El trabajo educativo tratará de conseguir que las personas clave en la educación del niño (padres y educadores), aprovechen todas las oportunidades naturales para aplicar un plan individualizado. Las oportunidades de aplicación de este plan habrá que generarlas si no apareciesen de manera natural. El objetivo debe ser conseguir como media una dedicación de padres y educadores al plan establecido de al menos 25 horas semanales, incluidos los contextos naturales.
No existe un programa único e igual para todas las personas afectadas. Un programa eficaz es el que consigue competencias a partir del interés manifestado por el niño o fomentado inicialmente. Habrá que enseñar tareas fraccionadas en pasos sencillos y reforzando de maneras variadas su comportamiento.
La participación de los padres se ha identificado como un factor fundamental para el éxito. La familia debe coordinarse con el profesorado y otros profesionales de apoyo a la hora de determinar cómo se comunica, si necesita ayudas visuales, o como interactúa con las TICs.