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Las redes sociales

Las redes sociales se definen como el conjunto de personas que se conectan entre sí en un entorno virtual y, por extensión, también han terminado recibiendo este nombre estas plataformas. Los vínculos que unen a estas personas pueden ser diversos: amistad, parentesco, aficiones, trabajo..., y de ahí la proliferación de redes sociales con diversos intereses y formatos. Están pensadas para fomentar el intercambio de información (contenidos, datos, vídeos...) con una o varias personas. De esta manera se genera una interacción entre los distintos usuarios, quienes llegan a conformar una comunidad digital con intereses comunes. Esta interacción es muy importante, sobre todo, en la relación que se genera en el ámbito comercial entre el cliente y la marca, ya que muchas veces estas conceden protagonismo a sus clientes a través de las redes sociales fomentando un acercamiento del cliente al producto. Lo vemos en aplicaciones como Instagram, donde cada vez más marcas crean contenidos para compartir con sus usuarios y poder interactuar directamente con ellos, sin necesidad de intermediarios. Por otro lado, las redes sociales permiten conocer a nuevas personas, lo que permite crear conexiones sociales y mantener las ya conocidas. Esta es una de las finalidades fundamentales de redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram.

Logos de redes sociales.
Lobostudiohamburg. Logos de redes sociales. (Pixabay License.)

Las redes sociales surgieron para poder conectarnos con nuestros familiares o amigos, y poco a poco se han convertido en herramientas imprescindibles para compartir, comunicar y colaborar con otras personas, situación que de otra forma resultaría prácticamente imposible, o al menos no tan inmediata. También nos permiten difundir y expandir nuestros proyectos de trabajo o productos facilitando que puedan llegar a todas las partes del mundo. Sin duda, la persuasión está muy presente en el empleo que hacen las marcas para publicitarse a través de las redes sociales. Nos ayudan, además, a expresarnos de forma creativa, como podemos observar en algunas redes concretas, como son TIK-TOK o los Reels (vídeos) que utiliza Instagram para que las personas puedan expresarse y que las marcas, sobre todo, utilizan para vender sus productos a través de los llamados influencers o personas conocidas o famosas, a través de las cuales promocionan sus productos.

La inmediatez que proporcionan las redes sociales es la causa fundamental de que en ellas se observe un uso del lenguaje más bien espontáneo, coloquial muchas veces, en el que abundan los extranjerismos (influencer, CEO), las abreviaturas y acortamientos (Insta, Face, ele, boli, poli... ), las incorrecciones incluso (haber/a ver, a dado, cogistes), y se puede llegar a observar la presencia de neologismos (postureo)  o coloquialismos (tío, tronco).

También resulta importante destacar , sobre todo en el uso del chat, la existencia de opciones interesantes como la mensajería instantánea, muy presente en nuestros días para comunicarnos, especialmente a través de aplicaciones como Whatssap o Telegram. Su aparición como nuevos canales comunicativos ha provocado la aparición de un neolenguaje (un nuevo lenguaje), que incorpora, además de los rasgos ya recogidos, nuevos códigos: así, se ha producido la combinación de texto -o código verbal- con emoticonos -o código no verbal-, que en numerosas ocasiones incluso sustituyen al lenguaje escrito.

Los peligros de las redes sociales

Las redes sociales pueden ayudarnos a conectarnos con las personas, pero tienen una doble cara y pueden esconder sus peligros: la adicción, el ciberocaso, la suplantación de identidad, el sexting, challenges o retos peligrosos o la distorsión de la realidad son algunos de los más conocidos. 

Reproduce el siguiente vídeo realizado por Gaptain en el que nos habla claramente del tema de la adicción a las redes sociales: 

Gaptain. Educación y seguridad social.. Adicción al móvil y redes sociales. (Licencia estándar Youtube)

Pero la adición no es el único problema. Según el último estudio Los niños y niñas de la brecha digital en España (2019), dos alumnos por clase sufren ciberacoso y el 42,6% de las chicas afirma haber sido víctima de algún tipo de violencia o acoso sexual online, frente a un 35,9% de los chicos. Dos de estas formas de acoso son el sexting y el grooming. El primero consiste en enviar mensajes, fotografías o vídeos de carácter sexual a través de internet, siendo la mensajería instantánea y las redes sociales los canales más utilizados. Los principales practicantes de sexting son adolescentes de entre 12 y 16 años. El principal problema del sexting es la difusión, ya que se pierde el control del material una vez compartido y, una vez se ha producido esta situación, se suele iniciar un proceso de extorsión o chantaje, con el que se amenaza con la difusión del vídeo si no se cumple con los deseos del extorsionador. El grooming se produce, por su parte, cuando un adulto se hace pasar por un menor para obtener favores de índole sexual. 

