Cada cosa por su nombre
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"El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".
Esta es una de las frases de inicio de Cien años de soledad, la novela más importante del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
¿Te has parado a pensar por qué las cosas, los sentimientos, las ideas... se llaman de una forma determinada? ¿Podríamos vivir en un mundo en el que las cosas no tuvieran nombre? ¿Y si cada uno las llamáramos de distinta manera? ¿Formaríamos parte de una Torre de Babel como la que se describe en esta historia bíblica?
Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra».
Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie.
(Biblia)
- ¡Es verdad, Manuel! Yo estoy de acuerdo con que los nombres son necesarios. Pero... lo que me preocupa es que también va a ser necesario estudiarlos, ¿a que sí?
- ¡Ay, Sergio, tú siempre en tu línea! Pues sí, pero vamos, que ya los habéis trabajado en cursos anteriores y no os costará ningún esfuerzo repasar el nombre y sus clases.
- A mí me produce mucha curiosidad el tema de los nombres propios de persona. Por ejemplo, mi abuela me habla de muchos que antiguamente se utilizaban tanto para hombres como para mujeres; por ejemplo, Reyes, Rosario, Nieves...
- Pues si tenéis curiosidad, aquí encontraréis algunos datos sobre vuestros nombres.
Pre-conocimiento
Calles con nombres... Imagen en flickr de Jexweber.photos. Con licencia Creative Commons (by-nc-sa). |
Los sustantivos pueden ser comunes, si designan seres sin distinguirlos de su misma clase; y propios, si nombran a un ser distinguiéndolo de los demás. No olvides que estos últimos deben escribirse con letra inicial mayúscula.
a) Propio, antropónimo:
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b) Común, contable, individual y concreto:
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c) Propio, topónimo:
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d) Común, contable, colectivo y concreto:
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e) Común, incontable, abstracto:
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f) Común, incontable, concreto:.
Actividad
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Juguemos un rato cambiando el género y el número de estos sustantivos. |
Además, como seguro que recordaréis, los cambios en los accidentes del nombre pueden conllevar cambios de significado. Compruébalo distinguiendo los nombres por su número y género. |
Aprende
Pronombres personales. Imagen en flickr de Javier Almodóvar. Con licencia Creative Commons (by-nc-sa). |
Actividad
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Repasar la clasificación de los determinantes nos permite conocer mejor el sentido de algunas frases. |
Vamos a realizar después un ejercicio para conocer las clases de pronombres. |