Los bandos enfrentados
En las horas iniciales de la sublevación, el Presidente del Consejo de Ministros, Casares Quiroga, quiso negociar con los golpistas, pero estos rehusaron. Por otro lado, las organizaciones sindicales y obreras solicitaron armas para sus milicias, pero el gobierno también se negó. Casares Quiroga dimitió, formándose un nuevo ejecutivo presidido por José Giral, quien sí abrió los arsenales y armó a las milicias obreras. En líneas generales, quedaron conformados dos bandos muy heterogéneos:
- Del lado de la legalidad republicana podemos encuadrar a las milicias socialistas, anarquistas y comunistas, a los militares que se mantuvieron fieles al régimen, y a la mayoría de miembros de la Guardia de Asalto.
- Del lado golpista, que se empezaron a llamar a sí mismos como "nacionales", encontramos a los sectores del ejército levantados en armas contra la República, a la mayor parte de la Guardia Civil, a la Iglesia, a Falange, al requeté carlista y a grupos de monárquicos y católicos. Los principales mandos eran Mola, Sanjurjo y Franco.


Entre ambos grupos están los representantes de lo que se dio en llamar la Tercera España: personajes que no se posicionaron ni con unos ni con otros, y que abogaron por la reconciliación de las partes, caso de Salvador de Madariaga.
No obstante, es importante resaltar que ninguno de estos grupos era impermeable. Por ejemplo, encontramos militares católicos que se mantuvieron del lado republicano, como el general Escobar, o famosos intelectuales que apoyaron el golpe militar en sus inicios, véase Miguel de Unamuno.