¡Vamos al teatro!

El patio del corral se protegía solo con un toldo para evitar el exceso de sol.

El patio del corral se protegía solo con un toldo para evitar el exceso de sol.

Entre ellos, los mosqueteros, de quienes dependía que la representación resultara un éxito o un fracaso. En muchas ocasiones, eran contratados por compañías rivales para que hicieran ruido.

Entre ellos, los mosqueteros, de quienes dependía que la representación resultara un éxito o un fracaso. En muchas ocasiones, eran contratados por compañías rivales para que hicieran ruido.

Las mujeres debían sentarse en un lugar específico asignado para ellas, la "cazuela" que, al parecer se llamaban así por el bullicio que se montaba en ellas. Solo las damas de la nobleza podían ver la obra desde los aposentos, detrás de una red.

Las mujeres debían sentarse en un lugar específico asignado para ellas, la "cazuela" que, al parecer se llamaban así por el bullicio que se montaba en ellas. Solo las damas de la nobleza podían ver la obra desde los aposentos, detrás de una red.

Había dos temporadas. En invierno, la hora de inicio solía ser las dos o las tres de la tarde, para aprovechar la luz solar. En verano, un poco más tarde, para evitar el calor. La única norma fija era que finalizaran antes del anochecer, por razones morales. En principio, se representaba solo los días de fiesta pero, si la obra tenía el suficiente éxito, podía llegarse incluso a la representación diaria.

Había dos temporadas. En invierno, la hora de inicio solía ser las dos o las tres de la tarde, para aprovechar la luz solar. En verano, un poco más tarde, para evitar el calor. La única norma fija era que finalizaran antes del anochecer, por razones morales. En principio, se representaba solo los días de fiesta pero, si la obra tenía el suficiente éxito, podía llegarse incluso a la representación diaria.