En el apartado anterior hemos esbozado ya los tipos de oración subordinada adverbial que hay. La clasificación clásica de estas oraciones distingue entre las que pueden ser sustituidas por adverbios (propias) de las que no (impropias). Pero, más allá de este rasgo de la sustitución, podemos observar que las subordinadas adverbiales propias se centran en la forma, el espacio y el tiempo en que discurre la acción, mientras que las impropias aportan una información más compleja sobre su contexto: causas, condiciones, concesiones, consecuencias y comparaciones. Observemos esta tabla con el tipo de información que aporta cada una:

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Además, en relación con la terminología, es conveniente reparar en que los cuatro primeros tipos forman lo que llamamos "complementos circunstanciales" de tiempo, lugar, modo y causa; y, el resto, se denominan simplemente "subordinadas adverbiales" condicionales, concesivas, consecutivas y comparativas. En la siguiente tabla vemos todos los tipos claramente:

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Por tanto, las subordinadas adverbiales pueden clasificarse en propias e impropias, dependiendo de si pueden ser sustituidas o no por adverbios; pueden formar complementos circunstanciales de lugar, tiempo, modo y causa o, también, ser condicionales, concesivas, consecutivas y comparativas. Todo ello depende de la información que aporten sobre la acción del verbo principal, que normalmente viene expresada por el nexo.