El principal criterio para elegir prioritariamente los contenidos, es trabajar aquellas actividades o habilidades que el alumno necesita con más frecuencia para funcionar más independientemente. Otro criterio importante es la probabilidad de que la habilidad seleccionada sea adquirida utilizando unos recursos y un tiempo razonables.
Los contenidos trabajados por estos alumnos deben ante todo enseñar a vivir. El trabajo debe desarrollarse en diferentes áreas:
- Autonomía personal y hogar: higiene y limpieza personal, vestido, alimentación, limpieza y orden, salud y seguridad, ocio, actividades periódicas especiales.
- Comunidad: recursos de la comunidad, desplazamientos, ocio y tiempo libre, hacer frente a problemas imprevistos.
- Académico - funcional: matemáticas, lectura y escritura.
- Laboral: obtención de empleo, rutinas de trabajo, seguir normas de empresa, procedimientos en caso de accidente o emergencia, hacer frente a problemas imprevistos.
- Comunicación y habilidades sociales en general: uso de funciones comunicativas, mejora de la calidad de la comunicación, comprensión, empatía..
- Habilidades motoras: respuesta a interacciones con personas del entorno, adoptar y mantener posturas correctas, desplazamiento en el entorno, manipulación de objetos.
Estos contenidos se trabajarán en toda la enseñanza obligatoria. Una vez superada la educación obligatoria, los alumnos, según las recomendaciones de los profesionales, pueden seguir escolarizados en Programas de Transición a la Vida Adulta o en PCPIs en su modalidad de talleres específicos.
Algunas de las técnicas y estrategias que podemos utilizar son la enseñanza incidental, el modelado, la dramatización, la resolución de problemas y el aprendizaje cooperativo, todas ellas favorecedoras de la atención a la diversidad.