1. La economía en España
España siempre ha ido a remolque respecto al resto de países (como Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania) en términos económicos, ya que su dependencia era alta debida a la falta de capital. Bien entrado el siglo XIX comenzó su revolución industrial, siendo los principales sectores el textil, el metalúrgico y el siderúrgico. El ferrocarril tuvo su importancia y el sector primario era el principal exponente de nuestra economía.
Tras la pérdida de las últimas colonias en 1898, los vaivenes políticos de la primera mitad del siglo XX llevaron a España a una situación de aislamiento internacional. No fue hasta la década de 1950 -a raíz de los acuerdos con los Estados Unidos y la Santa Sede- cuando comenzaron a llegar capitales extranjeros a nuestro país. Comenzaba, así, una nueva etapa de desarrollo, que sería aún más profunda y estable gracias a las consecuencias positivas del Plan de Estabilización de 1959. Ahora bien, este también provocó gran desigualdad regional, que aún se deja notar hoy día, al priorizar unas zonas del territorio español sobre otras.
La crisis de 1973 también afectó seriamente a España por la gran dependencia energética del petróleo y tecnológica de otros países. La transición democrática vivida a partir de 1977, la entrada en la CEE en 1986 y la importancia que ha ido tomando en la Unión Europea han llevado a España a ser la cuarta economía del continente y la décimotercera del mundo.
2. Los sectores económicos en España
El sector primario apenas llega a un 4% del peso económico. No obstante, la industria relacionada con la alimentación es muy importante en nuestro país. El secundario aporta actualmente cerca del 30% del PIB en nuestro país, aunque, como consecuencia de la terciarización del país, con el turismo como principal baluarte, el sector terciario es el que más peso lleva en la economía del país.

Esto provoca que las crisis económicas afecten a la economía del país, pues merman de manera considerable muchas actividades ligadas al turismo, dependiendo de las divisas extranjeras.
3. La industria en España
Como ya hemos comentado, la crisis vivida en la década de 1970 obligó a una reconversión de la industria española llevada a cabo por el Estado democrático recién nacido. Los sectores energéticos, textil, siderúrgico y químico fueron los más afectados. No obstante, la regionalización o la concentración industrial en ciertas zonas de España ha seguido siendo la característica principal del país, donde las zonas periféricas, a excepción de Madrid, siguen siendo las zonas preferidas para la instalación de industrias.
Además, la globalización que vivimos actualmente ha obligado a la tecnificación de las industrias en España para poder competir, si bien el sector industrial también se ha visto afectado por la deslocalización industrial en busca de mayores beneficios de las empresas, que acuden a zonas con mano de obra más barata. Por ello, los gobiernos de España buscan una reindustrialización con mejoras en infraestructuras mediante ayudas y exenciones fiscales para evitar la marcha de empresas del país.
Actualmente, las actividades que forman parte del sector son muy diversas, y van desde la alimentación, bebidas y tabaco (26,2% del total de la cifra de negocios del subsector) y material de transporte (16,9%), hasta la industria textil, confección, cuero y calzado (3,5%). Se trata de una actividad clave en el sector exportador: casi un 30% de las ventas se destinaron al extranjero, dos tercios de las cuales fueron a la UE. En definitiva, la economía española dispone de un tejido industrial diverso, exportador y de productividad elevada.
