¿Y si mi hijo es superdotado?
Podemos hablar de altas capacidades, sobredotación, superdotados, talentosos… Generalmente, la diversidad de términos no ayuda, sino que complica más las cosas. Se pueden decir muchas cosas sobre el tema, aunque, en general, sigue siendo mucho más lo que se ignora que lo que se conoce. Por ello, cuando una familia descubre que su hijo o hija tiene un lenguaje muy fluido para sus años, es muy sensible, aprende a leer a una edad muy temprana, es enérgico e intelectualmente muy activo; debe acudir a los especialistas, tanto educativos como sanitarios.
La detección por parte de las familias o del profesorado forma parte, junto con la posterior evaluación psicopedagógica, del proceso inicial de identificación de la necesidad específica de apoyo educativo del alumno con altas capacidades intelectuales. En este sentido, debe diferenciarse del diagnóstico clínico de Altas capacidades llevado a cabo por especialistas del ámbito sanitario.
La normativa educativa existente a nivel estatal y autonómico en España establece que la Evaluación Psicopedagógica contempla información clínica (no literalmente al diagnóstico clínico) como factor de interés pero no único a la hora de determinar la existencia de Necesidad Específica de Apoyo Educativo por Altas Capacidades intelectuales.
El informe psicopedagógico que recoge a nivel educativo el proceso anterior solo se traduce en medidas educativas específicas (enriquecimiento y/o ampliación curricular o incluso anticipación o flexibilización de la duración del periodo escolar) cuando vienen acompañadas de la consiguiente resolución de la administración educativa. Por tanto, el diagnóstico exclusivamente clínico nunca puede suponer la adopción directa de tales medidas por parte de los centros educativos.
Ante diagnósticos clínicos o psicopedagógicos privados, siempre que sea posible es aconsejable la demanda de un contraste o confirmación por las administraciones públicas competentes en materia sanitaria y educativa respectivamente, en función de su organización interna.
¿Y si mi hijo es superdotado?
En muchos casos, especialmente en las niñas, no han sido 'detectados'. Unos prefieren ocultarlo y pasar inadvertidos. Otros simplemente son ignorados por el sistema. "Contra la creencia popular, son niños que no lo tienen fácil, porque no encajan con los intereses y forma de pensar de sus iguales. El sistema escolar en muchos casos no los comprende, ni sus padres, ni los otros niños". Lo cuenta Susana P., la madre de Marina, quien no obstante, subraya: "Es verdad que algunos tienen problemas. Pero la mayoría son normales.
"Lo principal", afirma, "es ayudar a estos niños a aceptarse a sí mismos, a convivir con su diferencia, porque ellos se ven diferentes". Y es que, relata, algunas familias lo mantienen en secreto. No se lo cuentan ni a sus allegados, por miedo al rechazo.
(Mengual, Elena. (2012) ¿Y si mi hijo es superdotado? El Mundo.es)