Distorsión de la realidad: el postureo

Lo que se muestra en las redes sociales conduce en numerosas ocasiones a confundir que lo que aparece en ellas es la realidad. Habitualmente se utilizan las redes para mostrar aspectos positivos de la vida y ello provoca que aumente la frustración, ya que las personas comparan su vida cotidiana con aquellas que aparecen en estas redes sociales distorsionando así la realidad. 

Podemos relacionar la distorsión de la realidad con el postureo. La necesidad de likes (me gusta) nos lleva a tener comportamientos a veces deshumanizados o poco éticos, como, por ejemplo, las imágenes que se vieron de instagramers tomando fotos y posando en lugares como Auschwitz, uno de los mayores campos de concentración de judíos del mundo. El propio museo tuvo que salir a reclamar respeto, como podemos leer en esta noticia recogida por El diario.es

Mujer haciendo autofoto.
Free-photos. Phone (Pixabay License)

Lee el siguiente texto, que forma parte del artículo de opinión "Turistas de la idiotez"  publicado por Pérez Reverte en el País XL Semanal:

Contaba hace poco el novelista mexicano Jorge Zepeda Patterson que, tras el último terremoto que asoló su ciudad y causó daños en su casa, observó un fenómeno que él llama turismo humanitario: gente de variada condición, habitantes de barrios adinerados y suburbios humildes, que acudía a las zonas de desastre con el pretexto de prestar ayuda, pero que en realidad se dedicaba a pasear entre las ruinas con casco, chaleco reflectante y mascarilla protectora, haciéndose fotos. Ocurrió sobre todo el primer fin de semana; y entre los abnegados voluntarios de los equipos de rescate, que realmente trabajaban intentando salvar vidas y se dejaban el alma y la piel en ello, pululaban ociosos de ambos sexos disfrazados de socorristas, haciéndose selfis ante las ruinas e, incluso, teniendo el descaro de agacharse para posar junto a los perros rescatadores.

Arturo Pérez Reverte: "Turistas de la idiotez" en XL Semanal, 2017

En este texto, como puede verse, el autor reflexiona sobre la deshumanización de las personas y el comportamiento antiético que lleva al absurdo por un like.

La identidad digital

Cuidar nuestra identidad digital es muy importante: usar contraseñas seguras, no proporcionar datos personales a desconocidos, no compartir imágenes de nuestras vacaciones en redes sociales si las tenemos abiertas y cualquiera puede acceder... En resumidas cuentas, cuidar nuestra identidad digital es básico y muy necesario.

Un candado en un ordenador.
Madartzgraphics. Hacker (Pixabay License)

Otro de los motivos sería el que recoge Ana García-Siñeriz en el artículo "Redes" de El País

Acabo de leer espeluznada que los reclutadores de las empresas, no contentos con filtrar a los candidatos a base de másteres, niveles de inglés hablado y escrito, y preguntas trampa, hurgan ya de forma habitual en el Facebook, Twitter e Instagram de sus candidatos. Y es que uno se hace una idea muy clara de lo que puede esperar de un futuro empleado solo con cotillear sus redes sociales en plan stalker.

No hace falta ser Sherlock Holmes para conocer las veleidades políticas del entrevistado. Con echar un vistazo a su timeline sabrán de qué pie cojea, y si conviene a los intereses de la empresa. También se puede anticipar si el candidato va a llamar muchos viernes diciendo que le ha sentado mal la cena. No hay más que mirar las publicaciones de unos cuantos jueves seguidos, y comprobar si abundan las fotos de parranda en plan amigos para siempre. Si es así, ¡bingo!, absentismo laboral asegurado.

