Definición

Sin duda alguna, el subgénero narrativo por excelencia es la novela y lo es porque dentro de la novela cabe todo: caben el diálogo, la descripción, las aventuras, la ficción, la fantasía o los sentimientos. Cabe el hoy, el ayer y el mañana. 

Debido a esto, precisamente, se trata del subgénero narrativo más complicado de definir. A ello se suma que, a lo largo de la historia, el concepto ha ido cambiando y evolucionando. Según la RAE, una novela es “una obra literaria narrativa de cierta extensión”. Así que, en primer lugar, en una novela encontraremos todos los elementos propios de la narración; en segundo lugar, el uso de los recursos propios de la literatura hará que el lector se sorprenda ante un texto embellecido, desviado del lenguaje cotidiano; y, por último, este tipo de textos tendrán una extensión más o menos larga, en contraposición a otros géneros como el cuento, por ejemplo. 

La novela corta

Pero, como decíamos, la palabra novela no ha tenido el mismo significado a lo largo de la historia. Durante el Renacimiento, y en parte gracias a la aparición de la imprenta, tuvieron mucho éxito novelas cortas que trataban temas muy diversos. Las clasificamos en los siguientes grupos: 

• Novelas bizantinas: con la aventura y el viaje como motivo principal, dos enamorados se ven obligados a separarse y viven innumerables peripecias. 
• Novelas moriscas: toman como contexto el periodo de la Reconquista e idealizan las relaciones entre musulmanes y cristianos. 
• Novelas de caballerías: aquí se cuentan las aventuras y hazañas, con cierto componente fantástico, de caballeros andantes. 
• Novelas pastoriles: cuentan las aventuras, desventuras y amoríos de pastores idealizados, en una naturaleza también embellecida.

Novela corta (PDF descargable)

La novela moderna

Sin embargo, estos tipos de texto no se ajustan a lo que ahora entendemos como novela. Esta aparecerá un poco más adelante, gracias a la publicación el año 1605 de El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Y, aunque parezca increíble, los novelistas contemporáneos que juegan con la forma, distorsionan el tiempo, barajan y enredan los puntos de vista y experimentan con el lenguaje, son todos deudores de Cervantes. 

Si bien es cierto que El Quijote es considerada, junto al Ulises de Joyce, la primera novela moderna, debemos reconocer que el género no apareció de la nada. Poco a poco fueron surgiendo cambios, como, por ejemplo, los que ya se proponen en obras como Lazarillo de Tormes. Para entender las características de la novela moderna, compararemos El Quijote con las novelas de caballerías, a las que precisamente Cervantes ridiculiza por sus excesos y sus argumentos repetitivos y alejados de la realidad: 

• De hecho la primera diferencia que subrayaremos entre las unas y las otras es la vuelta al realismo y a la verosimilitud de El Quijote, ya que las novelas de caballerías se había perdido entre mundos fantásticos, pócimas y dragones. Ahora, el hidalgo, aunque loco, vive en un mundo real, reconocible por el lector, rodeado de gentes que hablan de acuerdo a su clase social. 

“ En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”

“[...] cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel”. 

Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Alfaguara

• Y si nos fijamos en los protagonistas sucede que ahora el caballero ya no es un héroe, como en las anteriores, sino más bien lo contrario: va al encuentro de aventuras que nunca se acaban de resolver a su favor y no muere atacado por un villano sino más bien así: 

“Como las cosas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar a su último fin, especialmente las vidas de los hombres, y como la de don Quijote no tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó su fin y acabamiento cuando él menos lo pensaba; porque o ya fuese de la melancolía que le causaba el verse vencido o ya por la disposición del cielo, que así lo ordenaba, se le arraigó una calentura que le tuvo seis días en la cama, en los cuales fue visitado muchas veces del cura, del bachiller y del barbero, sus amigos, sin quitársele de la cabecera Sancho Panza, su buen escudero”.

Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Alfaguara

• Pero sobre todo debemos tener en cuenta que Don Quijote no es un personaje estereotipado o plano, sino un hombre repleto de complejidades que crece y evoluciona a lo largo de la novela. 

“Miráronse unos a otros, admirados de las razones de don Quijote, y, aunque en duda, le quisieron creer; y una de las señales por donde conjeturaron se moría fue el haber vuelto con tanta facilidad de loco a cuerdo, porque a las ya dichas razones añadió otras muchas tan bien dichas, tan cristianas y con tanto concierto, que del todo les vino a quitar la duda, y a creer que estaba cuerdo”.

Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Alfaguara

• Y si la novela de caballería anterior al Quijote había sido sencillamente eso, una novela de caballeros, esta ahora guarda en su interior una gran diversidad de otros géneros y subgéneros: novela pastoril, picaresca o sentimental, sonetos e incluso epitafios.

SONETO

Yo sé que muero, y si no soy creído,

es más cierto el morir, como es más cierto

verme a tus pies, ¡oh bella ingrata!, muerto,

antes que de adorarte arrepentido.

Podré yo verme en la región de olvido,

de vida y gloria y de favor desierto,

y allí verse podrá en mi pecho abierto

como tu hermoso rostro está esculpido.

Que esta reliquia guardo para el duro

trance que me amenaza mi porfía,

que en tu mismo rigor se fortalece.

¡Ay de aquel que navega, el cielo escuro,

por mar no usado y peligrosa vía,

adonde norte o puerto no se ofrece!

Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Alfaguara

• Por último, aunque se trate de un concepto un tanto técnico, la novela moderna, capitaneada por El ingenioso hidalgo Don Quiote de la Mancha, es polifónica. Esto significa que esta historia no nos la cuenta un solo narrador, sino que es explicada desde distintos puntos de vista, algo inimaginable antes de la creación de Cervantes.

Características de la novela moderna (PDF descargable)

Otras categorías

Como hemos ido viendo, las novelas pueden tener diferente forma, extensión y temática. Asimismo, el término "novela" ha sido recogido para referirse a tipologías más actuales que guardan cierta relación con el género que nos ocupa. Es el caso de las radionovelas, las telenovelas y las fotonovelas, nuevas maneras de contar historias que van acompañadas de los avances tecnológicos como la radio, la televisión y la fotografía, respectivamente. 

Así, las fotonovelas explican historias mediante fotos y en viñetas, de forma similar a un cómic; las telenovelas lo hacen a través de las ondas televisivas, mediante el lenguaje audiovisual; y, finalmente, la radionovela, gracias a las ondas radiofónicas. En este último subgénero, no solamente es importante la voz de quien explica, sino que también lo son la música y los efectos sonoros. 

Sin embargo, antes de ponerse de moda las radionovelas y las fotonovelas, tuvieron un gran éxito las novelas por entregas. Es decir, hubo un tiempo, allá por el siglo XIX, en el que los autores no publicaban su novela ya terminada y encuadernada, sino que dosificaban las historias por entregas, manteniendo despierta, de este modo, la atención y curiosidad de los lectores, quienes cada día compraban el periódico en el que se publicaban los capítulos. 

Y, como tantas otras cosas, aunque podamos pensar que se trata de una idea que corresponde a otros tiempos y costumbres, las novelas por entregas han reaparecido y se han adaptado a los nuevos tiempos. Ahora, muchos escritores y escritoras se unen a la experiencia de las blognovelas: historias cuyos capítulos se van publicando escalonadamente y de forma periódica en blogs. La tecnología, sin embargo, añade una peculiaridad a este formato, y es que los lectores pueden opinar y, por lo tanto, influir en el autor para que la historia continúe por unos u otros derroteros.