Los seres vivos del ecosistema litoral están en constante relación, pudiendo existir diferentes tipos: intraespecíficas dentro de la misma especie (de familia o territorialidad, por ejemplo) y las interespecíficas entre distintas especies (de depredación, parasitismo o de mutualismo).  

La cadena alimentaria es la relación para lograr alimento que se establece entre distintos seres vivos. Conviene recordar la diferencia entre productores, esto es, que elaboran su propio alimento como las plantas y los consumidores, los cuales se alimentan de otros organismos. Entre estos últimos, se distinguen los consumidores primarios (los herbívoros), los secundarios (carnívoros y omnívoros que se alimentan de herbívoros), los terciarios (carnívoros y omnívoros que se alimentan de los consumidores secundarios). 

De este modo, en el ecosistema litoral nos encontramos seres vivos productores como los árboles, los arbustos o las algas y seres vivos consumidores primarios como algunos peces (pez payaso o el pez cirujano) y consumidores secundarios como las aves (gaviota), reptiles (tortuga) y peces (la morena). 

Por último, es importante subrayar el gran impacto que el ser humano tiene en la conservación y el cuidado del ecosistema litoral. En este sentido, se pueden destacar varias formas de impacto negativo en las costas: vertidos industriales, basura, la pesca excesiva o la construcción descontrolada en zonas costeras.