes que realices a la semana o al mes, pero el estudio para decidirlo se basa en funciones lineales y constantes.
En este último apartado vamos precisamente a aprender a relacionar unas funciones con otras.