Carlos I fue hijo de Felipe I y de Juana de Castilla, nieto de los Reyes Católicos. Su reinado comenzó en 1516 y terminó el 1556, dos años antes de su fallecimiento. A la muerte de su padres recibió un gran imperio en Europa más los territorios conquistados en América. En 1519 a la muerte de su abuelo paterno, Maximiliano I, obtuvo los territorios austriacos de los Habsburgo y fue elegido emperador de Alemania, por ello se le conoce como Carlos I de España y V de Alemania. 

Su llegada a España fue muy complicada pues se había educado en Flandes y desconocía el idioma y las costumbres castellanas. Además nombró a gran número de consejeros extranjeros y solicitó una serie de impuestos a sus súbditos. Todos estos hechos molestaron mucho a la población que le consideraba un monarca extranjero, provocando las revueltas comuneras dirigidas por Padilla, Bravo y Maldonado, que fueron derrotados en la batalla de Villalar. También se organizaron revueltas en Barcelona y Valencia por parte de artesanos y campesinos denominadas rebelión de las Germanías que tuvieron que ser reprimidas.

En política exterior su principal objetivo fue la expansión del catolicismo ante el avance de una nueva corriente religiosa, el protestantismo. También luchó contra los turcos que amenazaban la zona del Danubio y el mar Mediterráneo. Otro hecho importante fue su enfrentamiento con Francia, a cuyos ejércitos venció en la batalla de Pavía ( 1525).

Dos años antes de su muerte, abdicó en su hijo Felipe II, y se retiró al Monasterio de Yuste en Extremadura. Durante su reinado expandió sus territorios sobre gran parte de América, lo que se tradujo en grandes ingresos económicos en forma de oro y plata que venía de allí.