En plan, literal y me renta
En la construcción del texto, tenemos que tener en cuenta diferentes circunstancias: la relación que existe entre el emisor y el receptor; qué quiero transmitir; qué nivel de lengua es más propicio para esa situación comunicativa; qué canal es conveniente o se va a usar.

En términos coloquiales, la adecuación es como el traje que nos ponemos en los distintos eventos a los que asistimos.
Ejemplo: En un evento deportivo no sería adecuado ir con un vestido de noche y con tacones, o con un esmoquin. Tampoco sería adecuado a la situación acudir en chándal a una boda.
Cuando hablamos, por tanto, no lo hacemos siempre de la misma manera. Lo que hacemos es adecuarnos a la situación en la que nos encontramos. Tenemos, pues, diversos modos de expresarnos. Dentro de la lengua podemos encontrar tres registros:
- Formal: este registro se caracteriza por la planificación y, en la lengua oral, por la pronunciación cuidada. Se caracteriza por un uso de abundantes nexos y un vocabulario amplio. Se suele utilizar en los textos escritos, para dirigirse a desconocidos o en situaciones formales.
- Estándar: es el registro propio de los medios de comunicación y de contextos tales como el ámbito académico, profesional, etc. Se caracteriza por la corrección lingüística y por el empleo de estructuras sintácticas y morfológicas, vocabulario, etc., comprensibles para todo tipo de hablantes.
- Coloquial: se utiliza en situaciones informales, entre amigos, familiares, etc. Muestra preferencia por una sintaxis simple, con oraciones cortas. Frecuentes las reiteraciones y redundancias. Se emplean: muletillas, frases hechas, superlativos, diminutivos, y, por lo general, un léxico limitado.
- Vulgar: es un código restringido, con incorrecciones lingüísticas. Se usa prácticamente solo en la comunicación oral. Se caracteriza por la abundancia de interjecciones, dequeísmo, laísmos, leísmos y loísmos, vocabulario reducido, abuso de palabras baúl, y un uso frecuente de muletillas.