Los acontecimientos que suceden en una historia y los personajes que en ella habitan se mueven en un tiempo concreto. Este tiempo puede ser más o menos evidente en un relato, puede estar poco precisado por el narrador o que este nos dé indicaciones muy detalladas. En cualquier caso, cuando hablamos del tiempo de la narración hacemos referencia a tres aspectos esenciales: en qué época o periodo histórico suceden los hechos, cuánto dura la historia desde que empieza hasta que acaba y cómo están ordenados los hechos que se explican.
- Tiempo externo o histórico: se refiere al momento, época o periodo histórico durante el que sucede la acción.
- Tiempo interno, narrativo o del relato: es el tiempo que abarcan todos los hechos que transcurren a lo largo de la historia, desde que esta empieza hasta que termina.
- Muchas veces estos hechos se disponen de manera cronológica, desde aquello que pasa primero hasta lo que pasa después.
- Si este orden se altera, estamos ante anacronías temporales:
- Analepsis (retrospección o flash-back): se produce un salto hacia atrás en el tiempo que rememora hechos pasados que, de haberse narrado de forma cronológica, ya deberían haberse contado.
- Prolepsis (anticipación o flash-forward): se avanzan acontecimientos que, según un orden lógico, deberían contarse más adelante.
- In media res: muchas veces la trama empieza en el nudo de la acción, y entonces es necesario un flash-back que permita al receptor saber cómo se ha llegado a ese punto. Una vez se conocen estos hechos, la historia avanza cronológicamente hasta el final, pasando de nuevo por donde empezó a contarse la historia.
En este vídeo os adjuntamos un pequeño resumen de todos estos conceptos con ejemplos: