Hoy no has vuelto contento a casa del instituto. En clase de Historia ibais a estudiar la Revolución Francesa y sentías un poco de curiosidad por saber cómo comenzó a cambiar el mundo a partir de esa revolución. Sin embargo, os habéis pasado la clase leyendo y comentando dos textos históricos relacionados con aquellos acontecimientos.
Cuando le habéis preguntado a vuestro profesor por qué hacíais ese trabajo, os ha hablado sobre la importancia de estudiar los textos del pasado para poder describir y explicar los acontecimientos históricos. Os ha recomendado que veáis un vídeo en Internet sobre la investigación documental y el sentido de los archivos. Por la tarde, aunque no sientes demasiada curiosidad, enciendes tu equipo y buscas el enlace...
Tras ver el vídeo, cambia un poco tu punto de vista sobre el trabajo con los documentos escritos. Te queda claro que son necesarios para saber lo que ocurrió en el pasado, algo que existió y que no podemos ver ni tocar.
¿Cómo obtenemos información de lo que ocurrió varios años, siglos o incluso milenios atrás? Los historiadores lo estudian a través de sus fuentes, es decir, documentos escritos o restos materiales conservados que arrojan luz sobre hechos o acontecimientos relevantes que han ocurrido tiempo atrás.