Determinar las necesidades educativas especiales implica tener en cuenta aspectos tanto personales (autonomía, socialización, comunicación, salud, etc.) como ambientales (hogar, colegio, entorno comunitario...) que pueden variar a lo largo del tiempo.

• Habilidades intelectuales. Es frecuente que los instrumentos utilizados para la evaluación de la discapacidad intelectual ligera no puedan ser utilizados para el alumnado cuya afectación sea mayor, por la dificultad de comprensión de las instrucciones. No obstante, las pruebas como las escalas de Wechsler y Stanford-Binet, McCarthy, K-ABC, escalas de desarrollo como la de Gessell o la de Brunet-Lezine, pueden servir a los profesionales para establecer una edad de desarrollo más que un cociente de inteligencia.

• Conducta adaptativa (habilidades conceptuales, sociales y prácticas). Algunos instrumentos útiles para la evaluación de la conducta adaptativa son los siguientes: las escalas Vineland, las de la Asociación Americana de Retraso Mental (AAMR) -ABS-Adaptive Behavior Scales-, el inventario de desarrollo Battelle, el modelo de evaluación inicial para alumnos con necesidades educativas específicas graves y permanentes del Centro de Recursos de Educación Especial de Navarra (CREENA), la guía "Portage" de educación infantil, el sistema West Virginia-UAM, el sistema de evaluación para personas plurideficientes (SEPP), o el manual para la evaluación dinámica de la comunicación no-simbólica de Martha E. Snell.

• Además de estos instrumentos, técnicas como la observación directa del alumnado en interacción, participación y desempeños de roles sociales y actividades cotidianas, constituirán criterios básicos para determinar sus necesidades educativas especiales.

Esta idea es muy importante y parece asumida por la mayoría de la sociedad. La escuela inclusiva implica no solo la aceptación de todo tipo de realidades y alumnado sino también el diseño de un modelo de escuela diferente. Estas ideas están desarrolladas por FEVAS en su Guía de Materiales para la inclusión educativa:

La inclusión es fundamentalmente un derecho, pero es sin duda un concepto amplio que conviene aclarar. Podemos recoger y considerar diferentes definiciones como, por ejemplo, la de Patterson:

"Es una forma de vida, una manera de vivir juntos, basada en la creencia de que cada individuo es valorado y pertenece al grupo. Una escuela inclusiva será aquélla en la que todos los estudiantes se sientan incluidos."

Esta premisa implica que todas las alumnas y alumnos sean aceptados, reconocidos en su singularidad, valorados y con posibilidades de participar en la escuela con arreglo a sus capacidades. Tal y como hemos señalado, el objetivo de FEVAS, en lo que se refiere a la enseñanza, es la escuela inclusiva. 

Escuela inclusiva entendida como:

• Aquélla que identifica las barreras para el aprendizaje y la participación para luego minimizarlas, a la vez que maximiza los recursos que apoyan ambos procesos.

• Aquélla que no se centra únicamente en las necesidades de los alumnos y alumnas sino que reflexiona sobre los planteamientos del contexto escolar. 

• Aquélla que ofrece a todo su alumnado oportunidades educativas y ayudas para su progreso.

• Aquélla que promueve ambientes de aprendizaje, que capaciten a todos los alumnos y alumnas para participar en una enseñanza lo más individualizada posible.

• Aquélla en la que la diversidad no se percibe como un problema sino como una riqueza para todos. Aquélla que desarrolla valores inclusivos compartidos por la Comunidad Educativa.

• Aquélla que educa en la diferencia, dando a conocer la particularidad de cada uno. Aquélla que educa en el respeto, reconocimiento y valor de la diversidad.