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España, campo de batalla internacional

La intervención extranjera

Si bien la mayoría de historiadores coinciden en señalar que las causas de la Guerra Civil española fueron internas, la situación política en Europa impidió que el conflicto quedase confinado a una guerra entre españoles. La lucha ideológica entre el nazismo, el fascismo, el comunismo y las democracias occidentales había alcanzado un punto álgido en 1936, debido principalmente a la política exterior de Adolf Hitler.

Tanto este como Mussolini vieron con buenos ojos el pronunciamiento militar español, y prestaron una ayuda militar decisiva a los sublevados. Portugal, con un régimen autoritario conservador, también ayudó a los golpistas. Francia contaba con un gobierno de Frente Popular dirigido por un socialista, Leon Blum, que simpatizaba con la Segunda República, pero Gran Bretaña, comprometida con la política de apaciguamiento con la Alemania nazi, abogó por no actuar claramente en defensa de la legalidad republicana. Mientras tanto, la Unión Soviética vio la oportunidad de que se instaurase un régimen como el suyo en el otro extremo del continente, utilizando como cauce el Partido Comunista Español.

En agosto de 1936, veintisiete países europeos firmaron un Pacto de No Intervención auspiciado por Gran Bretaña, con el objetivo de no realizar injerencias en la contienda española. Para velar por el cumplimiento de lo firmado se creó un Comité de No Intervención, que resultó ser una farsa: Alemania, Italia y Portugal continuaron ayudando al bando "nacional". Hitler envió a la Legión Cóndor, que utilizaría España como campo de pruebas para la guerra que se estaba preparando a nivel europeo; por parte italiana, llegó el Corpo di Truppe Volontarie, y desde Portugal ayudaron con armas y tropas, los llamados viriatos

Cartel propagandístico republicano criticando la intervención italiana del lado franquista
Wikimedia Commons/Desconocido. Cartel republicano contra la participación de la Italia fascista en la guerra (Dominio público)

En el bando republicano la ayuda llegó por dos vías:

  • De parte de la Unión Soviética, en forma de armamento y asesores militares. 
  • De parte de las Brigadas Internacionales, unidades militares formadas por voluntarios extranjeros procedentes de muchos países, organizadas por la Internacional Comunista. 

Es importante apuntar aquí que, sin la ayuda alemana e italiana a los sublevados durante las primeras semanas, habría sido imposible que el Ejército de África pudiese pasar a la península, y con ello sostener el golpe de Estado y prolongar la guerra. Dicha ayuda se concretó en el envío de aviones, con los que Franco logró cruzar el Estrecho de Gibraltar en el primer puente aéreo de la historia.