Saltar la navegación

La oralidad no planificada

Cuando hablamos de oralidad no planificada nos referimos a aquella en la que no tenemos un plan previo, bien porque se trata de una conversación informal, o bien porque nos hemos visto obligados a improvisar. No debemos confundir informal con vulgar. Que no tengamos tiempo de prepararnos, no implica que no podamos poner en marcha todas nuestras habilidades comunicativas para llevar a cabo una comunicación exitosa.

Si hay una verdad en el mundo de la comunicación es que a hablar se aprende hablando. Por ello, vamos a jugar un poco con la improvisación pero tratando de cuidar los aspectos formales de la oralidad. Recordemos los más importantes:

  • Hablar con voz alta, clara y vocalizando.
  • Mantener un ritmo tranquilo, respirando y haciendo pausas para separar las ideas.
  • Utilizar un vocabulario variado y adecuado para el tema que tratamos.
  • Evitar repeticiones, ruidos de duda, tics.
  • Acompañar nuestro discurso de gestos que lo refuercen, evitando tics o movimientos innecesarios.
  • Mantener el contacto visual con toda la audiencia tratando de repartirlo para mantener su atención.

A continuación, se exponen una serie de afirmaciones que debes defender. No importa tu opinión real; es un ejercicio de improvisación en el que no se hacen preguntas, sino que debes buscar argumentos para cargarte de razón en lo que explicas. Para saber qué tema vas a explicar, elige uno de los números que están bajo el cuadro inferior. Antes de descubrirlo, ten en cuenta que deberás seguir los siguientes pasos.

  1. Vas a utilizar la siguiente estructura: Mi nombre es __TU NOMBRE__ y siempre he pensado que __TEMA__, porque
  2. Ahora tendrás que aportar al menos 2 razones bien explicadas.
  3. Al final di: "En definitiva, deberían estar de acuerdo conmigo en __TEMA__ por estas razones (recuérdalas en una frase cada una).
  4. Despídete.