Ana García-Siñeriz: "Redes" en El País (2016)

Nuestra identidad digital es fundamental ya que, como se menciona en el artículo, actualmente existen empresas que seleccionan a su personal ya no solo por sus aptitudes y cualidades, sino también por el comportamiento que observan de los posibles candidatos en las redes.

¿Qué se esconde detrás de estos mensajes?

Duración:
10:00
Agrupamiento:
parejas

Whatssap es una de las herramientas más utilizadas para comunicarnos. Ello ha provocado que se caracterice por poseer un lenguaje propio, espontáneo, a veces plagado de coloquialismos y abreviaciones. Pero, sin duda, una de sus características más peculiares tiene que ver con el empleo de los emoticonos como sustituto del lenguaje escrito. 

¿Adivinas qué refranes se esconden detrás de estos emoticonos? En parejas, escribid en vuestros cuadernos los refranes que se esconden detrás de estos emoticonos.

Emoticonos que son refranes.
Maru Domenech. Refranes (CC BY-SA)

2- Ahora os toca a vosotros. ¿Os atrevéis a añadir tres refranes más? también podéis proponer títulos de películas, de libros, de series de televisión...

¿Desconectamos?

Duración:
20:00

Lee el siguiente texto extraído de un artículo de opinión titulado "En línnea" y publicado en El País y contesta a las preguntas:

    EN LÍNEA

Estos días, por razones que me ocuparían una columnata y no precisamente la de la Santa Sede, tengo una desaforada actividad de mensajería telefónica, por lo que estoy en línea todo el santo día y buena parte de la noche. Hace tiempo que desactivé la confirmación de lectura de mis mensajes entrantes y la hora de mi última conexión al invento con el fin de no tener que dar explicaciones a nadie sobre mis andanzas digitales, con el consiguiente peaje de no saber si mis contactos han leído o no mis recaditos ni a qué hora se retiraron a sus aposentos analógicos. No diré que no me fastidie, porque mi curiosidad no tiene límites, pero me parece justo. Tú no te enteras de mi vida ni yo de la tuya. OK. Quid pro quo. [...]

No hace tanto, llamar a un ajeno después de las diez de la noche sin una razón de peso se consideraba una intolerable falta de respeto. Esas últimas horas del día, como las primeras de la mañana y las de la comida y la sobremesa, se consideraban sagradas salvo cuestión de vida o muerte. Ahora, sin embargo, se supone que todos estamos para todos las 24/7. [...] Si estás en línea, estás disponible. Y si no contestas eres un borde o se la estás pegando. Me temo, no obstante, que la verdad es peor que todo eso. Si no contestas es porque no quieres, o no puedes, o quien te inquiere no es tu prioridad en ese momento. Y dicho esto, que queda tan canónico y tan mono, que levante el Android o el iOs quien no sienta una lanzada en el plexo, o donde quiera que resida el amor propio, cuando aquel a quien desea está en línea y no responde.

Luz Mellado-Sánchez: "En línea" publicado en El País (01-03-2018)

  1. ¿De qué se queja la autora? 
  2. Señala el tema y realiza el resumen del texto.
  3. Señala al menos tres rasgos de subjetividad que muestren el enfado o la queja de la autora.
  4. ¿Qué relación guarda el título con el texto? 
  5. ¿Qué significa la expresión de la penúltima línea: "quien no sienta una lanzada en el plexo, o donde quiera que resida el amor propio, cuando aquel a quien desea está en línea y no responde"? ¿A qué se refiere con el plexo?
  6. Señala cuatro palabras relacionadas con el campo léxico de las redes sociales. 
  7. ¿Estás de acuerdo con lo que dice? Justifica tu respuesta. 
  8. En esta época de hiperconectividad, muchas personas abogan por una vuelta a la desconexión. ¿Es posible vivir desconectado de las redes sociales? ¿Qué ventajas o desventajas tendría? Escribe un texto expositivo-argumentativo en el que reflexiones sobre el tema. Recuerda que el texto debe contener al menos veinte líneas y debe estar escrito con corrección, coherencia y cohesión. Aquí encontrarás una plantilla para realizar tu texto argumentativo.
Plantilla textos argumentativos.
        

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