Una sociedad en evolución
Durante el siglo XV, la población europea superó la crisis demográfica del siglo anterior y comenzó una fase de crecimiento. De hecho, en 1500 casi se había alcanzado en Europa el número de habitantes que había antes de la peste negra del siglo XIV, y todo ello gracias a la menor incidencia de las epidemias y a la mejor alimentación, como ya se ha visto en el apartado anterior.
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Aunque la sociedad mantuvo la estructura piramidal de origen medieval, dividida básicamente en privilegiados y no-privilegiados, desde el siglo XV algunos cambios comenzaron a producirse.
- La nobleza y el clero seguían siendo estamentos privilegiados, ya que no pagaban impuestos, controlaban buena parte de la tierra y ocupaban cargos en la corte y en la administración. La nobleza seguía siendo un grupo heterogéneo, pero lo que sí estaba comenzando a cambiar era la imagen de una nobleza rural y guerrera, típica de la Edad Media, por una más refinada y cortesana, que poco a poco va sustituyendo sus castillos por villas o palacios urbanos.
- La burguesía se había enriquecido con los negocios comerciales y financieros, y alcanzó gran protagonismo y un creciente poderío. La posesión de riqueza se transformó en un medio de ascenso social y de prestigio, por lo que muchas familias de comerciantes y banqueros se emparentaron con familias nobles.
- Ahora bien, junto con la alta burguesía se encuentra la baja burguesía, formada por artesanos y pequeños comerciantes que vivían más modestamente, evidenciando que no toda la burguesía era igual.
- Los campesinos seguían soportando unas duras condiciones de vida. En Europa occidental poco a poco dejaron de ser siervos, pero sobre sus espaldas se seguían sustentando, gracias a los impuestos que pagaban, los dos grupos privilegiados, la nobleza y el clero. Esta situación todavía perduraría unos siglos más.