Los poetas cultos del siglo XVII también cultivaron la poesía popular. En el recurso anterior, "La lírica barroca. Conceptismo y culteranismo (dos tendencias interrelacionadas)", ya se recogían letrillas de Góngora y Quevedo, pero no fueron los únicos autores que dedicaron sus esfuerzos a crear romances, canciones, jácaras o letrillas.
Las letrillas son composiciones breves de tono satírico y burlesco que solían incluir un estribillo. En este tipo de poemas predomina el uso de la redondilla o quintillas con rima consonante o asonante.
[...] ¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.
¿Quién con su fiereza espanta,
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿ Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
Francisco de Quevedo.
La pobreza.
Los villancicos son canciones sencillas, de arte menor, sobre todo octosílabos y con rima asonante. Incluye un pareado como estribillo. Actualmente se asocian con la celebración de la Navidad, pero en su origen los villancicos eran tanto profanos como religiosos.
Migallejo, mira quién llama.
—Ángeles son, ya viene el alba.
—Hame dado un gran zumbido,
Cantillana parecía.
—Mira, Bras, que ya es de día,
vamos a ver la zagala.
—Migallejo, mira quién llama.
—Ángeles son, ya viene el alba.
—¿Es parienta del alcalde
u quién es esta doncella?
—Ella es hija de Dios padre,
relumbra como una estrella.
—Migallejo, mira quién llama.
—Ángeles son, ya viene el alba.
Santa Teresa de Ávila.
La jácara es un género satírico que se representaba entre los actos de las comedias áureas. Sus protagonistas solían ser personajes del sustrato social más bajo o del hampa: pícaros, rufianes, chulos o delincuentes.
Ya está guardado en la trena
tu querido Escarramán,
que unos alfileres vivos
me prendieron sin pensar.
Andaba a caza de gangas
y grillos vine a cazar
que en mí cantan como en haza
las noches de por San Juan.
Entrándome en la bayuca,
llegándome a remojar
cierta pendencia mosquito,
que se ahogó en vino y pan,
al trago sesenta y nueve,
que apenas dije «Allá va»,
me trujeron en volandas
por medio de la ciudad. [...]
Francisco de Quevedo.
Las canciones de siega y labranza eran cantos populares que se producían durante las faenas del campo. Autores como Lope compusieron algunos poemas.
Blanca me era yo
cuando entré en la siega;
dióme el sol y ya soy morena.
Blanca solía yo ser
antes que a segar viniese
mas no quiso el sol que fuese
blanco el fuego en mi poder.
Mi edad al amanecer
era lustrosa azucena;
¡dióme el sol y ya soy morena!
Lope de Vega
El romance fue la composición popular que gozó de más éxito durante la poesía áurea, razón por lo que le dedicaremos la segunda parte de este recurso.