El relieve de España
Como ya sabemos, el relieve es la forma de la superficie terrestre, ya sea llana, montañosa, ondulada o el aspecto que presente. Además, el relieve se forma por la acción conjunta de las placas tectónicas y la erosión atmosférica, en un proceso ininterrumpido que dura millones de años y que continua en activo.
En el caso de España, la superficie es de poco más de 505.000 km², de los que la mayoría está en la Península Ibérica. La altitud media es de 660 metros sobre el nivel del mar, la segunda de Europa, sólo superada por Suiza, un país que, a diferencia del nuestro, no tiene costas.
Para poder estudiar el relieve de España, lo dividiremos entre peninsular e insular.
El relieve Peninsular
La Península Ibérica es, junto a la Itálica y a la Balcánica, una delas tres grandes penínsulas mediterráneas de Europa. En nuestro caso, hablamos de una península maciza situada al sudoeste de Europa, situada entre esta y África y rodeada de mares y océanos por todas sus partes (Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo), excepto por una: el istmo que la une a Europa por los Pirineos.
También es importante saber que la Península es un espacio compartido, con Portugal. Así, parte de los principales ríos (Miño, Duero, Tajo y Guadiana), llanuras (especialmente la submeseta sur) y algunas sierras (como el Sistema Galaico o el Central) no entienden de fronteras y continúan en el país vecino.
Tradicionalmente y para explicar el relieve de la Península, lo hacemos a partir de la meseta como unidad central a partir de la que ordenamos el relieve. Por tanto, diferenciamos entre la meseta, las zonas en Contacto con la meseta o rebordes montañosos y las unidades exteriores, que pueden incluir las costas o litoral.
La meseta
La meseta es la unidad central del relieve peninsular. Con una altura media superior a los 600 metros, está formada por una plana basculada o inclinada hacia el Atlántico, rodeada de rebordes montañosos y surcada por grandes ríos que desembocan en ese océano.
Esta orientación hacia el Atlántico provoca que los ríos que mueren en ese mar sean más largos que los mediterráneos. Por ejemplo, Turia y Tajo nacen muy cerca uno de otro, pero la inclinación de la meseta hace que el Tajo sea más largo y caudaloso que el Turia. Por otra parte, la meseta está abierta a las lluvias del Atlántico y cerrada a los vientos mediterráneos o cantábricos.
La meseta está dividida en dos mitades, norte y sur, divididas por el Sistema Central:
- La submeseta norte o septentrional es más elevada (850 metros de media) y fría que la sur o meridional y el río Duero recoge las aguas para llevarlas al Atlántico. Está compuesta por materiales antiguos y poco flexibles, como las rocas silíceas o graníticas.
- Por contra, la meseta sur o meridional es de menor altitud y desciende suavemente hacia el mar en Portugal. Está dividida, a su vez, en dos por los Montes de Toledo, que separan las aguas de los ríos Tajo y Guadiana.
Como característica común, tanto los ríos, como las montañas tienen una orientación Este-Oeste.
Las zonas en contacto con la meseta
Son una serie de montañas que se elevan y rodean a la meseta, de manera que la aíslan de la influencia marítima a la vez que históricamente han dificultado las comunicaciones entre el interior y el litoral.
Entre estas unidades tendríamos :
- Cordillera Cantábrica.
- El Sistema Ibérico.
- Sierra Morena.
Aunque tradicionalmente no se incluye en esta categoría a las Béticas que están consideradas como unidades exteriores, en su parte más oriental, limitan con la meseta sur en la zona en que entran en contacto con el Sistema Ibérico, al este de la meseta.
Unidades exteriores a la meseta
Son aquellas unidades de relieve que no están en contacto con la meseta, dejando aparte el relieve litoral del que hablaremos más adelante. Están formadas mayoritariamente por los grandes valles fluviales del Ebro y el Guadalquivir, ligados a las únicas cordilleras peninsulares con montañas que sobrepasan los 3.000 metros, como son los Pirineos y las Béticas.
Las unidades que lo forman son:
- Macizo Galaico.
- Valle del Ebro.
- Pirineos.
- Sistema Litoral Catalán.
- Cordilleras Béticas, con las Subbéticas y las Penibéticas.
Como ya hemos dicho anteriormente, el relieve litoral será tratado posteriormente.
El relieve insular
Aquí, podemos distinguir el archipiélago Balear en el Mediterráneo y el Canario en el Atlántico.
Las Islas Baleares
Su relieve es la continuación de las Béticas. La Península Ibérica está sobre una placa tectónica que choca con la placa africana. Fruto de este choque, tanto al Norte de África (Montañas del Atlas) como al Sur de la Península Ibérica (Cordilleras Béticas), se están elevando dos grandes cordilleras separadas por el Estrecho de Gibraltar, pero prácticamente simétricas entre sí. Las Béticas van desde Gibraltar hasta el valenciano Cabo de la Nau, donde de sumergen para reaparecer como las islas Baleares.
Ordenadas por su tamaño serían:
- Mallorca.
- Menorca.
- Ibiza, isla de muy poca altitud, que, junto a Formentera y Cabrera, forma las Pitiusas.
Las Islas Canarias
Están situadas en el océano Atlántico y tienen un origen volcánico. Se formaron en momentos distintos, por lo que las islas más antiguas, Lanzarote y Fuerteventura, aparte de ser las más orientales y próximas a África, son las de relieve más suave y erosionado. El resto de las islas, por contraposición, tienen un relieve muy vigoroso y, como norma general su máxima altitud se sitúa en el centro de la isla, como el Teide, que, con 3.718 m., es la máxima elevación de Tenerife y de España. Las principales islas son:
- La Palma.
- Hierro.
- Gomera.
- Tenerife.
- Gran Canaria.
- Fuerteventura.
- Lanzarote.