El concepto de impersonalidad
El concepto de impersonalidad se utiliza en gramática con cierta ambigüedad, porque las oraciones que carecen de sujeto gramatical son impersonales, pero también lo son aquellas oraciones cuyo agente no se explicita. Es decir, hablamos de impersonalidad desde dos puntos de vista:
- Las oraciones impersonales desde el punto de vista sintáctico (no tienen sujeto gramatical, solamente un SV).
Es de noche
Hay castañas en la cesta de la cocina.
Se trabaja bien aquí.
- Las oraciones impersonales desde el punto de vista semántico (no interesa explicitar el sujeto).
Le dieron una paliza de miedo. (Alguien ha sido el responsable, pero no sabemos quién).
Una oración puede ser a la vez impersonal sintáctica e impersonal semántica. Todas las impersonales sintácticas son impersonales semánticas pero, al contrario, las impersonales semánticas no tienen por qué ser impersonales sintácticas.
Tipos de oraciones impersonales:
- En primer lugar, se hallan las impersonales que contienen verbos que indican fenómenos atmosféricos o climáticos, tales como llueve, truena, diluvia, relampaguea, amanece, anochece, hiela y otros muchos. Se trata de las impersonales que designan fenómenos naturales.
Fíjate en estos ejemplos:
Amanece en Santander.
En invierno oscurece muy pronto.
El año pasado granizó mucho en mi ciudad.
Estos verbos se utilizan en tercera persona del singular y solamente en determinados casos pueden tener un uso metafórico o desplazado:
Llovieron críticas muy duras sobre Pepe.
Algunos verbos también admiten usos personales y pueden construirse con sujetos de persona (o de cosa) en el sentido de 'aparecer o de estar en un lugar'. Por ejemplo, nos referimos a oraciones de este tipo:
Hola, Carla, ¿cómo amaneciste hoy? (= ¿Cómo te has levantado hoy?).
- En segundo lugar, se encuentran las oraciones impersonales que expresan una indeterminación del agente de la acción, bien porque se ignora, bien porque no se quiere o desea explicitar. En ciertos contextos la tercera persona del plural es marca de impersonalidad, y, como verás, la oración carece de sujeto explícito para indicar que el agente de la acción o sujeto semántico es desconocido. Se trata de una impersonalidad semántica.
Fíjate en estos ejemplos:
Llaman a la puerta. (Alguien llama a la puerta pero desconocemos la identidad).
Por las redes sociales dicen muchas mentiras. (Alguien las ha dicho en las redes).
Fíjate en que existe una notable diferencia entre "llaman a la puerta" (se desconoce la identidad de la persona que llama a la puerta) y "tales personas llaman a la puerta" (una serie de personas, conocidas por el emisor, llama a la puerta). Además, en "llaman a la puerta" (con sentido impersonal), puede ser solamente una persona la que llama a la puerta.
- En tercer lugar, existen diferentes construcciones impersonales fijadas con las formas verbales haber, hacer y ser en tercera persona del singular. En estas construcciones no hay tampoco sujeto semántico, dado que el elemento que aparece en ellas funciona realmente complemento directo. Como puedes comprobar fácilmente, no se produce la necesaria concordancia con el verbo en el número y persona para poder considerarlos sujetos.
Fíjate en estos ejemplos:
Hace calor (= lo hace).
Hay hambre en el mundo (= la hay en el mundo).
Es verano (=lo es).
Hace tres días (=los hace).
Dentro de una semana, hará tres meses de la ruptura matrimonial (=los hará).
Como ves, el elemento que sigue al verbo no es el sujeto sino el complemento directo, aunque en el caso de "hay" y "hace" es un complemento peculiar, puesto que no admite la pasiva. Es posible que, en su origen, probablemente existiera un sujeto implícito, pero que desapareció con el tiempo hacia su indeterminación. Te lo cuento de otra manera...
Se dio una serie de pasos...
- Primer paso: hubo un uso arcaico de "haber" con el significado de "tener".
- Segundo paso: el adverbio ibi del latín quedó reducido con el paso del tiempo a una vocal tónica: "í".
- Tercer paso: una consideración semántica, porque es más importante lo que se tiene que la persona que lo tiene.
Vayamos al cuento...
José Luis ha í monedas de oro (= José Luis tiene ahí monedas de oro).
¡Hay monedas de oro! (lo que está claro es que lo importante son las monedas de oro, ¿verdad?).
Respecto a los verbos copulativos ser y estar, pueden forman predicados impersonales cuando aluden al tiempo atmosférico como cronológico. Muchas veces estas construcciones presentan atributos adverbiales o nominales:
Era muy temprano cuando llegó María a la estación de tren de Xátiva. (Oración impersonal con atributo adverbial).
Era noche cerrada cuando regresó Félix de la residencia de estudiantes. (Oración impersonal con atributo nominal).
- En cuarto lugar, también tenemos oraciones impersonales con otros verbos:
- Oraciones impersonales con el verbo ir que expresan el estado general de una persona (o una situación en proceso). Se usan en situaciones conversacionales:
-Pepe: ¿Cómo os va?
- Luis y Pepa: Bueno... así nos fue... un poco de todo hubo en el revuelo.
- Oraciones impersonales con los verbos oler, apestar, doler, picar, poner:
Aquí huele a podrido. Seguro que el gato ha dejado algo cazado debajo de la cama.
Me duele en la parte interna de la boca (impersonal con un locativo) # Me duele la boca (personal, el sujeto es la boca).
En este documento pone que no estabas solo en el atraco.
Me pica en la espalda (impersonal) # Me pica la espalda (personal, la espalda es el sujeto).