Convencer con la palabra
El texto argumentativo es aquel que nos sirve para defender ante un público nuestra opinión con la intención de convencer. La máxima expresión de esta tipología textual es el debate educativo, algo que requiere mucha práctica e investigación. Para dar los primeros pasos hacia ese camino podemos realizar ensayos componiendo textos sencillos que nos ayuden a trabajar nuestras habilidades a la hora de componer los textos y de exponerlos oralmente.

Conceptos básicos de la argumentación
Pregunta
El punto de partida de un debate es la pregunta. Suele ser una cuestión de interés general o de actualidad que se puede responder con un SÍ o con un NO, lo que da lugar a las dos posturas: A FAVOR y EN CONTRA. En nuestro caso, vamos a optar por plantear cuestiones que ya se inclinan hacia una de las posturas.
Argumentos
Para defender nuestra postura necesitamos argumentos que sean capaces de convencer a la audiencia de que la postura que se está defendiendo es la correcta. En nuestro caso vamos a tratar de desarrollar 3 argumentos.
Para encontrar estos argumentos recurrimos fundamentalmente a dos técnicas. Por una parte, indagar sobre nuestros conocimientos previos y preguntarnos qué conocemos del tema. Por otro lado, realizando una labor de investigación. Para esto último puedes utilizar medios de comunicación (buscando en las fuentes que citan sus artículos), buscadores de publicaciones científicas y divulgativas (Google Scholar, por ejemplo) o la biblioteca de tu centro.
El método ARE
Bajo este acrónimo se esconden las claves para desarrollar los argumentos de manera que los dotemos de validez y credibilidad:
- A - Afirmación: se corroboran las ideas base de nuestra argumentación a través de una aseveración, de forma que la información quede representada de forma clara.
- R - Razonamiento: en este segundo momento desarrollamos las premisas en las que se fundamenta la afirmación sobre la que hemos construido nuestro argumento.
- E - Evidencia: se trata de demostrar mediante datos y fuentes reconocibles y reconocidas que nuestras afirmaciones no están basadas en opiniones sin fundamento, sino en deducciones a partir de los hechos.