Distintos niveles
Cuando la audición no es normal, podemos encontrarnos con dos situaciones:
- Una audición deficiente pero funcional para la vida diaria.
- Una audición no funcional y por tanto sin la posibilidad de adquirir la capacidad de oir.
Cuando la audición no es normal, podemos encontrarnos con dos situaciones:
Desde el punto de vista educativo, conviene distinguir entre sordera e hipoacusia.
Hipoacusia. Cuando la audición, aunque deficiente, resulta funcional para el desarrollo de la lengua oral por vía auditiva, con prótesis auditiva/implante coclear o sin estas ayudas técnicas. En la mayoría de los casos, los hipoacúsicos van a necesitar durante la Educación Infantil el apoyo de códigos visuales aumentativos del lenguaje oral, con dos objetivos:
Sordera. Cuando la audición es de tales características (normalmente, sordera profunda, prelocutiva sin aprovechamiento de prótesis auditivas ni posibilidad de implante coclear o con implante tardío) que no resulta funcional para desarrollar el lenguaje oral por vía auditiva. En la actualidad solo en casos excepcionales, van a necesitar el uso de la lengua de signos para acceder con normalidad a la información y para comunicarse, además de los códigos visuales aumentativos (señalados anteriormente) para desarrollar la lengua oral por vía visual.
Las funciones del oído son esenciales para el ser humano. Están relacionadas no sólo con la audición sino también con el equilibrio y posición del cuerpo.
También podremos saber cómo influye el oído en el equilibrio y posición general del cuerpo. Como complemento a este material, es interesante consultar el vídeo de GAEStv "¿Cómo funciona el oído?" en el que se muestra, de una manera gráfica y en poco menos de dos minutos, cómo es el funcionamiento normal de la audición.
En el caso de una audición deficiente pero funcional, es necesario el uso de prótesis para adquirir el lenguaje oral por vía auditiva o para mantenerlo (si la pérdida auditiva se produjo después del nacimiento).
En el segundo caso (una audición no funcional), no es posible aprovechar los restos auditivos. La visión tendrá que ser el principal lazo con el mundo y el canal de comunicación prioritario.
La presencia en los centros escolares de personas con esta deficiencia supone afrontar educativamente las graves dificultades derivadas para la comunicación oral. Habrá que recurrir a sistemas de comunicación como el Bimodal y/o el Signado. Esta presencia ayuda además a recordar la importancia de la detección en los primeros años de vida.
El artículo titulado "Sistemas y recursos de apoyo y al lenguaje de los alumnos sordos" publicado en la Revista Latinoamericana de la Educación Inclusiva nos habla de la inclusión de los niños sordos en cualquier contexto educativo.
Las nuevas tecnologías y las investigaciones en medicina han ayudado a que las personas sordas tengan una mejor calidad de vida. A través del reportaje "La integración de las personas sordas" conoceremos a la familia Pagés Larruy, tres de cuyos miembros padecen sordera. Un ejemplo de plena integración y normalización.
A lo largo de este programa especial, se ponen de manifiesto algunas simples pautas para hablar con una persona sorda. Se incide también en la necesidad suprimir las barreras que se encuentran en diferentes ámbitos.
El programa titulado "Mi mundo es silencio" trató la realidad del mundo de la sordera desde la perspectiva de varios de sus protagonistas a través de dos documentales.
La intensidad de un sonido se mide en decibelios. Las pruebas de audición permiten verificar cuál es el nivel mínimo de decibelios por debajo del cual una persona percibe sonidos.
Siguiendo la clasificación del BIAP (Oficina Internacional de Audiofonología), las perdidas auditivas se clasificarían en los siguientes niveles:
Tal y como se puede leer en su web, la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) es una organización no gubernamental que defiende y atiende los intereses de las personas sordas (independientemente de cuál sea su grado de sordera y situación individual) así como a sus familias.
En el año 2007 se aprobó en España la Ley 27/2007 por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas.
Esta ley supone el reconocimiento y regulación de la lengua de signos española, y de la lengua de signos catalana en Cataluña. Además, facilita el acceso a los medios de apoyo a la comunicación oral. Para conocer algunos detalles más de los aspectos más destacados de esta normativa, se puede acceder a esta sección dedicada a ella de la web de la CNSE.
Un error que suele cometerse con frecuencia es la utilización de términos en desuso (como sordomudo) para referirse a personas con problemas de audición.
Este y otros términos errados similares suelen aparecer en los medios de comunicación y en las conversaciones de la vida cotidiana. Aunque puede parecer una cuestión trivial, el uso de una terminología inadecuada hace que la visión social de las personas sordas esté a veces deformada o por lo menos muy condicionada. Por eso, es imprescindible un trabajo de formación y concienciación que ayude a usar el vocabulario adecuado.
Para conseguir estos objetivos, la web de la Confederación Estatal de Personas Sordas ha dedicado una sección a aclarar algunas de estas ideas preconcebidas sobre las personas sordas que inducen a error.
"Ideas preconcebidas sobre las personas sordas"
Las personas sordas NO son sordomudas. Sordomudo es un término peyorativo y, como tal, incorrecto que resulta molesto. Y es que tradicionalmente se pensaba que una persona sorda "aparentemente" era incapaz de comunicarse con los demás. No es así ya que pueden comunicarse a través de la lengua de signos y también de la lengua oral (en su modalidad escrita, hablada y cada cual en función de sus habilidades) .
"Sobre las personas sordas (Ideas preconcebidas sobre las personas sordas)". Confederación Estatal de Personas Sordas)
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0