Un ejemplo que nos permitirá comprender el uso de la ruta fonológica es el análisis de los subprocesos que realizamos cuando se escribe una palabra, por ejemplo "zarpa".
En este caso, el alumno tiene que realizar dos tareas. Por un lado, tiene que asignar a cada fonema un grafema y debe, por tanto, recordar a qué grafema pertenece el fonema, o lo que es lo mismo, realizar la conversión fonema a grafema. Y, por otro lado, debe colocar cada grafema en su lugar. Es decir, debe hacer coincidir la secuencia fonémica con la grafémica.
Cuando algunos de estos dos subprocesos fallan, se pueden dar dos tipos de errores. En el primer caso, cuando el alumno no ha afianzado la conversión fonema-grafema, suelen cometerse fallos de sustitución y de omisión. Es posible que ante el sonido-palabra /zarpa/ un alumno sustituya "z" por "c" y pueda escribir "carpa", o simplemente omita el grafema desconocido y escriba"arpa".
Otro tipo de error es el que puede devenir porque no se hace coincidir la secuencia fonémica con la grafémica. En este caso, los dos fallos más característicos son las inversiones y las omisiones. Un ejemplo de inversión es cuando algunos alumnos escriben "zrapa". En este caso, comprobamos que uno de los fonemas consonánticos de la primera estructura silábica ha sido invertido. Estos errores suelen ser muy frecuentes en los momentos iniciales del aprendizaje de la escritura, más en el dictado que en la copia. Se dan en mayor medida en las sílabas complejas ("tram-", "cres-", "trans-"...) que en las sílabas simples ("sa-", "te-", "go-"...).