Evaluación
Una adecuada detección de la dislexia debe conllevar tanto la evaluación de aspectos específicos de lectura y escritura como de otros aspectos complementarios como la inteligencia, la memoria operativa y la conocimiento fonológico.
Una adecuada detección de la dislexia debe conllevar tanto la evaluación de aspectos específicos de lectura y escritura como de otros aspectos complementarios como la inteligencia, la memoria operativa y la conocimiento fonológico.
Frustración, sentimientos de culpa, baja autoestima, sobreesfuerzo continuado que no tiene recompensa... Estos son algunos de los sentimientos que acompañan al niño disléxico hasta que es diagnosticado y su entorno es capaz de normalizar la situación.
Este reportaje, titulado "Dislexia: un trastorno invisible", fue editado por Integratek la Asociación Dislexia y Familia (DISFAM). Nos presenta a varias personas disléxicas que han sido capaces de superar las situaciones derivadas su trastorno. Sobre todo, han logrado sobreponerse, en la mayoría de los casos, a una historia académica lastrada por los problemas en la lectura y la escritura.
El proceso de adquisición de la lectura y la escritura es el mismo para todas las personas, también para los disléxicos. Por lo tanto, una adecuada evaluación de la persona con dislexia debe conllevar la valoración de dos elementos:
Uno de los principales problemas de los alumnos disléxicos es el retraso en el diagnóstico de su trastorno. Uno de los grandes peligros de este retraso es que la persona afectada se desmotive de cara a sus estudios y su futuro profesional.
Tanto los expertos como los padres y los propios afectados, reclaman más recursos y una mejor coordinación entre los profesionales de la educación y la sanidad.
El reportaje "Aunar esfuerzos para diagnosticar la dislexia" incide en este aspecto: la falta de detección precoz de un trastorno como la dislexia, que puede llegar a afectar al 10% de la población.
"Aunar esfuerzos para diagnosticar la dislexia"
"Los maestros necesitamos más formación sobre trastornos del aprendizaje. Hay un gran desconocimiento sobre ellos, incluso entre psicólogos y pedagogos", lamenta Olivares. "Cuando mi hija tenía cinco años, yo observaba que cuando leíamos juntas en casa tenía muchas dificultades. A los 12 años le diagnosticaron dislexia. Ha seguido estudiando y ahora está en la Universidad", indica. "Cuando los profesores de instituto vemos que un alumno tiene muchas dificultades para leer y escribir, no sabemos cómo tratarlo. Se supone que un estudiante de ESO ya lo sabe hacer", añade Juanola.
"Aunar esfuerzos para diagnosticar la dislexia". David Casals. El País.
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