Desde el punto de vista de los procesos cognitivos implicados en la escritura, la disgrafía abarca un amplio conjunto de dificultades específicas.
Estas van desde las más periféricas; derivadas de procesos perceptivo-motores en la realización de los signos gráficos; hasta la dificultad para componer textos, pasando por problemas en la escritura de frases y dificultades ortográficas.
Una clasificación clásica nos permite identificar dos tipos de disgrafías: adquirida y evolutiva.
1.- Desde el punto de vista neurológico, el término disgrafía adquirida debe aplicarse cuando la dificultad escritora se debe a un mal funcionamiento del cerebro y el problema surge después de haber adquirido la escritura. Puede ser explicada por un traumatismo craneoencefálico, un accidente cerebro-vascular o alguna otra causa neurológica.
2.- Por otro lado, se denomina disgrafía evolutiva a la que se da en niños con una inteligencia normal, sin dificultades auditivas, visuales, neurológicas o motoras y que han tenido las oportunidades educativas habituales. De manera sorpresiva y persistente, sus dificultades interfieren de manera significativa en el rendimiento académico, van más allá de lo esperado para su edad cronológica y pueden afectar a uno o a varios procesos de escritura.
En nuestra vida cotidiana nos encontramos continuamente con errores ortográficos. El vídeo Errores ortográficos en anuncios publicitarios, muestra imágenes de carteles publicitarios, pósters e, incluso, portadas de periódicos que presentan este tipo de errores.
Es importante automatizar determinados procesos que permitan a la persona ser mucho más resolutiva en tareas como son la redacción y la producción de textos. Así evitaremos errores y podremos corregir pequeños problemas en nuestra escritura.
Es necesario distinguir la disgrafía evolutiva de un retraso en la escritura derivado de dificultades generalizadas de aprendizaje.
Para comprender los errores disgráficos más frecuentes es necesario conocer cuáles son los procesos implicados en la escritura, puesto que escribir va mucho más allá que sustituir el sonido del lenguaje oral por signos gráficos. Aprender a escribir implica ser capaz de escribir no sólo palabras sino textos, ya que la verdadera función de la escritura es comunicar mensajes por escrito.
Los procesos de escritura, contrariamente a los de lectura, han recibido una atención escasa. En los últimos años han aumentado considerablemente las investigaciones relacionadas con la escritura, a partir de una concepción amplia de la misma. Los nuevos enfoques implican analizar en la escritura la capacidad de comunicar mensajes y no sólo la de copiar un texto con una grafía adecuada o la de escribir con corrección ortográfica.
Las discapacidades menores son: el déficit de atención, las dificultades neuropsicológicas de aprendizaje (dislexia, discalculia, disgrafía), los trastornos del lenguaje o alteraciones psicomotoras, entre otros.
Según José Antonio Portellano más del 10% de la población infantil sufre algún tipo de discapacidad relacionada con procesos de aprendizaje. A continuación, se recogen algunos de los puntos de vista de este neuropsicólogo:
Uno de cada diez niños presenta alguna discapacidad a la hora de aprender
"... Con frecuencia, las anomalías leves del sistema nervioso durante la etapa preescolar se convierten posteriormente en problemas de aprendizaje, trastornos del lenguaje y fracaso escolar, consecuencia normalmente de las manifestaciones de disfuncionalidad cerebral”, afirma el neuropsicólogo (José Antonio Portellano".
Según Portellano, “cuanto menor sea la edad del niño, mayor será la plasticidad de su cerebro y por tanto, más fácil será su recuperación si padece este tipo de disfunciones”.
Algunos de los factores de riesgo para que el niño sufra este tipo de patologías son: las alteraciones durante el embarazo, bajo peso al nacer, antecedentes familiares, retraso en la adquisición y desarrollo del lenguaje, problemas de conducta o trastornos psicomotores como la torpeza motriz, hiperactividad, problemas de equilibrio, entre otros."
(Uno de cada diez niños presenta alguna discapacidad a la hora de aprender. El Heraldo del Henares. 09-05-2009)
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