Retroalimentación

Aunque los actores vayan vestidos de romanos, no nos parecen romanos. Y esto es el primer elemento que nos choca. Presuponemos un diálogo entre romanos pero al escuchar el que se produce, ya nos llama la atención y nos divierte. Lo presupuesto es algo implícito. Y lo implícito es aquello que se dice sin decir o lo que se sabe sin necesidad de ser dicho. Pues bien, lo implícito al contexto socio-histórico romano no se corresponde con el guión del diálogo de los actores.

Es, a partir de este diálogo, cuando se vuelven a establecer nuevas implicaturas o significados adicionales, que se infieren de lo dicho (y de cómo se dice). Es el caso de la primera expresión del Pretor ("recogido ya tu rebaño...") que no solo recuerda el estilo formulario latino sino un villancico navideño muy conocido, Campana sobre campana. Esta absurda asociación, mezcla de marcos de referencia, es la que conlleva una nueva inferencia. Es decir, se extrae un nuevo significado no expresado. Es lo que se entiende sin tener que decirlo. Por eso, el público, ya metido en el contexto paródico de la representación, ríe con la expresión. Entiende más allá del significado literal, lo cual sería difícil para un extranjero que no conociera nuestra cultura.

Este es el recurso básico: enfrentar dos situaciones o contextos sociales mediante un lenguaje no adecuado.