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El teatro por dentro

Elementos de la obra teatral

Crear o recrear una obra teatral implica, además de creatividad, conocer bien los elementos que la conforman, es decir el texto y los elementos escénicos. Y eso es lo que vamos a hacer en este apartado del proyecto.

Nuestros objetivos son:

  • Conocer algunos de los elementos de la obra teatral como el autor, el texto, la escenografía, los diálogos...
  • Reconocer las diferencias entre diálogos y acotaciones.
  • Investigar sobre la escenografía y sus características.
Escenario
geralt. Sin título (Licencia Pixabay)

Como recursos de consulta usaremos esta información relacionada con diferentes apartados del teatro. Nos centramos en los relacionados con el autor, el texto y la escenografía.

Veremos la información individualmente y después haremos un pequeño resumen de los aspectos más relevantes que se citan en ellos. A continuación, en equipos de cuatro, pondremos en común las conclusiones para comprobar qué hemos ido destacando cada uno, qué es lo que nos ha llamado más la atención.

Si queremos ampliar conocimientos podemos consultar otros aspectos que nos resulten de interés y qeu aparecen en los materiales de consulta.

El texto teatral: los diálogos y las acotaciones

Vamos a leer dos escenas teatrales pertenecientes a dos obras muy diferentes.

La primera es Luces de Bohemia escrita por Valle Inclán, todo un clásico del teatro. La otra es un fragmento de Bajarse al moro, de José Luis Alonso de Santos.

Representación
tiburi. Sin título (Licencia Pixabay)

Por parejas y después de haber leído los textos que aparecen a continuación, rellenaremos la plantilla que nos servirá para diferenciar el diálogo de las acotaciones.

Bajarse al moro

HABITACIÓN destartalada en una calle céntrica del Madrid antiguo. Posters por las paredes y un colchón en el suelo cubierto de almohadones. Sobre una mesa, revistas pop, como «Víbora», «Tótem», y otras. En un rincón una señal de tráfico, y en el otro una jardinera municipal. Sobre ella una jaula con un hámster. En el centro una mesita con aire moruno y unos sillones de mimbre de antes de la guerra. Además hay tiestos y otros cachivaches inesperados, como una cabeza de esclavo egipcio con una gorra puesta, y cosas por el estilo encontradas en el Rastro. A la derecha, formando un recodo, se ve la puerta que da a las escaleras de salida a la calle. A la izquierda, una ventana por la que entran los ruidos de la ciudad. Y al fondo, una cocinilla, una puerta que da al lavabo, y otra que da a un cuarto pequeño. Por las paredes anda una flauta, un mantón de manila, unos bafles que no suenan, un armario, una colección de llaves, la cara de Lennon, el espejo de la cenicienta y un horóscopo chino. Y, sin embargo, a pesar del aparente desorden, hay algo acogedor, relajante y bueno para los que están mal de los nervios; porque es un lugar tranquilo y pacífico donde el caos que uno lleva dentro se encuentra lógico y con ganas de tomar asiento. Al comenzar nuestra historia, en escena está Jaimito, un muchacho delgaducho de edad indefinida, haciendo sandalias de cuero. Suena «Chick Corea» en un casette. Es la una de la tarde y entra el sol por la ventana de la habitación.


(Se abre la puerta de la calle, y aparece la cabeza de Chusa, veinticinco años, gordita, con cara de pan y gafas de aro.)

Chusa.— ¿Se puede pasar? ¿Estás visible? Que mira, ésta es Elena, una amiga muy maja. Pasa, pasa, Elena. (Entra, y detrás Elena con una bolsa en la mano, guapa, de unos veintiún años, la cabeza a pájaros y buena ropa.)

Chusa.— Este es Jaimito, mi primo. Tiene un ojo de cristal y hace sandalias.

Elena.— (Tímidamente.) ¿Qué tal?

Jaimito.— ¿Quieres también mi número de carnet de identidad? No te digo. ¿Se puede saber dónde has estado? No viene en toda la noche, y ahora tan pirada como siempre.

Chusa.— He estado en casa de ésta. ¿A que sí, tú? No se atrevía a ir sola a por sus cosas por si estaba su madre, y ya nos quedamos allí a dormir. (Saca cosas de comer de los bolsillos.) ¿Quieres un bocata?

Jaimito.— (Levantándose del asiento muy enfadado, con la sandalia en la mano.) Ni bocata ni leches. Te llevas las pelas, y la llave, y me dejas aquí colgao, sin un duro...¿No dijiste que ibas a por papelillo?

