La incoherencia intencionada

Para que un texto sea coherente debe cumplir con las normas universales de la expresión, esto es, debe expresar pensamientos lógicos, exponer con claridad su mensaje, proporcionar compatibilidad semántica en su discurso y ofrecer una variedad léxica. Cuando estas normas no se cumplen, se producen incoherencias en el texto que pueden impedir la comprensión del sentido global del texto por parte del receptor.
En el siguiente texto, veremos cómo las ideas expuestas se contradicen, provocando un mensaje incoherente:
En la autobiografía del autor se emplea una técnica descriptiva objetiva para hablar de su realidad personal, con abundantes recursos retóricos, dentro de un estilo sobrio y sencillo.
Como puede verse se emplean como equivalentes términos que son contradictorios: "técnica descriptiva objetiva" choca con "realidad personal", ya que invita a la descripción subjetiva, al igual que "abundantes recursos retóricos" no es una muestra de "un estilo sobrio y sencillo".
Las causas más frecuentes de incoherencia en los textos pueden ser: la presencia caótica de temas muy diversos, las afirmaciones contradictorias ("Andalucía es una de las cinco comunidades que forman España)", las explicaciones poco aclaradas, la ausencia de un tema central, la repetición innecesaria de ideas, la incompatibilidad semántica de las palabras, la falta de concordancia entre las distintas partes del texto o la inadecuación de la forma de expresión al ámbito y al fin para los que se realiza el texto ("Con motivo del debate de investidura, el candidato a la presidencia del Gobierno, se puso a hablar de sus vacaciones de verano").
En ocasiones, el emisor puede suspender intencionadamente los principios de la coherencia para lograr un efecto concreto en el discurso: el humor.
En los siguientes ejemplos, veremos cómo la suspensión de la coherencia está relacionada con la intención del emisor de crear una situación humorística.
Ejemplo 1
En contexto del aula.
Alumno: ¿Podría explicarme la diferencia entre complemento directo e indirecto?
Profesor: Sí, podría.
Ejemplo 2
No cabe duda de que algunos de los acontecimientos registrados en sesiones espiritistas son auténticos. ¿Quién no recuerda aquel famoso incidente en la residencia de Sybil Seretsky, cuando un pez de colores cantó "I've Got Rythm", una de las melodías favoritas de su sobrino recientemente fallecido? Pero tomar contacto con los muertos resulta difícil en el mejor de los casos, por cuanto la mayoría de los difuntos se muestra reacia a tomar la palabra, y los que se deciden a ello parece que tosen y carraspean antes de entrar en materia. El autor ha visto personalmente cómo una mesa se levantaba, y el Dr. Joshua Fleagle, de Harvard, presenció una sesión en la que una mesa no sólo se levantó sino que presentó disculpas y se fue a dormir.
Woody Allen. Cuentos sin plumas. Tusquets Editores
Ejemplo 3
TIP. -¡Qué afición la de entonces, doña Justina! ¿Sabe usted lo que ganaba un jugador de fútbol en aquella época?
COLL.- No tengo ni idea.
TIP.- Sí, señor. Exactamente.
COLL.- Pues lo he dicho a bulto
TIP.- Eso la mayoría, que había otros que ganaban una peseta al año.
COLL.- Claro, entonces al cabo de un millón de años, millonarios.
TIP.- Lo que pasa es que la mayoría se retiraba antes.
COLL.-¿Por qué?
TIP.- Porque se casaban...tenían hijos, y no iban a salir al campo con toda la familia.
COLL.-Pues yo voy al campo todos los domingos con mi familia. [...]
TIP.- Esos eran los buenos. Los partidos caseros. Porque claro, un equipo jugaba en su casa y el portero estaba en la portería, la defensa en el relleno y la escalera, la media en el cajón de la mesilla. Y la delantera...
COLL.- ¡Y los árbitros! Eran menos arbitrarios. En lugar de sacar tarjetas amarillas, sacaban tarjetas escritas, pero tarjetas postales.
Tip y Coll. El libro de Tip y Coll. Maeba.
Ejemplo 4
—¿Sabes? Soy vidente, y por 10 euros te digo el futuro.
—¿10 euros? OK.
—Yo seré vidente, tú serás vidente, él será vidente...