Saltar la navegación

¿Qué es?

Conductas de oposición

Por trastornos graves de conducta (TGC), durante la infancia y la adolescencia, nos referimos a un conjunto de conductas que implican oposición persistente a las figuras de autoridad y a las normas sociales, cuya consecuencia es la perturbación de la convivencia con otras personas (compañeros, profesores, padres u otras personas desconocidas).

Otro trastorno que  también tiene como característica un comportamiento perturbador de la conducta es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) que es tratado en otro REA de la Guía de atención a la diversidad de CeDeC

Factores propios de la psicopatología infantil

En la definición de los TGC influyen factores como la edad del niño, su desarrollo cognitivo, su ambiente familiar y otros factores socioculturales.

Estos factores pueden complicar la definición del trastorno, puesto que las conductas valoradas como síntomas en una determinada edad pueden ser evaluadas como normales en otra. De la misma manera, conductas potencialmente problemáticas suelen presentarse en distinto grado a lo largo del tiempo y su manifestación varía en función de la edad.

Por tanto, la edad y el nivel de desarrollo cognitivo influyen en la forma en la que un comportamiento es interpretado por los adultos. Por ejemplo, es poco probable que las rabietas, pataletas o agresiones de niños de dos o tres años sean percibidas por sus padres de manera problemática. Los padres suelen considerarlas algo transitorio, contrariamente a lo que sucede cuando los hijos son mayores.

La importancia del estilo educativo de las familias

Otro de los factores que influye en la valoración de la existencia de un trastorno de conducta en los hijos es el estilo educativo de las familias y, las habilidades que esta tiene para afrontar las conductas problemáticas.

El grado de tolerancia de los padres puede ser muy variable: algunos padres son capaces de justificar una serie de comportamientos destructivos, agresivos e inadecuados como “algo normal en los niños”. Otros son incapaces de aceptar un mínimo desafío del niño pequeño hacia las normas de convivencia y las figuras de autoridad y recurren inmediatamente a buscar la ayuda de los profesionales.

No todos son iguales

Las conductas antisociales que surgen de manera aislada no suelen tener significación clínica ni social para la mayoría de los niños. El problema surge cuando estas conductas se mantienen en el tiempo, se intensifican más allá de los límites de la edad, y tienen consecuencias negativas en el desarrollo del niño y del adolescente por la relevancia social y legal que puedan tener.

No todos los comportamientos perturbadores son similares ni tienen la misma intensidad. Las conductas englobadas en estas categorías son muy dispares: agresión física o verbal, desobediencia, absentismo escolar, consumo de drogas o robos. Muchos investigadores consideran que existe un continuo en cuanto a intensidad, severidad, frecuencia y cronicidad de las conductas incluidas dentro del trastorno del comportamiento perturbador.

Las clasificaciones internacionales (DSM y CIE), a pesar de ser clasificaciones de tipo categorial, reflejan en cierta medida la existencia de este continuo al distinguir entre cuatro trastornos de conducta que, pueden organizarse de mayor a menor gravedad.

Trastornos graves de conducta. Clasificación. Presentación de Raúl Gijón en Prezi. Público y reutilizable

Aunque cada uno de estos cuatro problemas suelen ser objeto de intervención clínica, el negativismo desafiante y el trastorno disocial son los trastornos que mayor repercusión social tienen y, debido a sus características y consecuencias, constituyen los diagnósticos más frecuentes en las unidades de salud mental y en las consultas especializadas.

¿Qué es el "trastorno negativista desafiante"?

El trastorno negativista desafiante es un trastorno del comportamiento, normalmente diagnosticado en la niñez, que se caracteriza por comportamientos no cooperativos, desafiantes, negativos, irritables y enojados hacia los adultos, y en general, a todas las personas que tengan un rasgo de autoridad sobre la persona, especialmente padres y madres, el profesorado y otras personas en posición de autoridad.

A continuación podemos conocer las características de este trastorno.

Aumenta con la edad (y se da más en chicos)

Los estudios sobre los TGC no dejan clara la prevalencia, aunque sabemos que aumenta con la edad (desde un 2 % hasta los 10 años, al 16 % a los 16 años) y se da con mayor frecuencia entre los chicos que entre las chicas, al menos durante la infancia. No obstante, estos porcentajes varían dependiendo de la muestra utilizada y del método de estudio.

¿Qué es el "trastorno disocial"?

El trastorno disocial se caracteriza por comportamientos cualitativos y cuantitativos que van mucho más allá de la simple “maldad infantil” o la “rebeldía adolescente”. Por lo general, implica la participación consciente por parte del niño, niña o adolescente en actos que involucran un conflicto con la normativa social o con los códigos de convivencia implícitos en las relaciones en sociedad.

A continuación podemos conocer mucho más de las características de este trastorno.

La desobediencia, las rabietas, el negativismo, etc..., constituyen parte de los trastornos de conducta más habituales durante la infancia. Estos problemas pueden resultar muy perturbadores para los padres, dado que suelen suponer un desafío a su autoridad y control, llegándose a establecer una relación con los hijos basada en la imposición y la coerción.

Las conductas infantiles inadecuadas pueden presentar cierta "normalidad" en determinadas etapas del ciclo vital. Sin embargo, cuando la magnitud, frecuencia o perseverancia en el tiempo de las mismas son excesivas, pueden necesitar la intervención de un profesional de la salud para corregirlas a tiempo.

Juegos en la Red

Entre los contenidos educativos digitales que el Gobierno de Extremadura ha publicado en el portal educarex.es podemos encontrar unos juegos educativos, que bajo el título de No violencia, trabajan distintos aspectos relacionados con los conflictos en distintos ámbitos.

Entorno digital ha sido elaborado por una web especializada en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, No obstante, es perfectamente adaptable a los niños con trastornos de conducta.

Un 1% de adolescentes sufre trastornos de conducta

Cómo educar bien a los hijos es una preocupación de todos los padres. Saber qué hacer en cada situación y cómo afrontar cada conflicto no es fácil ni hay recetas mágicas. Sí puede resultar más sencillo saber qué no hacer, cuáles son los errores básicos que evitar.

La educación de los hijos provoca muchas inseguridades y no pocas angustias a muchos padres. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Debería haberle castigado? ¿Me habré pasado de duro? ¿Seré demasiado blando? ¿Cómo logro que me obedezca?

Psicólogos y pedagogos explican que quizá restaría presión a los progenitores modificar sus expectativas: en lugar de aspirar a hacerlo todo bien, plantearse no hacerlo mal y, sobre todo, evitar los errores más dañinos a la hora de educar.


Uno de cada cien adolescentes sufre trastornos de conducta

Padres que literalmente no pueden con sus hijos, que incluso son víctimas de su violencia verbal y física; profesores que se encuentran impotentes para educar e incluso soportar a ciertos chicos; centros escolares que no saben como enfrentarse al problema de alumnos violentos y antisociales; menores víctimas de acoso o de violencia escolar. Estas quejas vienen llegando hace ya tiempo a las manos de José Chamizo, en su calidad de Defensor del Menor, sólo que en los últimos tiempos han pasado a ser alarmantemente numerosas. Unas 300 calcula el Defensor que tiene en sus manos. Pero esas quejas son sólo la punta del iceberg de un problema que Chamizo calcula que afecta a uno de cada 100 menores de entre 12 y 16 años.

("Uno de cada cien adolescentes sufre trastornos de conducta". ABC Sevilla. 09 de noviembre de 2011)

Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento Compartir igual 4.0