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El farmacéutico

¿Te has parado a pensar alguna vez la cantidad de medicamentos que existen en el mercado? Efectivamente, la cantidad es abrumadora. Esto hace que los conocimientos que debemos tener los famacéuticos sean cada vez mayores. Cremas, pastillas para el dolor de cabeza, jarabes de varios tipos y casas comerciales... Vamos, que comenzaría a contarte y no pararía.
Mariano real. Farmacia (CC BY)

Se me ha olvidado presentarme, mi nombre es Luis y soy propietario de una farmacia. En el vídeo te invito a hacer un recorrido por ella. Al menos por la parte que está de cara al público y que cuido lo mejor posible.

Farmàcia Masó
Josep Renalias. Farmàcia Masó (CC BY-SA)

Como te iba diciendo, los farmacéuticos debemos tener unos conocimientos cada vez mayores sobre los medicamentos que manejamos. Cada vez hay más en el mercado y las distintas composiciones de cada uno hacen que puedan servir como remedio para un grupo de enfermedades que debemos tener claras.

Aunque tradicionalmente la forma de almacenar el género en las farmacias ha sido tal y como la contemplas en la imagen de la izquierda, la tecnología se ha puesto a nuestro servicio y hemos conseguido sistemas de almacenaje totalmente informatizados. Esto hace que tecleando el nombre de un medicamento en un ordenador, un brazo robotizado lo localice inmediatamente y nos ahorremos tener que memorizar la posición en la  que lo tenemos guardado en la farmacia.

Por otra parte, llegan numerosos enfermos que vienen buscando un remedio rápido para una afección transitoria. En ese momento debemos estar muy atentos y proporcionarle el medicamento propio para dicha afección, sin que suponga un riesgo para la salud del enfermo. Saber la composición de cada uno para discriminar el que puede resultarle mejor es fundamental.

Entre otras tareas, también se encuentran las más tediosas y que son similares a las de otras tiendas. Hacer caja, realizar pedidos, hacer inventario... Bueno, supongo que te sonarán.