Cuando hablamos específicamente de comunicación humana, podemos entenderla como un proceso de transmisión de información. En todo proceso comunicativo, podemos identificar una serie de elementos o factores que intervienen en la comunicación:

• Emisor: es la persona o grupo que elabora el mensaje. Normalmente, podemos reconocer su intención comunicativa, es decir, para qué utiliza la comunicación.
• Receptor: es quien recibe e interpreta el mensaje, que debe ser comprensible para que tenga algún valor.
• Mensaje: es la información que el emisor elabora para transmitirla de un punto a otro.
• Código: es el idioma o sistema que utiliza el emisor para darle forma a la información y poder transmitirla. Por tanto, el receptor también debe conocer el código para poder entenderlo.
• Canal: es la vía o el medio material a través del cual el emisor y el receptor pueden ponerse en contacto.
• Contexto: son las circunstancias en las que se produce la comunicación: el lugar, el momento, el motivo, etc.

Los papeles de emisor y receptor, a veces, pueden intercambiarse, como en una una conversación en la que primero hablas (emites) y luego escuchas (recibes). En otras ocasiones no podemos interactuar, como cuando leemos un libro o vemos una película, si bien las redes sociales y los medios digitales, cada vez más, nos permiten comentar e intercambiar mensajes con los autores y autores de estas obras aunque estén a miles de kilómetros de nuestra casa.

Teniendo en cuenta todos estos elementos o factores, podremos definir la comunicación humana de una manera más completa de la siguiente manera:

La comunicación es el proceso mediante el cual un emisor envía a un receptor un mensaje elaborado en un código compartido a través de un canal en un contexto concreto.