Chusa.— Iba a por papelillo, pero me encontré a ésta, ya te lo he dicho. Y como estaba sola...

Jaimito.— ¿Y ésta quién es?

Chusa.— Es Elena.

Elena.— Soy Elena.

Luces de bohemia

Se abre la puerta del calabozo, y EL LLAVERO, con jactancia de rufo, ordena al preso maniatado que le acompañe.
EL LLAVERO: Tú, catalán, ¡disponte!
EL PRESO: Estoy dispuesto.
EL LLAVERO: Pues andando. Gachó, vas a salir en viaje de recreo.
El esposado, con resignada entereza, se acerca al ciego y le toca el hombro con la barba. Se despide hablando a media voz.
EL PRESO: Llegó la mía... Creo que no volveremos a vernos...
MAX: ¡Es horrible!
EL PRESO: Van a matarme... ¿Qué dirá mañana esa Prensa canalla?
MAX: Lo que le manden.
EL PRESO: ¿Está usted llorando?
MAX: De impotencia y de rabia. Abracémonos, hermano. Se abrazan. EL CARCELERO y el esposado salen. Vuelve a cerrarse la puerta. MAX ESTRELLA tantea buscando la pared, y se sienta con las piernas cruzadas, en una actitud religiosa, de meditación asiática. Exprime un gran dolor taciturno el bulto del poeta ciego. Llega de fuera tumulto de voces y galopar de caballos.

La escenografía

Nuestra actividad va a consistir  en convertir un relato en un texto teatral.

Debemos crear la escenografía, es decir el escenario en el que podría ocurrir esta escena con aquellos elementos que consideremos oportunos (recordad cómo comenzaba Bajarse al moro). También tenemos que escribir las acotaciones necesarias para que el posible actor de la escena sepa cómo debe actuar.

Trabajaremos por parejas. Cuando hayamos finalizado, nos reuniremos con otra pareja para ver cómo han resuelto las propuestas. Entre los cuatro mejoraremos nuestros textos.

Finalizada la tarea, realizaremos una pequeña interpretación que podemos grabar con los móviles para verla después en clase.

El relato que vamos a leer ha sido escrito por Rubén Abella y se titula “Lunes”.  Como podemos observar es un diálogo entre dos personajes.

Lunes  (Rubén Abella)

- ¿Dígame?

- Papá, soy yo.

- Jacobo, hijo. Qué alegría oírte. ¿Cómo estás? 

- Muy bien. ¿Y vosotros?

- Bien, bien, como siempre. ¿Qué tal el trabajo?

- Muy liado pero contento.

- ¿Y Madrid? ¿Te acostumbras?

- Poco a poco

- ¿Necesitas algo?

- No, no. Gracias.

- ¿Seguro?

- Seguro.

- Dice tu madre que cuándo podemos ir a verte.

-Dile que pronto, en cuanto encuentre un piso que esté bien. Es que, como la empresa me paga el hotel, aun no me he puesto a buscar nada en serio.

- Es lo menos que pueden hacer, con el puestazo que tienes.

- Papá me llaman por la otra línea. Te tengo que dejar. Sólo quería que supierais que estoy bien.

- ¿No vas a hablar con tu madre?

- La próxima vez.

-Tus hermanos te echan mucho de menos.

- Yo a ellos también.

- Hijo...

- Qué

- Estamos muy orgullosos de ti.

- Gracias, papá. Un beso.

- Un beso, hijo. Cuídate mucho.

- Adiós.

- Adiós.

Jacobo cuelga el teléfono y suspira.

Luego recupera la moneda que ha introducido en la ranura prendida de un hilo, sale de la cabina tirando de la maleta desgastada y se dirige al comedor social.

Es lunes y ponen cocido.

Rubén Abella

Lunes

Antología del microrrelato español. Ed Cátedra. 2015

 

Recapitulando

Al terminar la tarea, recordemos que debemos revisar lo que hemos aprendido y las dificultades que hemos tenido en nuestro Diario de aprendizaje. Le pondremos por título "El teatro por dentro" y colocaremos la fecha.

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JeongGuHyeok. Sin título (Licencia Pixabay)

Los objetivos que nos hemos planteado al finalizar esta tarea son:

  • Conocer los elementos de la obra teatral.
  • Reconocer las diferencias entre diálogos y acotaciones.
  • Investigar sobre la escenografía y sus características.

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