Seguro que que en más de una ocasión has tenido que resumir un texto, técnica que posiblemente te hayan enseñado en las horas de tutoría o en las clases de Lengua Castellana y Literatura, y también es probable que te hayan solicitado elaborar esquemas y mapas mentales y conceptuales.

Subrayar, por su parte, es una actividad por medio de la cual pretendemos identificar las ideas principales de un texto o buscamos destacar aquellas palabras o partes del mismo con las que recordaremos el resto del contenido. Es conveniente que el texto subrayado guarde ya, por sí solo, cierto sentido, esto es, que tenga una relativa lógica interna si se leen los fragmentos subrayados, obviando el resto del texto. 

Existen diversos tipos de subrayado: 

• Lineal: se traza una línea debajo de las ideas principales y secundarias. 
• Lateral: con una línea vertical a los  dos lados de un párrafo o de varias líneas consecutivas del mismo. 
• Estructural: se anota en  el margen izquierdo la idea esencial que se desarrolla en el párrafo.  Este subrayado estructural servirá de punto de partida para el esquema.
• De realce: cuando se añade en el margen derecho una serie de signos que ofrezcan un determinado significado a la persona que los introduce. 

En las próximas páginas, repasaremos esta técnica.