La solución final
En las siguientes líneas abordaremos uno de los crímenes más atroces vistos hasta ahora en la historia de la humanidad: el genocidio judío perpetrado por los nacionalsocialistas y que toma la denominación de Holocausto.
¿Cómo se inició este periplo de la muerte? De entrada, los nazis desde su llegada al poder dieron el pistoletazo de salida a la persecución de la etnia judía. Los judíos fueron, así, forzados a llevar un distintivo a la ropa, sus comercios se señalaron e identificaron e, incluso, más tarde acabaron deportados y con la imposición de hacer trabajos forzados. En última instancia, en aquello que se conoció como la solución final, fueron tomados para ser directamente exterminados en los campos de la muerte. A partir de 1940 estuvieron obligados a vivir en guetos, como es el caso del de Varsovia, un icono de estos; y ya al 1941 empezaron las masacres en la URSS y la Europa oriental con el epicentro en Auschwitz.
Fue, a partir del 1942, cuando se tomó la decisión de llevar a cabo la eliminación total de los judíos, con la conversión de los campos de concentración en lugares de exterminio masivo. Trasladados en manada, es decir, amontonados, sin comida y sin servicios higiénicos, estos eran deportados. En el célebre campo de Auschwitz, dos médicos de las SS observaban los prisioneros y, cuando pasaban ante estos, los facultativos decidían si estaban aptos para el trabajo o directamente eran encaminados a los lugares de exterminio.
Por consiguiente, los campos de concentración, concretamente los de exterminio, se convirtieron en auténticas fábricas de tortura y degradación del ser humano, dado que las personas eran forzadas a trabajar hasta la extenuación, condenados a la miseria alimentaria y sometidos a todo tipo de experimentos médicos y, en última instancia, a asesinatos masivos en las cámaras de gas.