Retroalimentación
En la época, eran habituales los cómicos de la legua, llamados así porque iban por los pueblos y
aldeas, desplazándose continuamente de un lugar a otro, con sus carretas,
gozando de un tremendo éxito entre el público que, a pesar de su analfabetismo,
acudía con entusiasmo a las funciones teatrales que se representaban en las
calles y plazas. Precisamente, este éxito fue el principal impulsor de la
creación de los corrales de comedias.
Hasta nosotros han llegado algunos nombres de actores célebres en la época,
como María Calderón, conocida como "La Calderona", que fue amante del rey
Felipe IV. Socialmente, a pesar de su éxito, no estaban bien considerados. Por
esta razón, los actores y actrices acababan casándose entre ellos. Como
curiosidad, por ejemplo, os contaré que la iglesia les negaba el derecho a ser
enterrados en tierra sagrada.
Durante la Cuaresma, período en el que estaban
prohibidas las representaciones, los cómicos se reunían en los mentideros para firmar los contratos de
la próxima temporada. Las compañías tenían, generalmente, varias obras en su
repertorio, de forma que los actores se veían obligados a memorizar muchos
textos en muy pocos días; además, las obras no solían estar en cartel más de
tres días. Recordad que muchos de ellos eran analfabetos y eran los otros
quienes los leían en voz alta para que todos los pudieran aprender.
Fíjate que en el texto, Sancho hace alusión a las compañías reales y de título, de la que
formaban parte actores profesionales que gozaban incluso de reconocimiento por
parte del rey, quien les otorgaba títulos oficiales, de ahí su nombre.
Los
papeles femeninos eran representados, al principio, por niños; pero enseguida
se permitió actuar a las mujeres, llegando estas a alcanzar grandes privilegios
que dependían, en buena parte, de su aspecto físico más que de sus dotes
interpretativas.