El reinado de Felipe V (1700-1746) marca la llegada del rococó a España. Fueron los borbones quienes, por sus vínculos con las cortes europeas, acercaron el arte rococó desde las escuelas del resto del continente a España, en especial, las de Alemania, Italia y Francia. Se trata de un estilo que no tuvo mucha repercusión debido a la preferencia por el estilo churrigueresco y por el declive de las escuelas de arte nacionales.
La corte madrileña dejó atrás el marcado carácter religioso del arte barroco y atrajo a sus palacios a decoradores de la escuela italiana como: Tiépolo, Rusca o Amigoni. El nuevo estilo de vida implantado por la dinastía borbónica, más lujoso y opulento, hizo que no solo se crearan obras en los talleres españoles sino que se desarrollara un gran comercio de arte con Italia, con la adquisición de numerosas obras gracias a la aristocracia, la alta burguesía más acaudalada, y, predominantemente, la corte española.

En España, se destacan cuatro grandes obras arquitectónicas rococó. La primera es la fachada de la Catedral de Valencia, proyectada por el arquitecto alemán Konrad Rudolf, considerada el primer ejemplo de este estilo. La fachada está dividida en tres cuerpos que se enlazan en formas cóncavas y convexas con una profusa decoración. La principal obra representativa del rococó en España es la fachada de la Catedral de Cádiz. Fue proyectada en 1722 por el arquitecto Vicente Acero. Por ultimo, hay que destacar la fachada, o imafronte, de la Catedral de Murcia, diseñada por Jaime Bort, y la fachada del palacio del marqués de Dos Aguas, situado en Valencia, creación de Hipólito Rovira.
La pintura y la escultura en el arte rococó no tuvieron una repercusión por sí mismas, sino que en todo momento tuvieron un carácter decorativo siempre unido a la arquitectura. La pintura se centra en los Reales Sitios, espacios de ensalzamiento de la monarquía, que son decorados profusamente, en especial bóvedas y cúpulas. Entre las principales obras, destacan las decoraciones del Palacio Real de Madrid, el Palacio de El Pardo, el Palacio de Aranjuez o el Real Sitio de La Granja de San Idelfonso. Se distinguen dos periodos en la pintura rococó: el primer se data a principios del siglo XVIII, y los artistas de este periodo serán Rusca, Amigoni y el español José Luzán. Más tarde, en la segunda mitad del siglo XVIII, destacarán los pintores Luis Meléndez, Luís Paret, Tiépolo y Corrado Giaquinto.