Y para finalizar nuestro viaje por los paisajes, personajes y aventuras de El Quijote, vamos a comentar uno de los fragmentos más conocidos de la obra.
"La del alba sería"
Y para finalizar nuestro viaje por los paisajes, personajes y aventuras de El Quijote, vamos a comentar uno de los fragmentos más conocidos de la obra.
Trabaja con el texto
¿Has comprendido el significado global del texto?
Investiga un poco y localiza este fragmento dentro de la obra. ¿Cómo es posible justificar este inicio del capítulo, que parece remitirse a algo anterior?
¿Te resulta curioso el desarrollo y la estructura del fragmento?
Es fácil comprender el texto. En primer lugar, porque el castellano del Quijote ya no es el medieval ni el vacilante de los primeros años del siglo XVI. En segundo lugar, porque el contenido es fácilmente comprensible: es una narración de los hechos sencilla, sin excesivas reflexiones del autor que nos distraigan del asunto principal.
Si ahondamos un poco más, el fragmento es el comienzo del capítulo cuarto de la primera parte de El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Y aquí es donde podemos encontrar cierta dificultad. Como se ha estudiado, parece que el proyecto inicial era una novelita corta, sin capítulos, y que cuando la historia se alargó, Cervantes se vio obligado a la división por capítulos de la obra. Prueba de ello son las palabras con las que comienza este capítulo cuarto, conectado anafóricamente con el final del capítulo tercero: "le dejó ir a la buen hora. La del alba sería..." Por lo tanto, hay dependencia entre los dos capítulos.
De todas formas, salvando estas cuestiones más o menos técnicas, el texto elegido inicia el motivo central de la obra: la parodia del mundo de la caballería. Una vez armado caballero, Quijote va a vivir su primera aventura, de la que saldrá reforzado en su idea de impartir justicia y ayudar a los desvalidos. En este sentido, el autor contrasta la lengua utilizada para referirse al mundo ideal del caballero ("La del alba sería", "su diestra mano", "menesteroso", "ruin villano" ...) con la del labrador ("prometo de tener de aquí adelante más cuidado con el hato", "que me sirve de guardar una manada de ovejas", "por no pagalle la soldada"), cuya función paródica cumple perfectamente.
Pero no entra el texto, como toda la obra en sí, dentro del género de caballerías, porque esa no era la intención del autor. El Quijote es una novela de novelas, es una novela total. Es la puerta a la novela moderna, la actual. Quijote es un héroe moderno que simboliza la justicia y sus ideales, superando los obstáculos de la realidad. Es el último caballero medieval y el primer personaje de carne y hueso moderno.
A esta verosimilitud también colabora la forma con la que el autor desarrolla el asunto. El episodio adopta un estilo muy teatral:
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En primer lugar, aparece una introducción que sirve para conectar con el episodio anterior, donde el punto de vista adoptado es el del autor-narrador. La ironía y el distanciamiento con los personajes es evidente.
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Luego, una segunda parte, donde se desarrolla la aventura, y en la que se deja a los personajes que dialoguen y compongan el argumento de la historia. Es, también, donde se expresan los temas, las críticas y las alabanzas. El narrador prácticamente desaparece y son los protagonistas los auténticos dueños de la historia.
En la práctica, el fragmento quedaría estructurado en un primer párrafo (hasta "...con tanta gana comenzó a caminar, que parecía que no ponía los pies en el suelo.") y el resto del texto (desde "No había andado mucho, cuando le pareció que a su diestra mano...").